Papeles certificados forestalmente en la industria gráfica: la certificación de la cadena de custodia
14 de julio de 2009
Los soportes papeleros certificados forestalmente se fabrican a partir de materia prima proveniente de explotaciones forestales sostenibles. Según la definición de la Conferencia Ministerial de Helsinki, de 1993, se entiende por gestión forestal sostenible como la “administración y uso de los bosques y los montes de manera que mantengan su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración, vitalidad y su potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes, a escala local, nacional y global, sin causar daño a otros ecosistemas”.
Es cada vez mayor el número de consumidores que busca evidencias de prácticas empresariales comprometidas con el medio ambiente y exigen garantías y pruebas por parte de las industrias forestales de que la madera que éstas utilizan proviene de fuentes gestionadas de manera sostenible. Por lo tanto, las empresas precisan de un mecanismo fiable y creíble para poder proporcionar a sus clientes información sobre el origen de la materia prima.
Este mecanismo es la certificación forestal, proceso a través del cual una entidad independiente oficialmente acreditada garantiza que un producto forestal procede de madera de un bosque gestionado sosteniblemente, aplicando los criterios de los dos principales sistemas de sostenibilidad forestal existentes: PEFC y FSC.
La Plataforma Europea de Certificación Forestal (PEFC) surge en 1998 como una iniciativa voluntaria del sector privado forestal, basada en los criterios e indicadores emanados de las Conferencias Interministeriales de Helsinki (1993) y Lisboa (1998) para la protección de los bosques de Europa. PEFC ofrece un marco para el establecimiento de sistemas de certificación nacionales comparables y su mutuo reconocimiento pan-europeo.
FSC
En 1993, nace la iniciativa Consejo de Administración Forestal (FSC-Forest Stewarship Council, por sus siglas en inglés) en Toronto, Canadá, con los objetivos de crear un sello único que pudiese garantizar la credibilidad de la certificación a través de unos estándares de aplicación global y acreditar a las entidades encargadas de certificar.
Desde que una explotación forestal se certifica hasta que el industrial gráfico imprime sobre un soporte papelero, certificado forestalmente, el material atraviesa toda la cadena de producción de papel. En cada uno de los eslabones de esta cadena, los agentes implicados deben de implementar un sistema de trazabilidad que garantice que el impreso que llega al usuario final proviene efectivamente de la explotación original certificada.
La cadena de custodia
La certificación de la cadena de custodia implica la evaluación de la línea de producción forestal, desde el árbol hasta el producto final, incluyendo todas las etapas de procesamiento, transformación, manufactura y distribución, para verificar que el producto final procede de un bosque bien gestionado. Finalmente, el consumidor recibe el producto con una etiqueta que garantiza su procedencia de un bosque gestionado de manera sostenible.
Por consiguiente, por lo que al industrial gráfico respecta como último eslabón de la cadena, el uso de ese etiquetado requiere de la certificación del sistema de trazabilidad que implemente para controlar el material, desde la compra hasta la venta, pasando por el almacenaje, impresión y postimpresión. Este sistema de trazabilidad debe de cumplir los requisitos determinados por los respectivos estándares de PEFC o FSC. Asimismo, deberá demostrarse la capacidad para gestionar el uso del logotipo en las diferentes situaciones existentes, es decir, en función del tipo de papel, en el caso de productos que incluyan diferentes materiales o cuando se emplea meramente como una herramienta de comunicación. Por tanto, aunque un industrial gráfico pueda realizar un trabajo con soportes papeleros certificados forestalmente, no podrá hacer mención a ello salvo que haya certificado su cadena de custodia.
En la actualidad, se está observando una tendencia por parte de los clientes de los industriales gráficos, a solicitar productos gráficos impresos con estos soportes, lo que supone la necesidad de abordar la implementación y certificación de la cadena de custodia.
En este sentido, las administraciones públicas tienden a incorporar esta certificación como requisito dentro de sus pliegos de condiciones, impulsando políticas de compra responsable. A nivel de empresas privadas, el aumento de la concienciación medioambiental de los consumidores hace que las empresas necesiten comunicar mediante sus catálogos, folletos, publicaciones y envases su compromiso con la sostenibilidad medioambiental como argumento de venta, repercutiendo sobre los industriales gráficos esta situación.
Por ello, se puede afirmar que, tanto por compromiso medioambiental como por interés comercial, el uso de soportes certificados forestalmente se extiende en la industria gráfica. Este hecho debe venir acompañado de la correcta gestión del sistema de trazabilidad que permita la certificación de la cadena de custodia y, por tanto, la capacidad de comunicar el uso de los materiales.