Química transparente
30 de junio de 2008
En este reportaje encontrarán datos sobre la marcha del sector y algunas de las tendencias de futuro, y leerán también declaraciones y entrevistas a los responsables de los polos químicos más importantes del país. Podría escribir una entradilla al uso, un puzzle de afirmaciones que permitieran al lector conocer en cuatro líneas las cifras del mercado, pero permítanme, aunque sólo sea por esta vez, quedarme con una idea más ética que económica, y es que la voluntad de estos hombres, y del sector en su totalidad, por contribuir a crear a un mundo mejor, es real. El ciudadano no sabe, y convendría que lo supera, que estamos en buenas manos…
La industria química en cifras
En lo referente ventas, en 2007 la industria química alcanzó un volumen de facturación de 48.929 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,8 por ciento sobre los 47.138 millones registrados en 2006. Estas cifras representan el 10 por ciento del total de la cifra de negocios del conjunto de la industria española y sitúan al sector químico en cuarto lugar tras los sectores de alimentación, bebidas y tabaco (18 por ciento del total), metalurgia y productos metálicos (16 por ciento), y material de transporte (15 por ciento). Así pues, la industria química aporta casi el 10 por ciento del Producto Industrial Bruto español.
En cuanto a la estructura de las empresas, destaca el hecho de que el 92 por ciento de las empresas que operan en la industria química en España, tiene menos de 100 trabajadores en plantilla y el 55 por ciento del total de empresas son micropymes, con menos de 10 empleados. El pasado año el número de empresas se redujo un 1 por ciento con respecto a 2006.
En 2007, el consumo de sustancias químicas alcanzó los 48.622 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 4,7 por ciento respecto a 2006. Este incremento supera en un punto al ritmo de crecimiento del valor de la producción. Respecto a 2000 se ha acumulado un crecimiento del consumo del 37 por ciento. Por otra parte, el consumo anual por habitante de sustancias químicas alcanzó en 2007 los 1.075 euros, un 165 por ciento más de lo que se consumía en 1980. A esta situación contribuye el hecho de que muchos sectores de la industria son consumidores del sector químico; los datos lo corroboran: más del 40 por ciento de la demanda de productos químicos en Europa proviene de otros sectores industriales, destacando el textil (6,3 por ciento) y la automoción (5,3 por ciento). Los productos de consumo absorben el 30 por ciento del total, mientras que el sector servicios, la agricultura y la construcción representan respectivamente el 16,4, el 6,4 y el 5,4 por ciento del total.
El comportamiento de la industria química en el exterior se mantiene positivo; más de la mitad de la producción española se dedica a la exportación. Las exportaciones en 2007 alcanzaron los 21.642 millones de euros, lo que supone un incremento del 9,3 por ciento respecto a 2006 y un crecimiento acumulado desde 2000, del 84 por ciento. Estos datos convierten al sector en el segundo mayor exportador de la economía, detrás de la automoción.
No todo es oro lo que reluce
Otros factores que juegan en contra de esta industria son la escasez de emprendedores y la disminución del número de estudiantes de carreras científicas. Además de la reducción de la inversión en I+D+i para el sector químico europeo, como consecuencia de la menor rentabilidad frente a otras regiones del mundo; vemos como la investigación está sufriendo una progresiva deslocalización. Los costes, los requisitos de seguridad y el tiempo necesarios para la introducción de nuevos productos en el mercado son altos en comparación con otros países. Así pues, para evitar la pérdida de cuota de merado es fundamental que el sector encuentre un equilibrio entre la investigación a largo plazo impulsada por el progreso tecnológico y la investigación a corto término demandada por el mercado.
Esta cuestión irrita especialmente al sector que, después de ver cómo en las últimas décadas la industria química española ha generado una evolución hacia producciones de mayor valor añadido, teme ahora que el esfuerzo realizado se desaproveche si no se apuesta por sólidas inversiones en investigación. El camino hecho nos deja el siguiente panorama: si en 1977 la química Básica representaba el 61 por ciento del sector ahora representa el 40 por ciento, mientras que la química de la Salud ha pasado del 19 de 1977 al 26 por ciento de nuestros días, y la química para la Industria y el Consumo Final supone ya un 34 por ciento, frente al 20 de 1977.
