Un nuevo informe alerta sobre los riesgos relacionados con los contenedores de transporte fumigados
Un nuevo estudio llevado a cabo por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) ha analizado los riesgos a los que están expuestos los trabajadores al abrir los contenedores de transporte fumigados. El estudio identifica las lagunas significativas que existen en las medidas de prevención y elabora una serie de recomendaciones que deben aplicarse para mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores.
Cada año, se transportan más de 600 millones de contenedores de carga en todo el mundo. Con frecuencia, estos contenedores reciben un tratamiento con pesticidas para evitar que se dañen las mercancías. Los agentes usados para tal fin, como la fosfina (PH3), el bromuro de metilo (MeBr) y el formaldehído, poseen propiedades tóxicas o irritantes conocidas y pueden afectar a largo plazo al sistema cardiovascular y al sistema nervioso central. Los trabajadores portuarios que abren los contenedores, por ejemplo durante las inspecciones aduaneras, pueden quedar expuestos a esos agentes dañinos. El informe indica que se ha subestimado este problema.
El informe —elaborado como respuesta a una necesidad que fue identificada por el comité de diálogo social sectorial de la Comisión Europea— describe una serie de problemas, entre los cuales se incluyen los siguientes:
- Raramente se coloca una etiqueta a los contenedores fumigados para indicar que fueron fumigados.
- Los procedimientos de seguridad al abrir y descargar los contenedores fumigados resultan insuficientes.
- No se llevan a cabo las evaluaciones de riesgos adecuadas.
- Falta un protocolo de detección claro y normalizado para detectar residuos de fumigantes.
- Existe un déficit en la generación de informes sobre los incidentes con efectos perjudiciales para la salud.
Varios cambios en la práctica actual podrían mejorar enormemente la salud y la seguridad de los trabajadores en cuestión. El informe incluye varias acciones, estrategias y recomendaciones de prevención.
- No abrir los contenedores hasta que una evaluación de riesgos determine que es seguro hacerlo. Se podría basar en documentos de transporte o en mediciones aprobadas de la atmósfera del contenedor, si fuera necesario tras ventilarlo.
- Usar equipos de supervisión y aplicar procedimientos de detección normalizados que sean adecuados para los contenedores fumigados. Las herramientas usadas para la detección deben poder identificar MeBr y PH3 (y, a ser posible, otros fumigantes) con la sensibilidad suficiente para detectar con precisión un nivel de, al menos, un 10% del límite de exposición profesional.
- Aplicar la legislación en materia de etiquetado de contenedores fumigados. Se necesita un enfoque uniforme en todos los puertos europeos para evitar la competencia a costa de la salud y la seguridad.
- Identificar los contenedores que podrían comportar un riesgo para la salud de los trabajadores: hace falta un proceso de etiquetado claro y normalizado (incluido el uso de símbolos cuando exista una posible barrera lingüística).
- Crear y aplicar procedimientos normalizados para la liberación de gases (reemplazar el aire) y la ventilación de los contenedores fumigados.
- Distribuir información que contenga directrices sobre el equipo de protección personal y la evaluación de riesgos; todos los trabajadores que puedan estar expuestos a los contenedores fumigados deben poder entender la información con facilidad.