‘Out of the woods’: la andadura de 12 sillas de madera de frondosas
Benchmark, empresa de renombre mundial por su maestría en el trabajo de la madera como por su larga relación con el afamado diseñador Terence Conran, ha convertido los diseños en prototipos de trabajo. A comienzos de julio, los alumnos, acampaban por las noches en el jardín de Terence Conran y por el día acudían a los talleres de Benchmark donde los diestros artesanos de la empresa, dirigidos por el propietario de la misma, Sean Sutcliffe, les ayudaron a convertir sus ideas en realidad.
“Me sentí muy impresionado por la calidad de los diseños y el entusiasmo de los alumnos por sus proyectos”, comenta Sutcliffe. “Como expertos en el trabajo con la madera pudimos comprobar cómo algunas piezas difíciles de conseguir llegaban a buen término”. La American Hardwood Export Council (Ahec) es bien conocida en el ámbito del diseño internacional por su creativa promoción de la madera de frondosas, para lo que ha colaborado con prescriptores y firmas tan destacadas como David Adjaye, Matteo Thun, Sou Fujimoto, Arup y Amanda Levete. Sin embargo, ahora ha centrado su atención en los futuros talentos del diseño mediante un proyecto único e innovador dirigido a estudiantes.
La formación y la investigación son elementos únicos y diferenciadores del proyecto actual ya que, en esta ocasión, Ahec utiliza por primera vez su innovador estudio de Evaluación del Ciclo de Vida (LCA). Ahec ha anunciado recientemente la publicación del informe, conforme a ISO, de la Evaluación del Ciclo de Vida (LCA) de la madera de frondosas en bruto, sin cepillar y secada en secadero. El informe, elaborado por PE International, una firma de consultoría experta en sostenibilidad, tras un proceso intensivo de recopilación, análisis y revisión de datos, es la primera etapa del proyecto LCA de Ahec. El informe cubre el ciclo de vida medioambiental de la madera aserrada de frondosas desde el punto de tala en los Estados Unidos hasta la entrega en las instalaciones de los importadores en los principales mercados de exportación. Proporciona datos cuantitativos sobre el Potencial de Calentamiento Global, el Potencial de Acidificación, el Potencial de Eutrofización, el Potencial de Formación Fotoquímica de Ozono y el Potencial de Agotamiento de Ozono. También proporciona una evaluación cuantitativa de los impactos en la biodiversidad, en el uso del suelo y en la transformación de los usos del suelo, en la toxicidad y sobre los recursos hídricos. El informe incluye un análisis de sensibilidad con el fin de mostrar la variación de los impactos medioambientales en función de algunos factores clave como son la especie, el grosor de la madera aserrada y la distancia y el modo de transporte empleado.
Utilizando estos datos y los datos recopilados durante el proceso de fabricación, incluyendo el tiempo empleado en cada máquina y las cantidades de material utilizadas, se ha elaborado un perfil medioambiental de cada prototipo seleccionado utilizando un sistema ‘i-report’ desarrollado por PE International para Ahec. Al producir evaluaciones detalladas del impacto de sus diseños, cubriendo todas las etapas del Ciclo de Vida (‘cradle-to-grave‘– desde la cuna hasta la tumba), este proyecto permite a los jóvenes diseñadores comprender plenamente el impacto medioambiental real y directo de sus decisiones a la hora de utilizar madera de frondosas estadounidenses.
Para Sebastian Wrong, el proyecto “ofrece a los alumnos una oportunidad pionera de crear diseños en el contexto de la cruda realidad a la que se enfrenta el planeta”. “No se trata solo de diseñar una silla que perdure físicamente muchos años, sino también de producir una silla cuyo diseño siga siendo relevante en un futuro lejano”, añadió Harry Richardson, codirector del proyecto.
David Venables, director europeo de Ahec, que desarrolló la idea del proyecto junto con Sebastian Wrong explica que “el talento de estos alumnos es extraordinario. Este proyecto les ha brindado la oportunidad de trabajar con madera de frondosas y el hecho de que en esta ocasión también puedan ver y comprender el impacto ambiental integral de sus diseños no solo confiere a esta colaboración una relevancia adicional para la realidad actual, sino que también la diferencia de otros proyectos de diseño dirigidos a alumnos”.
