La etiqueta: algo más que una carta de presentación
5 de mayo de 2011
Las etiquetas se han convertido en los últimas dos décadas en algo más que la carta de presentación de un producto al consumidor. Sea cual sea su soporte, sea cual sea su usuario final, la etiqueta ha evolucionado hasta ser una fuente de información ingente que permite la trazabilidad del producto, ya sea de forma activa o pasiva, y, por supuesto, ofrecer información cada vez más completa y compleja.
Las etiquetas inteligentes (RFID) y los códigos 2D Datamatrix se imponen cada vez con más fuerza en el mercado de la codificación y el marcaje; y la tecnología en las fases de producción, embalaje, transporte, manipulación y venta evolucionan para poder ofrecer en todo momento la información necesaria, ya sea del lote y lugar de fabricación de un medicamento, de cuál ha sido la línea de producción que ha producido el chasis de un vehículo o el número de embotelladora y caducidad de una lata de refresco. Todo ello agiliza la cadena de suministro y permite gestionarla de manera completa y al milímetro desde hace tan solo unos años.
Para poder aplicar este tipo de marcaje y etiquetaje, las empresas solicitan unos equipos cada vez más versátiles. Así, prima ante todo la modularidad, para adaptarse a sus líneas de producción fácilmente, una alta velocidad de impresión y aplicación, y un software de gestión sencillo e intuitivo que permita conectarse rápidamente a los sistemas informáticos de la fábrica o planta.
Aunque los tags de RFID en etiquetas no han tenido la calurosa acogida que se esperaba a nivel general, es cierto que es una realidad que se está imponiendo en algunos sectores en donde el bien a etiquetar o trazar es de alto valor (sanidad, aeronáutica, etc.). No obstante el sistema tradicional de etiquetado, basado en la transferencia térmica, seguirá compartiendo almacén con las nuevas fórmulas que se van abriendo camino.
En los tiempos que corren las compañías no apuestan por grandes inversiones, aunque les vaya a suponer un menor coste a futuro: hoy hay que pensar a corto plazo. Por ello, cada vez son más las compañías que se decantan por los equipos modulares con autonomía para funcionar en cualquier punto del almacén, y a una gran velocidad tanto en la fase de impresión como en la de control y aplicación.
Las exigencias del mercado en estos momentos son, principalmente, las orientadas a las etiquetas que se imprimen y se aplican en los embalajes, con lo que cualquier cliente puede decidir dónde colocarlas en función de sus preferencias y accesibilidad a la hora de manejar la mercancía.
Del mismo modo que se hace con los clientes, la industria logística tiene que irse adaptando a la normativa vigente para el cómputo general de la mercancía, así como a la específica para cada tipo de producto, siempre respetando las exigencias en materia medioambiental.