La crisis del COVID-19 impulsa la relación de los industriales con los ingenieros

Presente en más de 30 países y en todos los continentes, Segula Technologies posee una perspectiva global de los mercados industriales y de la actual crisis sanitaria y económica. Fiel a su idea de innovación y excelencia en solidaridad con sus semejantes, el grupo de ingeniería comparte su visión a corto plazo para poder salir de la crisis.

Desde el comienzo de la crisis sanitaria de COVID-19, los medios nos han alertado sobre la “nueva normalidad” en las actividades sociales, medioambientales, económicas... y a menudo políticas. Pero poco se ha hablado sobre el papel que ocupa el sector industrial en nuestra sociedad, que sin embargo es uno de los motores más importantes de la economía española. La presencia mundial de Segula Technologies como expertos en ingeniería nos permite conocer de primera mano el impacto de la crisis en la industria, y una convicción clara sobre las contribuciones estratégicas y operativas de las empresas de ingeniería al final de la crisis.

Si bien los cambios que se produzcan a raíz de esta crisis se harán notar en casi todos los sectores, no se aprecia una transformación tan profunda como a priori parece. Esta situación ha endurecido los desarrollos en la gestación, amplificado las señales débiles, y muy probablemente acelerará ciertas transiciones que ya han empezado a desarrollarse. Por supuesto, la magnitud de estos acontecimientos dependerá de los efectos sistémicos específicos de cada sector industrial, cada mercado y cada zona geográfica. Sin embargo, hay algunas acciones comunes y/o frecuentes que se van a dar en todos los países.

En primer lugar, la actitud de los clientes, desde el público en general hasta los consumidores institucionales (Estado, autoridades locales y administración), a través del B2B estarán más apegados a la producción local, mucho más concienciados (RSE, economía compartida, boom de los alquileres, etc.), probablemente menos acomodados y quizás más pacientes.

En segundo lugar, el fortalecimiento de las limitaciones y aspiraciones medioambientales, con ayudas ya condicionadas a las opciones de inversión u operación y probablemente reglamentos o decisiones temporales que podrían durar hasta que se conviertan en disposiciones permanentes. Este es indudablemente el caso de los reglamentos sanitarios, que podrían, por ejemplo, empujar a todos los transportes públicos a adoptar sistemas de filtración del aire similares a los utilizados en la aviación comercial, o a las plantas de tratamiento de aguas residuales para mantener la higienización de los lodos de depuración antes de su esparcimiento.

Por último, la crisis económica, que muchos analistas ya preveían incluso antes de la crisis sanitaria, es un hecho que está ocurriendo por igual en todos los países. Una crisis que se empezará a manifestar por la falta de inversión, tanto por la falta de medios como por la dificultad de proyectarse en un mundo incierto. Por lo tanto, los fabricantes tendrán que dar prioridad a los ciclos cortos, la adaptación de los recursos existentes, la interfuncionalidad tecnológica, la innovación, la puesta en común, etc…

¿Cómo podremos evolucionar en un entorno que se ha vuelto impredecible? Confiando en la agilidad, flexibilidad y sobriedad de la inversión y con la ayuda operativa de las empresas de ingeniería.

En este momento, la industria está tratando de ponerse al día con la contención. Así pues, lo que está en juego está esencialmente vinculado a la capacidad de producción, que debe optimizarse rápidamente para producir más, pero también hacerse más flexible para producir “variados”, a fin de satisfacer el mayor número posible de pedidos. Estos desarrollos se basan en habilidades dominadas por ingenieros, capaces de revisar productos y procesos de acuerdo con las nuevas limitaciones con la ayuda de las últimas tecnologías. Este “impulso” requiere no sólo el uso de los métodos y herramientas de trabajo más eficientes (diseño digital, prototipos rápidos, etc.) sino también recursos humanos suficientes, a pesar de la ausencia física de muchos empleados. Este es uno de los pocos puntos positivos de esta crisis: la confianza en el teletrabajo. Los equipos distribuidos han tenido la oportunidad de probar su eficiencia a distancia, ¡a veces incluso mejor que en las oficinas! La continuación de esta forma de trabajo es seriamente concebible, ya que facilita la creación de equipos ad hoc y la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar de residencia.

Llegará, más rápido de lo que creemos, el momento en que la industria se adapte profundamente a esta “nueva normalidad”. También en este caso, optimización y flexibilidad serán las palabras clave: optimización de las flotas de transporte, rediseño de los productos para una mayor versatilidad, flexibilidad de las líneas de producción (velocidad, tecnologías, naturaleza de la producción...). Temas que no sólo son comunes para las empresas de ingeniería, sino que están profundamente arraigados en nuestros genes. A las optimizaciones técnicas, añadamos finalmente la optimización de las inversiones, a las que el sector industrial conoce bien y ha demostrado sus conocimientos técnicos: en el sector del automóvil con arrastre (máxima reutilización de los recursos existentes), en el diseño al coste, y más ampliamente en el transporte o las infraestructuras con optimización de los activos.

Con el fin de ayudar a mejorar el sector industrial en esta compleja y desconcertante etapa que estamos viviendo, los ingenieros están explotando los fundamentos de su profesión. Nuestra misión es encontrar soluciones técnicas, aplicarlas y resolver los problemas apoyándonos en métodos de trabajo probados, en la experiencia intersectorial e internacional y en las habilidades constantemente actualizadas de nuestros empleados. Nuestra innovación pragmática y operativa, que es la piedra angular de nuestro negocio, adquiere hoy todo su significado, porque más que nunca, la industria necesita soluciones fiables y de uso inmediato.

Optimización, flexibilidad, método, experiencia intersectorial, innovación... Crisis o no crisis, en el mundo actual como en el “próximo”, la ingeniería está y sigue estando ahí para apoyar a la industria con estas palancas indispensables para su buen funcionamiento.