“La industria maderera es la principal interesada en proteger y regenerar sus bosques”
Entrevista a Jorge Palacios, escultor especializado en la madera
19 de octubre de 2010
Cuéntenos cómo ha evolucionado su carrera como artista de la madera ¿Cuáles son sus principales logros?
Desde pequeño tuve gran inquietud por la botánica gracias a mis padres, que me trasladaron su pasión por su oficio, ya que ambos son ingenieros técnicos agrícolas y han dedicado su vida a la investigación de semillas y al diseño de paisajes.
Al estudiar en la Escuela de Arte me encontré de nuevo con un material con el que me sentía realmente cómodo, que me resultaba casi familiar. Conocía cómo había crecido, cómo eran sus poros, qué disposición tenían sus células y entendía, como si esto siempre hubiese sido así para mi, todas aquellas explicaciones que nos daba el maestro de talla acerca de “ir a favor” o “en contra” de la veta. Para mi, sin darme cuenta, se había convertido en una gran herramienta para la escultura el haber entendido desde muy niño qué era la albura, el duramen y la médula de un árbol.
Aun así, supongo que como todo el mundo en algún momento, intenté trabajar directamente en un tronco de poda que no había pasado por un proceso de secado y que, como era de esperar, acabó agrietado … y posteriormente en la chimenea. Esta fue una dura lección, por el infructuoso trabajo que conllevó, que me concienció para tomarme la madera más en serio y para comenzar un camino de investigación acerca de la tecnología y conservación de este material.
Ahora, viéndolo con perspectiva después de más de diez años, me parece que el logro reside en que, una vez había conseguido una fórmula de trabajo fiable para llevar a cabo esculturas para interiores, en el hecho de no haberme conformado y en haber continuado investigando y concentrando mis energías en la obra para exteriores. Tanto es así que ahora puedo decir, sin temor a equivocarme, que soy uno de los pocos escultores en madera para exteriores que pueden garantizar la perdurabilidad de su obra.
En aquel entonces pensé que si era capaz de realizar con éxito y dominar las técnicas de la escultura para exteriores, que éstas me valdrían para entender en profundidad qué ocurriría con una escultura en la Galería y que, por lo tanto, las esculturas en interiores no tendrían ningún secreto para mí. Poco a poco me fui dando cuenta de que emplazar esculturas en espacios exteriores no solo era posible técnicamente sino que también me permitía acercar este tipo de escultura al público y generar, a su vez, un enriquecedor dialogo con el entorno paisajístico o arquitectónico que rodease las obras, lo que constituía en sí un valor añadido para mí y un gran descubrimiento lleno de posibilidades.
Usted es un artista especializado en madera ¿por qué escogió este material en concreto?
En mi opinión, es muy importante como escultor el material que uno elija a la hora de expresar y, aunque las percepciones son muy personales, existe un lenguaje básico, universal, que casi todos entendemos de la misma manera. Si yo quisiese expresar lo rotundo o lo contundente mis materiales seguramente serían el metal o la piedra, si en concreto quisiese expresar una sensación fría posiblemente utilizaría en mi obra acero inoxidable o espejos y si trabajase con la luz o las transparencias, mi material podría ser el vidrio. Yo escogí la madera porque es un material cálido, ligero y noble que, por haber sido un material vivo, me ayuda a enfatizar algunos de los elementos orgánicos que pretendo expresar a través de mi obra.
¿Qué ventajas y desventajas tiene respecto a otros materiales?
Como escultor entiendo que todos los materiales poseen alguna característica o necesidad técnica o expresiva por la cual se están usando y se deben seguir usando pero hay que destacar que, como ventaja frente a otros materiales, la madera es considerada como el material ecológico por excelencia debido a su capacidad de regeneración y que, por lo tanto, debería ser contemplada como una alternativa en muchos casos.
No podríamos decir lo mismo de una cantera de piedra, en la que no existe posibilidad de regenerar la extracción en una montaña lo que genera un alto impacto medioambiental, o de las minas de metal, cuyos recursos minerales son limitados.
En cambio, la industria maderera como norma general es la principal interesada, al contrario de lo que habitualmente se piensa, en proteger y regenerar sus producciones multiplicando así las masas verdes y propiciando en consecuencia que estos bosques, cada día más extensos, hagan de pulmón para el planeta absorbiendo dióxido de carbono. Además, la madera es uno de los materiales que requiere un consumo energético más bajo para su elaboración, encontrándose por debajo de 5 giga julios por tonelada, frente a los plásticos, que se encuentran por encima de 50, y la mayoría de los metales que tienen un consumo por encima de 100, llegando incluso a los 500 en el caso del aluminio.
