ECommerce, un futuro sin límites
Ahora, el consumo se ha decantado por el comercio electrónico. Lo avalan los datos de facturación a nivel mundial que en 2015 alcanzaron los 22 mil millones de euros con un crecimiento del 23%. O los últimos datos en España, donde 11 millones de personas realizaron algún tipo de compra, a través de la web en 2013, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ante esta encrucijada de la actualidad, la logística se enfrenta a no pocos retos. El consumidor, no solo está diciendo a la logística cómo quiere la distribución, sino que el sistema productivo también le está diciendo que quiere acercar los tiempos.
Por tanto, el consumidor es el cliente pero el cliente del operador es la distribución. De este modo, la logística se encuentra ante una doble petición a la que dar respuesta, pero además a una velocidad de vértigo porque cuando el sistema de consumo cambia quiere una respuesta rápida.
Y, ¿cómo dar esa respuesta?. Pues desde luego este cambio, a nivel logístico, para afrontar el nuevo escenario del ecommerce supone un cambio cultural y de modelo para los operadores logísticos. Los ciclos de servicio son cada vez más cortos, y las empresas deben afrontarlos de forma eficaz. Y sobre todo con Innovación y Desarrollo.
Adaptabilidad en el ADN
Pero, hay un componente mucho más importante para las compañías logísticas y es la necesaria adaptabilidad a los cambios y retos constantes y creatividad a raudales.
La respuesta también incluye nuevas estrategias entre operadores para poder dar nivel de servicio al consumidor como economías colaborativas porque la colaboración es necesaria para la eficacia. Y entre algunas otras de las características para dar solución logística al ecommerce también hemos de hablar de tecnología en los procesos operativos y aplicación del Big Data para la predicción de la demanda.
También hemos de pensar en las ciudades, y en cómo resolvemos entregas, tanto en zonas aisladas y muy concurridas, como en espacios abiertos de grandes praderas. No es igual resolver una entrega en el centro de Madrid como en una llanura de EE UU.
Y ante este pensamiento aplicar la resolución que más se adapte a estas necesidades, porque drones, bicicletas eléctricas, vehículos… cada modalidad tiene unas aplicaciones y no va a haber una única forma, sino que convivirán todas ellas, y más que se lograrán.
Y es que, mientras el comercio electrónico va aumentando, los niveles de emisión de CO2, en ciudades y países, deben ir rediciéndose.
Pero, otro de los imparables avances que pueden cambiar el panorama puede ser la impresión 3D, con la que en un futuro no muy lejano, los consumidores, en lugar de comprar un producto, se lo podrán llegar a imprimir en su hogar. Y este hecho ¿cambiará también la logística?.
Desde luego, estamos ante un cambio de modelo pero con enormes oportunidades para aquellas empresas que sepan dar una respuesta al hecho de aportar entregas eficientes, donde el consumidor esté satisfecho, gestionar eficientemente los cuellos de botella, cubrir las entregas express de forma óptima en las grandes urbes, reducir los costes por rutas y sobre todo ser socialmente responsables y sostenibles en el modo de hacerlo. Las compañías que lo logren harán de la logística el nuevo marketing para su empresa.
El panorama que se nos muestra no es para nada aterrador, sino estimulante, y es que “habrá obstáculos, habrá dudas, habrá errores, pero con trabajo duro, no habrá límites”.