Árboles dañados: un peligro para el que Aidimme dispone de soluciones tecnológicas
La catástrofe forestal provocada por el temporal Filomena no ha tenido precedentes en nuestro país. Solamente en Madrid, el temporal ha dañado entre un 60 y un 70% de los árboles de parques como la Dehesa de la Villa, el Retiro y la Casa de Campo, que ocupa 1.700 hectáreas.
Se calcula que el 20% de los árboles de calles y plazas han sufrido daños. En total, según cálculos provisionales, puede que haya un millón de árboles dañados o muertos, de los casi seis millones que tiene la ciudad. Por poner otro ejemplo de los daños arbóreos causados por Filomena, en la ciudad de Guadalajara se han perdido 285 árboles y hay afectados unos 2.700.
Es urgente evaluar el estado de los árboles que han sufrido daños en toda España, a fin de evitar peligros para transeúntes y vehículos, así como para proponer medidas que garanticen su supervivencia (cirugía arbórea, tratamientos, refuerzos). Las podas agresivas e innecesarias, sin una evaluación precisa del estado del arbolado, pueden causar en el futuro más desplomes de árboles, pues los debilitan y constituyen fuentes importantes de infecciones para ellos.
Habitualmente, la calidad del arbolado se realiza mediante una inspección ocular, que es un método poco fiable y muy subjetivo, salvo en casos extremos.
Desde hace más de 20 años, Aidimme investiga y mejora tecnologías no destructivas que permitan evaluar el estado del árbol de una forma objetiva y normalizada, así como predecir su resistencia futura.
Algunas de las técnicas que utiliza el instituto tecnológico son las siguientes:
Análisis acústicos para detectar la presencia de huecos internos en el tronco y obtener su posición y tamaño, así como para detectar la presencia de insectos xilófagos.
Análisis mediante ondas de presión para detectar huecos internos en el tronco y valorar su tamaño.
Tomografía arbórea computerizada 2D y 3D (esta técnica es similar al TAC médico, pero usa ondas acústicas, completamente inofensivas, en lugar de rayos X). Además de detectar huecos y grietas, detecta zonas del tronco con densidad baja, bien por degradaciones o bien por anomalías en el crecimiento del árbol.
Resistografía (resistencia a la penetración).
Según Miguel Ángel Abián, jefe del departamento de Tecnología y Biotecnología de la Madera, dichas técnicas pueden usarse tanto para árboles dañados como de forma preventiva. Por ejemplo, pueden usarse para localizar huecos de podredumbre o zonas dañadas en el interior de los árboles y pronosticar si un árbol o parte de él puede partirse o caer (por una ráfaga de viento, por ejemplo). Este diagnóstico previo posibilita aplicar medidas preventivas, como la cirugía arbórea y tratamientos curativos/preventivos, para garantizar la salud del árbol y poder así monitorizar el estado del árbol con el paso del tiempo.
Otro uso de las técnicas radica en evaluar la calidad interna de árboles de plantaciones forestales, a fin de prever la calidad de la madera que en el futuro se extraerá de ellos y así poder realizar las medidas correctoras oportunas que garanticen la buena calidad de la madera.
A petición del Administraciones Públicas, de entidades y de clientes particulares, Aidimme lleva aplicando las mencionadas técnicas desde hace 15 años, sobre todo en poblaciones de la Comunitat Valenciana, Cataluña, Madrid y Andalucía.