Entrevista a Santiago Cubero, secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de Fecoma-CC OO
18 de mayo de 2010
¿Cuál es el índice de siniestralidad en la construcción en nuestro país?
El índice de siniestralidad utilizado como referente es el llamado Índice de Incidencia, que resulta de la siguiente fórmula: (número de accidentes de trabajo/ población afiliada) x 100.00. En lo que respecta al sector de la construcción, según el último informe del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo para el año 2009, este índice se situó en 8.334, lo que supuso un 26,2% de disminución con respecto al periodo anterior.
¿Y cómo se sitúa este índice con respecto a otros países?
Nos encontramos a años luz de países más avanzados como los del norte de Europa, Francia o Reino Unido. España es uno de los países de la Unión Europea de mayor siniestralidad laboral en el sector de la construcción.
¿Es el de la construcción el sector más afectado por la siniestralidad en España?
Sin duda. Los motivos son bastante evidentes: en primer lugar el auge de la construcción en los últimos años, y en segundo lugar, la importante subcontratación y el insuficiente control.
¿Y cuál es la comunidad autónoma con más siniestralidad?
En 2009 la comunidad autónoma con mayor siniestralidad fue la de Castilla León, con 25 fallecidos, un 14% del total estatal, que fue de 177 fallecidos, seguida de País Valencià y Galicia con 19 fallecidos, el 11% del total.
En lo que va de año, siempre según los datos propios de Fecoma y excluyendo accidentes ‘in itinere’, de los 53 accidentes mortales registrados, 9 fallecidos son de Andalucía y 7 de Galicia.
¿Qué puede hacer el sector para reducir este número de muertes y accidentes laborales?
Es importante y fundamental la información y la formación en prevención de riesgos laborales a los trabajadores y empresarios del sector. Además, creemos que la Administración debe ponerse de una vez en primera línea a la hora de combatir la siniestralidad, con una Inspección de Trabajo con más medios, con más mano dura, inflexible, más eficaz y ágil en las resoluciones, y con una Fiscalía que aplique la ley con todo rigor, sin miramientos y con sentencias demoledoras.
Entonces la normativa es lo suficientemente dura pero no lo es quién debe de velar porque se respete...
Sí, la ley en nuestro país es contundente, pero debe aplicarse con rigor y sancionar con dureza. Se ha de ser absolutamente inflexible con aquellos que incumplen y que vulneran el marco normativo. Es importante señalar también que en esta época algunas empresas han dejado de invertir el dinero necesario, obligatorio y preceptivo en medidas de prevención de riesgos, amparándose en la consabida crisis y obligando a los trabajadores a realizar su labor en condiciones de evidente riesgo bajo la amenaza cierta de la pérdida del puesto de trabajo.
Ley de Subcontratación en el Sector de la Construcción
Tal y como explica Cubero, Fecoma impulsó y trabajó para convertir una iniciativa legislativa popular en una ley: la Ley de Subcontratación en el Sector de la Construcción, que intenta combatir la subcontratación indiscriminada causante de muchos accidentes por la nula formación preventiva de los trabajadores implicados.
¿Cuál es el accidente más común en el sector?
Una parte muy importante de los accidentes del sector se debe a caídas, ya sean a distinto o al mismo nivel. Los atrapamientos, electrocuciones y proyecciones de objetos ocupan también una parte importante de los accidentes que se producen en la construcción.
¿Cómo se podrían evitar?
Con la concienciación y formación de los empresarios y los trabajadores, y con la implantación imperativa de medidas colectivas de seguridad y de equipos de protección individual.
¿Y están las empresas españolas concienciadas en temas de seguridad?
En el sector vemos empresas que emplean medios, aplican la ley con rigor y se implican en la formación de sus trabajadores para la prevención de riesgos laborales. Además, escuchan y aplican los conocimientos de estos en sus evaluaciones de riesgos y mantienen una interlocución con sus representantes habitual y normalizada. También hay empresas que no actúan así. Son compañías que han abundado en el pasado pero que, a día de hoy y por suerte para el sector, están desapareciendo.
Se suele culpar al empresario de no garantizar la seguridad de sus operarios, pero muchos de ellos se quejan de que es el mismo trabajador el que no presta suficiente atención a la seguridad o que incumple con la normativa. ¿Qué opina al respecto?
En estas primeras empresas que he descrito esto no ocurre ya que los trabajadores están perfectamente formados e informados de cómo y de qué manera han de hacerse las cosas. Bien es cierto que estas empresas tienen accidentes, unas veces por el exceso de confianza que un trabajador puede tener en sus capacidades y en su labor hecha de continuo durante años y otras por una circunstancia puntual.
Son las segundas empresas que ponía como ejemplo las que se han amparado durante años en esa excusa artera, lastimosa y sibilina.
La tecnología ha revolucionado las prestaciones de los equipos y herramientas que se emplean en construcción y obras públicas. ¿Cree que los fabricantes tienen suficientemente en cuenta la seguridad del operario a la hora de diseñar su maquinaria?
Sí, se empieza a tener en cuenta. También es cierto que ahora los representantes de los trabajadores están empezando a participar en los comités de normalización de Aenor y, en algunos casos, en el diseño de algunas máquinas y herramientas, lo cual es lógico ya que su experiencia es importantísima a la hora de diseñar maquinas más eficientes, manejables y seguras. En todo caso se ha iniciado un camino, pero aún queda mucho por recorrer y esto se ha de hacer con tiempo y firmeza.