Sí, hoy el balance es positivo, todas las cifras muestran el buen comportamiento del sector, pero para mantenerlo en el futuro no se están dando las condiciones necesarias en materia de inversión en innovación y desarrollo tecnológico. La inversión crece (en 2006 fue de 862 millones de euros, un 13 por ciento más que en 2005) pero, según fuentes representativas del sector, no lo suficiente.
Reach ¿Una oportunidad?
La información generada por los fabricantes o importadores de las sustancias químicas se debe trasmitir a lo largo de la cadena de suministro, indicando las medidas que garantizan el uso seguro para la salud y el medio ambiente. Se establecen además los correspondientes sistemas de control y de coordinación con otras normativas de protección laboral, de los consumidores y del medio ambiente.
Esta nueva normativa va a comportar, sin duda, un elevado coste para la industria europea, pues generar y procesar la información para una sola sustancia puede ascender en algunos casos a varios millones de euros. ¿Cómo compatibilizará la industria la exigencia de garantizar un elevado nivel de protección de la salud y el medio ambiente, con el aumento de su competitividad? El Observatorio del Convenio General de la Industria Química ha emitido un comunicado en el que Fia-UGT, FITEQA-CCOO y Feique han manifestado un punto de vista común sobre el Reglamento Reach, considerando que “los costes asociados a la aplicación del Reach no deben suponer un menoscabo de la competitividad de las empresas; en especial de aquellas que cuentan con menores recursos y una posición más delicada dentro del mercado, de manera más específica: las pequeñas y medianas empresas españolas. Una implementación eficaz del Reach deberá de ser aquella que garantice que a medio y largo plazo se mejora la innovación, el desarrollo de sustancias más seguras, la información, la gestión de los riesgos y la competitividad del conjunto de la industria química española.”
Las citadas organizaciones solicitan en el documento “que las administraciones competentes prevean, en sus planes de apoyo, las ayudas necesarias para informar, formar, motivar y favorecer a las pequeñas y medianas empresas y a sus trabajadores en el cumplimiento del Reach”.
Se celebró en Punta Umbría, Huelva, el pasado 27 de mayo y tuvo como mensaje central la necesidad de garantizar que las empresas puedan competir en igualdad de condiciones con las de otros países, con legislaciones y requisitos menos exigentes. Durante el acto se dieron a conocer los trabajos y conclusiones del Observatorio Industrial del Sector Químico correspondientes a 2007. Este Observatorio tiene como misión institucionalizar de forma regular y permanente el diálogo entre las organizaciones sociales más representativas de la Industria Química española. Su principal objetivo es contribuir al desarrollo y competitividad del sector. Las organizaciones que lo componen consideran que este desarrollo industrial competitivo es la mejor herramienta para garantizar y mejorar las condiciones de vida y de trabajo en la industria química, y para consolidar el futuro de las empresas y sus empleados
La presentación corrió a cargo de Timoteo de la Fuente, Subdirector General de Análisis de Sectores y Medio Ambiente del Ministerio de Industria, al que siguieron los representantes de cada una de las organizaciones que participan en el Observatorio: Fernando Iturrieta, Presidente de Feique; Antonio Deusa, Secretario General de Fia-UGT; Joaquim González-Muntadas, Secretario General de FITEQA-CCOO y Emilio Pérez Picazo, Presidente de Fedit.
En su análisis de los objetivos y prioridades de la Industria Química y Básica estuvo muy presente el Reglamento Reach, reafirmándose en que los cambios derivados de la adaptación de las compañías a esta norma son una prioridad de gestión. Entre las propuestas presentadas destacaron las siguientes: Desarrollar y fomentar actividades formativas e informativas para que las empresas afectadas por el Reach conozcan las obligaciones y consecuencias derivadas del Reglamento; aumentar la vigilancia sobre el uso y tráfico de productos fitosanitarios ilegales que no cumplen los requisitos establecidos; optimizar las infraestructuras ferroviarias de uso general y la coordinación de la red española con la europea, como elemento básico para el transporte de mercancías; incentivar en los convenios colectivos la figura del Delegado de Medio Ambiente, e impulsar el cumplimiento de las medidas de prevención y gestión de los riesgos ambientales recomendadas en las Fichas de Datos de Seguridad y en los escenarios de exposición previstos en el Reach.
