Gestión forestal y turismo
En la Comunidad de Madrid, las superficies forestales son en general deficitarias; los gastos que su adecuada gestión conllevan son superiores a los posibles beneficios generados por los escasos recursos que ofrecen.
El turismo de bajo impacto es uno de los aprovechamientos más respetuosos e íntimamente ligados con la conservación del entorno. Como el que desde la propiedad de ‘La Ladera y Picazos’ se pretende impulsar, gracias a un acuerdo de colaboración con el Aula Apícola Sierra de Hoyo, mediante la organización de actividades encaminadas a aprovechar el potencial educativo y testimonial de la finca (visitas guiadas, observación y fotografía de naturaleza, cursos y talleres relacionados con la educación y sensibilización ambiental, etc…).
Por desgracia, varios factores están causando la devaluación de este recurso forestal, que en regiones como Madrid podría ser pieza clave en la conservación de muchos Espacios Protegidos:
- La utilización de este tipo de producto turístico por parte de algunos ayuntamientos, ofertándolo de forma gratuita, como reclamo para atraer visitantes en beneficio de otros sectores empresariales, con nula vinculación con la gestión y conservación del territorio. Ello genera un impacto negativo para quienes pretenden poner en valor este producto de la gestión forestal similar al que tendría para un ganadero, agricultor, maderero u hostelero el que un ayuntamiento ofertara sus productos a coste cero.
- Las excursiones y práctica del senderismo, carrera de montaña, etc., invadiendo de forma ilegal este tipo de espacios, arrebatándoles uno de sus principales recursos; si para un ganadero su recurso es el ganado, o para un maderero los árboles, para los promotores turísticos arraigados en Espacios Protegidos, su recurso es el respeto a su labor de gestión, que permite por ejemplo desarrollar actividades relacionadas con el avistamiento y fotografía de fauna autóctona. Podría por tanto decirse que la presencia de excursionistas no autorizados dentro de este tipo de espacios, imponiendo su presencia donde legalmente no tienen por qué estar, supone un robo de recursos al promotor turístico, similar al producido al sustraer a un agricultor su cosecha o a un ganadero su ganado.
La educación y sensibilización ambiental, así como una adecuada información y concienciación de los agentes involucrados, deberían ser las claves para abordar y resolver este grave problema. En el siguiente enlace, puede encontrarse una interesante reflexión e iniciativa sobre Gestión Forestal y Conservación, relacionada con el proyecto Landscare, promovido por COSE (Confederación de Selvicultores de España), con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.