Por qué el mundo necesita una 'bioeconomía circular': para el empleo, la biodiversidad y la prosperidad
Marc Palahí, director del European Forest Institute y Justin Adams, executive director del Tropical Forest Alliance, World Economic Forum
14/10/2020Para agregar algunas cifras: más del 70% de nosotros nos vemos afectados por el aumento de las desigualdades, un tercio de la tierra del mundo está severamente degradada, estamos perdiendo bosques a un ritmo alarmante (un campo de fútbol de bosques cada seis segundos en 2019) y hasta 1 millón de especies están amenazadas de extinción. Más de la mitad del PIB mundial (44 billones de dólares) está amenazado por tal pérdida de naturaleza. El sistema no está funcionando.
Transformaciones y un plan de acción
Cambiar el rumbo requiere profundas transformaciones de los sistemas socioeconómicos, como se destaca en el II Informe sobre la nueva economía de la naturaleza del Foro Económico Mundial sobre ´El futuro de la naturaleza y los negocios´. Por ejemplo, la gestión sostenible de los bosques puede generar 230.000 millones de dólares en oportunidades comerciales y 16 millones de puestos de trabajo para 2030. Cambiar el sistema socioeconómico energético y extractivo a modelos circulares y de uso eficiente de los recursos puede generar 2,3 billones de dólares en oportunidades comerciales y 30 millones de puestos de trabajo para 2030, y trabajar con la naturaleza en el sistema de infraestructuras y entorno construido puede generar un total de 3 billones dólares de oportunidades comerciales y 117 millones de empleos para 2030.
Bioeconomía circular del bienestar.
Para acelerar la transformación hacia una economía positiva para el clima y la naturaleza, Su Alteza Real el Príncipe de Gales ha creado la Circular Bioeconomy Alliance. Las actividades de la Alianza están guiadas por un Plan de Acción de 10 puntos, co-creado por una coalición de múltiples partes interesadas con el objetivo de volver a colocar a la naturaleza en el centro de nuestra economía.
“Me ha alentado profundamente la cantidad de científicos y profesionales que se han unido para desarrollar un Plan de Acción de la Bioeconomía Circular de 10 puntos inspirado en mi Iniciativa de Mercados Sostenibles y su Alianza de Bioeconomía Circular”, dijo. “Es hora de que los líderes, en todas las disciplinas den un paso adelante, sean audaces en su ambición y demuestren lo que es posible para que otros puedan seguirlos”.
Un nuevo marco
Una bioeconomía circular ofrece un marco conceptual para el uso del capital natural renovable para transformar y administrar nuestros sistemas terrestres, alimentarios, sanitarios e industriales, con el objetivo de lograr un bienestar sostenible en armonía con la naturaleza.
Si bien la bioeconomía circular necesita tecnología e innovación avanzadas, así como conocimientos tradicionales para tener éxito, en última instancia se basa en la biodiversidad como su verdadero motor. Esto se debe a que la biodiversidad determina la capacidad de los sistemas biológicos para adaptarse y evolucionar en un entorno cambiante y por lo tanto, es crucial para garantizar la resiliencia y sostenibilidad de nuestros recursos biológicos. Necesitamos reconocer este papel fundamental, no solo a través de medidas de conservación apropiadas, sino también a través de instrumentos de mercado adaptados a la región para proporcionar incentivos a los agricultores, propietarios de bosques y empresas de base biológica para que inviertan en biodiversidad.
Los recursos biológicos son fundamentales para una bioeconomía circular
Avanzar hacia una economía positiva para el clima y la naturaleza no solo significa reemplazar la energía fósil con energías renovables, también significa pasar a materiales libres de fósiles, sustituyendo productos con alto contenido en carbono como plásticos, hormigón, acero y textiles sintéticos por alternativas bajas en carbono. Esto ayuda a mitigar el cambio climático y también genera otros impactos ambientales positivos. Una economía positiva para el clima y la naturaleza simplemente no es posible sin el uso de una nueva gama de materiales renovables de base biológica que pueden reemplazar y superar a los materiales con alto contenido en carbono.
Este cambio también es una oportunidad para modernizar y hacer que las industrias sean más circulares: los recursos biológicos renovables como los recursos forestales son, si se gestionan de forma sostenible, circulares por naturaleza y, a menudo, más fáciles de refabricar. De hecho, la silvicultura y los productos madereros sostenibles fueron la base de las economías circulares originales en todo el mundo. Varios sectores importantes como el químico, el textil, el plástico o la construcción necesitan ahora nuevos modelos de negocio conceptuales e innovaciones para convertirse en industrias más circulares y con menos carbono. La bioeconomía circular puede ser un catalizador.
Por ejemplo, ahora podemos transformar la madera, el material biológico más versátil del mundo, en un nuevo material revolucionario llamado nanocelulosa: cinco veces más resistente que el acero pero también cinco veces más ligero. El primer coche fabricado con nanocelulosa se presentó el año pasado en Japón. Ahora también es posible una nueva generación de textiles sostenibles y circulares a base de madera con una huella de carbono cinco veces menor que las fibras plásticas como el poliéster. Los productos de ingeniería de la madera, como la madera contra laminada (CLT), son la forma más eficaz de reducir la huella de carbono de nuestros edificios y el sector de la construcción, actualmente dominado por dos materiales intensivos en carbono y recursos intensivos: el hormigón y el acero.
Dado que los recursos biológicos, incluso si son renovables, no son ilimitados, es esencial enfatizar la necesidad de garantizar sistemas forestales o de materias primas sostenibles, regenerativos y circulares. Necesitamos desarrollar modelos de negocios y diseñar productos y servicios de nuevas formas para desvincular la prosperidad empresarial del mero consumo de productos. También se trata de fabricar productos que se puedan reutilizar y reciclar fácilmente, minimizando los desperdicios y maximizando su valor a lo largo de su ciclo de vida.
Una oportunidad para abordar la desigualdad
Uno de los desafíos sociales más importantes de este siglo es abordar las desigualdades y garantizar una prosperidad inclusiva, incluidos los empleos y las infraestructuras en las zonas rurales y ´deprimidas´. La forma en que se poseen y distribuyen los recursos biológicos e incluso las dificultades relacionadas con su movilización, transporte y procesamiento ofrecen potenciales oportunidades. Los recursos forestales en Europa son un buen ejemplo: ocupan más del 40% de la tierra y son propiedad de unos 16 millones de propietarios forestales. El sector forestal ya incluye alrededor de 400.000 empresas, en su mayoría pequeñas empresas, y proporciona más de 3 millones de puestos de trabajo. Se trata de una infraestructura socioecológica muy valiosa que debe reconocerse y fomentarse. Es cierto que movilizar, transportar y procesar recursos fósiles como el petróleo es mucho más fácil que producir, gestionar (durante 100 años), transportar y procesar madera. Pero esta dificultad es al mismo tiempo su fuerza: la redistribución de la riqueza, el empleo y las infraestructuras garantizará que tengamos capital humano listo para cuidar nuestro capital natural.