La silla Well Proven Chair es un proyecto experimental que explora nuevas maneras de producción sostenibles utilizando residuos de madera procedentes de cualquier planta bien gestionada. Combinando virutas de madera recogidas del suelo del taller con bioresina, agua y tintes, el inglés James Shaw y la holandesa Marjan van Aubel moldearon la masa resultante cuyo aspecto era el de un puré espeso, para crear una silla clásica que, una vez seca, se convirtió en una estructura dura. Esta pieza única se apoya sobre elegantes patas torneadas de madera de fresno que contrastan con el colorido y la viveza del asiento.
Tomando su nombre de la escultora Phyllida Barlow, esta pieza está inspirada en una de sus obras. Partiendo de la idea de crear un banco empaquetable a partir de materiales armoniosos, el irlandés David Horan y el australiano Nicholas Gardner han diseñado un banco que se empaqueta formando un bulto plano fabricado con tabla de tulipwood, chapa de 1,5 mm, cordón elástico y sin tornillos. Las patas se encajan en anillos de tulipwood que descansan sobre el suelo y en una ranura circular situada en la parte inferior del banco. Cuando hay que transportar el banco, las ‘patas’ se desenrollan para hacerse planas y los anillos de la base de las patas se introducen en otra serie de ranuras en la parte inferior del banco. El conjunto completo se sujeta mediante los cordones elásticos que una vez montado el banco se utilizan para fijar los anillos a ganchos situados en la cara inferior del banco plano. Se eligió el tulipwood tanto por la personalidad de esta madera como por su resistencia y ligereza, gracias a la cual el banco puede ser transportado por una sola persona.
El sueco Petter Thörne partió de la idea de fabricar un mueble sencillo pero elegante que hiciera un uso económico de los materiales. Su diseño, denominado Beeeench, es una estructura de vigas de 3,5 metros de longitud formada por listones delgados de fresno estadounidense. El fresno es una madera muy resistente y flexible; “para mí este proyecto ha consistido básicamente en llevar el material al límite”, explica Thörne. Las patas del banco Beeeench son desmontables, lo que facilita su transporte.
Sam Weller siempre ha sentido un gran interés por los principios de la mecánica y la ingeniería. Su taburete está inspirado en las obras escultóricas de Kenneth Snelson, basadas en el principio de la tensegridad (un concepto que posteriormente definiría Buckminster Fuller), en el que los componentes de una estructura se mantienen unidos mediante la tensión continua de cuerdas de unión. El diseño de Weller utiliza cuerda en tensión para mantener los elementos unidos, que ni siquiera necesitan tocarse entre sí. El proceso de fabricación fue relativamente sencillo y el reemplazo de cualquier pieza dañada, si fuera necesario, no revestiría ninguna dificultad, lo que contribuirá a prolongar la vida de servicio del taburete. Weller fabricó tres taburetes en fresno, cerezo y nogal estadounidense.
Bobby Petersen y Tom Gottelier no querían crear con su diseño simplemente una silla, sino una experiencia real. Fascinados por la durabilidad y la solidez de la construcción de los barcos, decidieron diseñar una silla flotante. La silla-barca se ha fabricado en contrachapado marino rechapado en cerezo estadounidense, material que se eligió por su elevada relación resistencia/peso y su color, que se oscurecerá con la exposición a la luz solar. La quilla está fabricada en roble blanco estadounidense que, al ser una madera duradera y pesada, resulta un material muy adecuado para este elemento. La barca tiene la peculiaridad de que puede controlarse mediante un teléfono inteligente con GPS en el que el software controla el sistema de propulsión permitiendo al usuario relajarse en el asiento mientras navega en la barca.
Solitude de Mary Argyrou está inspirada en las sillas de iglesia de fabricación artesanal que pueden encontrarse en Chipe, su país de origen. Fiel a los valores de la iglesia, la silla es modesta en su expresión y su forma encarna la durabilidad y la significancia del mobiliario en el marco de una iglesia. Fabricada en cerezo, está formada por sólidos laterales entre los que se sitúa un asiento que puede plegarse hacia abajo. Con el asiento bajado, el usuario puede replegarse en su propio espacio privado. El mobiliario de iglesia puede durar fácilmente más de un siglo y no hay ninguna razón para que no sea así en el caso de esta silla. “Su ciclo de vida se refleja tanto en la durabilidad del material como en su uso”, explica Argyrou.