Responsabilidad sobradamente demostrada
Por otra parte la industria química es también líder en instalaciones de cogeneración para la generación de vapor con casi un 20 por ciento del total de la potencia española, y demás está presente en la introducción en el mercado de biocombustibles y las baterías de alta densidad permitirán un mejor aprovechamiento, almacenamiento y transporte de energías renovables como la solar, la del hidrógeno o la biomasa.
La contribución a la sociedad y la aplicación de criterios de responsabilidad social corporativa constituyen también una línea de actuación casi obligada en el sector químico. Al respecto, Antón Valero, presidente de AEQT, nos cuenta que “la principal plataforma, desde 1991, ha sido el desarrollo proactivo de la cultura del compromiso voluntario de conducta responsable por la mejora continuada en la salud laboral, la seguridad, el medio ambiente, la vertebración y la comunicación con la sociedad. Para lograrlo, se han firmado convenios con administraciones públicas y organizaciones cívicas. Además, entre los objetivos de la Asociación figura explícitamente el compromiso con la contribución al desarrollo sostenible del territorio.”
del polo químico de Huelva.
El sector químico en su apuesta por acercar la química a la sociedad y despertar vocaciones, está volcado en acciones dirigidas a los estudiantes. Un ejemplo lo encontramos en los acuerdos de la AEQT con la Consejería de Educación, uno de los cuales culminó el pasado año con la puesta en marcha del Aula de Química, un proyecto financiado por la AEQT y sobre el que su presidente, Antón Valero, afirma que es una muestra “de nuestro compromiso con el crecimiento sostenible del territorio, como modelo de colaboración voluntaria que ejercemos con las administraciones públicas, y que supone un sólido paso adelante en un ámbito, como es la educación, que es considera pieza clave en el futuro del sector”.
El Aula va dirigida a alumnos de 12 a 18 años, y es una actividad didáctica para que se introduzcan en el mundo de la química. El trabajo de campo se realiza en grupos y consiste en un día completo dedicado al estudio de la industria de este sector en el polo de Tarragona.
Además del trabajo que los estudiantes desarrollan en esta aula interactiva, el programa se puede complementar con una visita a una industria.
Anualmente pasan por el Campo de Aprendizaje alrededor de 30.000 escolares de las comarcas de Cataluña y se prevé de experimenten el Aula Química durante este primer curso unos 3.000 estudiantes.
Los objetivos del Aula son facilitar a los centros el descubrimiento y el estudio de un medio urbano en continuo cambio y desarrollo por medio de recursos y técnicas pedagógicas activas, y mostrar a los alumnos la importancia y la necesidad de las relaciones y la interdependencia de la ciudad con su territorio.
Las asociaciones de los polos químicos están volcadas en esa misión de hacerse transparentes y mezclarse con la sociedad, de explicar que la química es parte de nosotros, que su actividad esta unida a nuestras vidas y a nuestro desarrollo y que las empresas del sector tienen una firme voluntad de mejora de la sociedad. Entre las actividades llevadas a cabo por las distintas agrupaciones cabe citar las realizadas por la AEQT, como la participación en la Semana de la Ciencia, la colaboración con distintos departamentos de la Generalitat, como Medio Ambiente o Educación, para la realización del Forum de Trabajos de Investigación y Créditos de Síntesis, con el Aula Química, o acuerdos con el Colegio de Periodistas a través de un convenio para formación, etc. Otras actividades llevadas a cabo por esta asociación nos las explica su presidente: “Dentro de nuestra participación en la sociedad -explica Valero- cabe mencionar acciones como la colaboración con la Cámara de Comercio, con la Autoridad Portuaria, nuestro apoyo al proyecto de Tarragona 2016 para que la ciudad pueda ser la capital cultural europea, la integración en el Parque Tecnológico o la adhesión a la plataforma europea FERRMED”