Lograr una ventaja competitiva a través de las operaciones
Competir en la singularización, ser singular, ser diferente en la satisfacción de las necesidades de los clientes tanto en producto como en servicio, yendo más allá de las características físicas y del servicio, abarcando cualquier aspecto que influya en el valor que los clientes le atribuyen. Por tanto, los directores de operaciones eficaces ayudan a definir todos los atributos de un producto y/o servicio que influirán en el valor potencial que le concederá el cliente.
Competir en el coste, ser el más barato, implica alcanzar la mayor ventaja desde el punto de vista del cliente. Requiere examinar cada una de las 10 decisiones de la dirección de operaciones, en una lucha sin tregua por reducir costes y, a la vez satisfacer las expectativas de valor del cliente. Una estrategia de bajo coste no implica un valor bajo o una mala calidad.
Competir en la respuesta, es dar respuestas flexibles, fiables y rápidas. El concepto de respuesta abarca todo el conjunto de ventajas relacionadas con el desarrollo y entrega del producto en el tiempo previsto, así como con un control fiable del tiempo y una ejecución flexible. La respuesta flexible puede entenderse como la capacidad de adecuar los cambios a un mercado en el que las innovaciones en los diseños y los volúmenes varían sustancialmente.
En la práctica estos tres conceptos se aplican a través de seis estrategias específicas que se muestran en la siguiente figura
Dichas estrategias son:
- Flexibilidad en el diseño y el volumen
- Bajo coste
- Entrega
- Calidad
- Servicio postventa
- Amplia gama de productos.
Queda igualmente claro, que para cada una de las estrategias que podemos llegar a adoptar, tenemos que desarrollarla a través de cada una de las 10 decisiones de operaciones que están contempladas en el lado izquierdo de la figura.