El londinense Nic Wallenberg ha creado una silla apilable con curvas ergonómicas. Para hacer que su silla fuera lo más sostenible posible, Wallenberg ha aprovechado la resistencia y la flexibilidad del hickory americano y, utilizando tornillos, ha conseguido ‘comprimir’ la silla en la forma deseada. De esta manera la silla adquiere curvas ergonómicas sin necesidad de utilizar técnicas que consumen energía como el curvado con vapor o el moldeado a presión.
Este banco tan inusual está diseñado por el sueco-chileno Antón Álvarez. El concepto de esta pieza consiste en tallarla a partir de un árbol talado dejado en el suelo del bosque allí donde cayó, una idea que tuvo que adaptarse ligeramente puesto que el joven diseñador trabajaba con madera de frondosas estadounidenses en Inglaterra. Utilizando una sierra portátil y herramientas manuales sencillas se ha construido un banco a partir del tronco de un cerezo estadounidense. Álvarez parte de la idea del placer que supondría encontrarse un banco así durante un paseo por el bosque.
La silla Num. 4 refleja el interés de Santi Guerrero por el estilo danés en el que normalmente las técnicas de construcción son un elemento destacado. A nivel visual, su silla es muy sencilla y honesta; tanto los puntos en los que las patas atraviesan la estructura como los lugares en los que éstas se sitúan a ras del asiento están a la vista. Al elegir el fresno estadounidense, una de las maderas más fuertes y resistentes, Guerrero Font consiguió reducir el grosor necesario de la madera de 20 a 12 mm. El joven diseñador español fabricó una plantilla para crear las uniones, lo que facilitaría en gran medida el proceso de fabricación de múltiples sillas.
El interés de Davies por la gastronomía y la cocina le llevó a diseñar una silla que podría describirse en los términos de una receta culinaria y que, fabricada con diversas maderas de frondosas, guarda una estrecha relación con la comida. Muchas especies de frondosas estadounidenses producen frutas o nueces, la madera de roble, aliso y hickory americanos se utilizan con frecuencia para ahumar alimentos, del arce se obtiene el jarabe de arce, etc. La pieza es una silla Windsor tradicional con una peculiar innovación: el asiento está ‘encurtido’ en vinagre, las patas se han ‘ahumado’ y las barras del respaldo se han ‘sazonado’ con esencias de frutas. La silla de Davies está fabricada en roble rojo, aliso, arce duro, roble blanco, nogal, cerezo negro, arce blando, hickory y pecan americanos. Algunos de los sazonadores utilizados por la diseñadora, que aportan color, son el azafrán, pimentón, arándanos, fresas, frambuesas, remolacha, moras, granadas y piel de cebolla.
Al conocer el dato de que la producción de la madera secada al horno de una pulgada de grosor requiere una cantidad de energía mucho menor que la necesaria para producir grosores mayores del mismo material, Michael Warren optó por diseñar muebles utilizando una única pieza de madera de 25 x 145 mm x 1,6 m de longitud. Warren diseñó conexiones a pequeña escala siguiendo el concepto de las uniones de los edificios con estructura de madera verde. Movido por un gran deseo de reducir al máximo la huella medioambiental, Warren evitó el curvado con vapor para crear la curva del asiento, utilizando en cambio dos laminados unidos con adhesivo. El taburete acabado solo pesa 1,5 kg. Warren fabricó varios taburetes durante su semana en Benchmark, de entre los que su favorito es el fabricado en sapgum. Puesto que el sapgum es una madera extremadamente ligera, el taburete fabricado en ella es la versión ‘peso pluma’ de este taburete ya de por sí ligero.
La diseñadora y fabricante de muebles japonesa Norie Matsumoto quería que su diseño fuera una hermosa escultura de madera que también sirviera de silla, en lugar de adoptar el enfoque a la inversa más habitual. Esta manera de abordar el proyecto se plasmó en un diseño asimétrico que se despliega de una manera sorprendente pero elegante. La Folded Chair combina el fresno y el nogal estadounidenses, jugando con los tonos claros y oscuros y convirtiendo su carácter asimétrico en un elemento central del diseño. La versatilidad que aporta a la silla el hecho de poder plegarse para guardarla cuando no se utilice contribuirá a asegurar su longevidad.