Cómo mantener una buena salud auditiva en el trabajo
Uno de los principales objetivos de las empresas y trabajadores es prevenir y minimizar los accidentes en el trabajo. Así lo recuerda Asepal, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, con motivo del Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición que tiene lugar el próximo 3 de marzo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2050, una de cada diez personas tendrá pérdida auditiva. En la sociedad actual se produce una gran cantidad de sonidos que ocasionan contaminación sonora y producen daños irreparables en la salud y en la calidad de vida de las personas.
Los efectos del ruido sobre la salud van desde los puramente fisiológicos como la hipoacusia (pérdida de audición) hasta efectos psicológicos menos evidentes, como el aumento del estrés, produciendo una alteración tanto en la vida cotidiana como en el rendimiento laboral. La hipoacusia es la enfermedad profesional más habitual en Europa, según datos de la Agencia Europea de Salud y Seguridad en el Trabajo, representando aproximadamente una tercera parte de las enfermedades de origen laboral, por delante de los problemas de la piel y del sistema respiratorio.
Según datos publicados por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, se contabilizaron 602.316 accidentes laborales con baja, lo que implica un aumento del 3,2 % respecto al número de siniestros del mismo periodo de 2017.
Los EPI (equipos de protección individual) son la última barrera de protección del trabajador frente a los riesgos, en este caso, el ruido. Tienen como finalidad combatir los efectos perjudiciales del ruido y minimizar los riesgos para la audición en el mundo laboral.
Asepal se suma al Día Internacional de la Audición con el objetivo de seguir concienciando a la población y, sobre todo, a los trabajadores acerca de la importancia de la salud auditiva y su correcta protección.
Muchos trabajadores se enfrentan diariamente a fuentes continuas de ruido: engranajes, taladros, máquinas eléctricas, equipos neumáticos, bombas y compresores. Una exposición frecuente durante la jornada laboral a ruidos por encima de 85-90 dB es potencialmente peligrosa. “La aparición de zumbidos o pitidos es uno de los primeros síntomas común en estos trabajadores, esta señal debe considerarse como un aviso de la exposición excesiva al ruido”, explica Luis Gil.
Con la entrada en vigor del Reglamento (UE) 2016/425 el pasado 21 de abril de 2018 los protectores auditivos deben someterse a varios controles. Es evidente que debe primar la prevención y frenar cualquier enfermedad derivada por no llevar un correcto EPI. “El trabajador debe asegurarse que el EPI cumpla con la normativa, que lleve el marcado adecuado, así como se le haga entrega del folleto informativo. También, es importante saber colocarlo adecuadamente para que cumpla su función correctamente”, insiste Luis Gil.
A partir del 21 de abril de 2019, todos los EPI que se pongan en el mercado deberán ser conformes con el Reglamento EPI. La pregunta que surge, es ¿qué pasará con los protectores auditivos conformes a la Directiva que ya están en los almacenes de fabricantes y distribuidores? La respuesta no puede ser más sencilla, y no es otra que aquellos EPI que ya estuviesen en el mercado antes del 21 de abril de 2019 pueden seguir comercializando sin ningún problema ya que siguen siendo igual de seguros.
Por lo tanto, hasta el año 2023 se podrán encontrar en el mercado protectores auditivos conformes al Reglamento y a la Directiva, y sobre ambos, se podrá tener el mismo grado de confianza. A medida que el 21 de abril del 2019 se aleje, se verá cada vez menos orejeras y tapones conformes a la vieja Directiva, los cuales serán sustituidos por los conformes al Reglamento a medida que los primeros se vayan consumiendo en el mercado.
Desde Asepal insisten en la importancia y necesidad de que se realice la adecuada evaluación de riesgos de las tareas que realizan los trabajadores, ya que tras dicha evaluación se determinan las medidas de protección a implementar, tanto de carácter colectivo como individual. “Debemos tener presentes que los niveles de seguridad para todo tipo de EPI vienen determinados por los requisitos esenciales de salud y seguridad definidos en el Reglamento, los cuales fijan unos estándares mínimos de seguridad muy altos para todo tipo de EPI, independientemente de su categoría”, concluye Luis Gil.