Por otra parte, en comparación con otros materiales habituales del escultor, como por ejemplo la piedra, el barro, la escayola o el cemento, como inconvenientes del uso de la madera podríamos hablar de que para llevar a cabo trabajos de mediano o gran formato, sobre todo si se trata de trabajos para exteriores, y si lo que pretendemos es que perduren en el tiempo, es necesario disponer de unos sólidos conocimientos técnicos.
Imaginamos que la madera no es un material tan requerido en el mundo del arte como otros ¿es una apreciación correcta o tiene la misma salida que otros materiales?
En el mercado del arte en teoría no importa cuál es el soporte que emplees a la hora de expresar tus ideas sino si eres capaz de expresar y en qué medida.
Sí es cierto que aún me encuentro a algún galerista despistado que me comenta que la madera le parece una materia muy efímera, sin pararse a compararla con el papel o el lienzo con los que habitualmente trabaja, y que me cuestiona acerca de lo poco ecológico que le resulta trabajar con madera. Me corresponde entonces preguntarle por qué piensa que un material regenerable como la madera puede ser poco sostenible y, sobre todo, por qué le puede generar tantas dudas y desconfianza cuando en los museos se encuentra presente en los retablos, en los bastidores, en los marcos de los cuadros, en las peanas de conglomerado e incluso en las cajas que trasportan y protegen las obras de arte.
Me resulta sorprendente que, sin darse cuenta ya se encuentren trabajando con este material y, aun así, me corresponda como escultor en más de una ocasión hablar de las bondades y credenciales medioambientales de la madera.
En relación con la escultura pública, sí que es cierto que, frente a otros materiales empleados habitualmente en este ámbito de la escultura en España, la madera es uno de los que se encuentra todavía menos representado cuando hablamos de escultura al aire libre. Esto, en mi opinión se debe a un desconocimiento de las posibilidades de este material, a que no contamos con la tradición cultural que tiene la madera en otros países centroeuropeos o escandinavos, a que tampoco ha habido muchos escultores dedicados a la madera para exteriores y a que, por otro lado, concedemos una eternidad incuestionable a otros materiales más comúnmente empleados como el cemento, la piedra o el bronce que, no nos olvidemos, también se degradan y requieren de mantenimiento.
¿Cómo se plantea la creación de una obra de arte hecha en madera? ¿Cuáles son los pasos a seguir?
Una vez que tengo definida la idea artística, desarrollo algunos bocetos y estudios del volumen a escala de la pieza e incluso, en algunos casos en los que la idea lo requiere, éstos son llevados a cabo en su dimensión final para verificar que la idea consigue expresar exactamente lo que inicialmente pretendía.
Posteriormente compongo un bloque con la madera seleccionada y, debido a los formatos con los que trabajo, de cara a la realización de las esculturas me ayudo de cualquier herramienta que pueda retirar gran cantidad de madera a alta velocidad para aproximar o desbastar la escultura aunque, inevitablemente, siempre hay algún rincón o remate donde el único modo de llegar es a través de la gubia. Para dar un buen acabado, después de gubias, escofinas y raspines, siempre dedico un gran número de horas al lijado, aumentando poco a poco su grano a veces incluso hasta una lija de grano 1.500, para después realizar el repelado, pulido y bruñido de la pieza.
Una técnica que utilizo frecuentemente para localizar las imperfecciones de la escultura, cuando busco darle una continuidad al plano, es la de la luz rasante que consiste en proyectar en un espacio oscuro la luz de un foco potente y observar, no la parte iluminada, sino el recorte de la sombra según la voy recorriendo con el foco. La falta de continuidad en la línea de la sombra me delatará entonces las pequeñas irregularidades que queden por depurar. A continuación, después de haber rematado estas imperfecciones en la continuidad de nuestro plano, apago ese gran foco del que hablábamos y recorro en silencio los diferentes planos curvos de mi escultura con las yemas de los dedos ya que los dedos encuentran detalles que los ojos no ven.
¿Ha notado el efecto de la crisis económica? ¿Hay menos compradores de arte en estos momentos de recesión?
En mi caso, posiblemente por la situación en la que me encuentro dentro del conjunto de mi carrera, tanto en el pasado año como en éste, cada vez me salen proyectos más interesantes y de mayor envergadura, por lo que podríamos decir que mi respuesta claramente es que creo que mi situación es mucho mejor ahora que antes de la crisis.
También es cierto que he notado que ha habido casos, como el de un buen amigo escultor con prestigio y muchos años de profesión a sus espaldas, que ya hace tiempo había reducido su producción, y que con esta nueva situación económica la ha visto reducirse todavía más, al igual que otros compañeros escultores que, ya tenían una difícil situación antes de la crisis, y que han tenido que dejar de dedicarse en exclusiva al arte.
Por otra parte pienso que muchos inversores, que antes se encontraban concentrados en el valor inmobiliario y que se han visto sorprendidos por el estallido de esta burbuja, han trasladado sus fondos al arte como inversión.