Rehabilitación y eficiencia energética
Óscar Conde Pérez. Connectivity Solutions Consultant en GEZE Iberia
12/04/2022Uno de los factores prioritarios a la hora de escoger una vivienda siempre ha sido la ubicación del inmueble. El confinamiento nos ha mostrado la necesidad de disponer en las viviendas de espacios abiertos, luz y ventilación natural, zonas verdes y, sobre todo, la necesidad de una vivienda tecnológicamente adaptada (buena conexión a internet, espacio para teletrabajo…). Estas “nuevas necesidades” de seguridad y confort de los usuarios han desbancado, en prioridad, a la ubicación del inmueble.
Los primeros proyectos de rehabilitación arquitectónica post COVID, todavía están viendo la luz ahora, por lo que es muy pronto para distinguir un antes y un después. En los próximos meses se verá como, no solo el sector inmobiliario, sino todos los sectores de la edificación, irán adoptando medidas encaminadas a mejorar la calidad y seguridad de los usuarios frente a posibles nuevas pandemias y confinamientos.
Desde GEZE hemos comprobado que las soluciones domóticas automatizadas para la gestión autónoma de la calidad de aire interior (a través de sensores de CO2 y apertura automática de puertas y ventanas), ha sido una de las soluciones post-COVID con más demanda, debido al confort y seguridad que aporta a los usuarios un sistema de ventilación natural.
Y hoy en día todos los sectores, no solo la edificación, deben aportar mejoras orientadas a la sostenibilidad con el medioambiente. Han surgido diferentes tipos de certificaciones de cuidado del medioambiente y la carrera por el edificio sostenible y con mejor certificación es diaria. No debemos caer en la novedad: la sostenibilidad y el cuidado por el medio ambiente debe ser diario y no debe estar orientado únicamente al momento de la ejecución y certificación final (optimizar las rutas de transporte, analizar la producción y el ensamblado para evitar recortes y sobrantes, la reutilización de materiales…son algunos ejemplos).
Es por esto que todos aquellos productos con certificación BREEAM, LEED o que puedan contribuir a edificios sostenibles con energía cero o incluso positiva, están al alza para dar solución medioambiental a la reforma o rehabilitación, pues un edificio rehabilitado mejora la vida útil del inmueble, garantiza que el promotor está cumpliendo con las normativas vigentes y aumenta el confort, el ahorro energético, la sensación de bienestar y la tranquilidad del usuario final. Si añadimos la sostenibilidad, cerramos un círculo eficiente, difícilmente equiparable a un edificio sin rehabilitar.
La adaptación de edificios al CTE DB-SUA y la mejora de la accesibilidad, tanto para personas con movilidad reducida, como para personas mayores e incluso niños, son el origen de buena parte de las reformas de espacios comunes en edificios El respeto sobre la arquitectura y el cuidado de edificios protegidos son los principales retos a la hora de realizar reformas accesibles. El equilibrio entre la protección, la arquitectura y la accesibilidad suponen un desafío en muchas ocasiones, que tiene que ser solventado dentro del marco del CTE por el ingenio de arquitectos en colaboración con soluciones especiales de fabricantes como GEZE (p.e. GEZE Powerturn con función SMART SWING)..
El hecho de que un edificio sea rehabilitado, conservando la imagen y el diseño original, no implica que su uso deba ser ‘vintage’, sino todo lo contrario. La verdadera magia de la rehabilitación consiste en crear un inmueble tecnológicamente moderno y actualizado, respetando la imagen y el diseño original. El papel de las nuevas tecnologías (controles domóticos, ventilaciones automáticas, control calidad del aire…) no solo suponen un papel importante en la actualización de un edificio, sino que también suponen un valor añadido en la revalorización final del mismo.
El Plan Estatal de la Vivienda ha aportado en ayudas directas a la rehabilitación 1.408 millones de euros en los últimos 3 años y de cara al futuro, el Plan de Rehabilitación y Regeneración Urbana, espera aportar hasta el año 2030, 6.820 millones de euros (hasta 20.000 euros por vivienda), que, de hacerse realidad, sería una extraordinaria noticia para el sector.
Todos los intervinientes en cualquier fase de una obra de reforma (administración, arquitectura, promotor, constructor, industrial e incluso usuario final) están sensibilizados con la economía circular, con el reaprovechamiento de los materiales y con la obtención de un resultado final que cumplan con la sostenibilidad, sin perder nunca de vista el confort, la estética y la seguridad del resultado final.
El futuro es esperanzador, la rehabilitación se está abriendo paso ante la falta de suelo urbano residencial y ante la necesidad de actualización de nuestros edificios, en todos los sectores (residencial, industrial, administrativo, hotelero, comercial...).