En la logística llevamos algo más de una década observando la tendencia hacia la globalización de servicios
Valor añadido como elemento diferenciador
En un mundo hoy en día tan competitivo y que cambia con tal rapidez, la adaptación es la clave del éxito. Ya lo decía Charles Darwin en el siglo XIX al asegurar que no sobrevive ni el más fuerte ni el más inteligente, sino el que es capaz de adaptarse a los cambios. Así pues, tanto en la vida como en la logística ser el más grande no tiene que ser de por sí una ventaja competitiva, ni sinónimo de ofrecer al cliente lo que está necesitando o buscando.
En la logística llevamos algo más de una década observando la tendencia hacia la globalización de servicios y, por ende, de compañías. Las compras e integraciones están a la orden del día, siguiendo la tendencia del más fuerte, del cuanto más grande mejor. Sin embargo, curiosamente, empresas de mediano tamaño, muy especializadas o localizadas tanto sectorialmente como geográficamente, siguen siendo necesarias incluso para esos mismos grandes operadores multinacionales.
Enrique Nader.
Y es que el tan manoseado término de ‘valor añadido’ alcanza otra esfera cuando de verdad se analiza lo que hay detrás, y que poco depende del tamaño de la compañía que puede ofrecerlo. Es verdad que sigue siendo el valor añadido un elemento diferenciador pero, debemos preguntarnos: valor añadido, ¿para quién? De nada sirve apostar por elementos diferenciadores si no responden realmente a lo que el mercado, a lo que el cliente necesita. Puede que necesite simplemente un almacenaje a bajo coste con un picking mínimo para una zona muy concreta, y todo ello con un precio tan ajustado que, posiblemente, el operador local más cercano a su centro de producción será más indicado que el gran operador internacional con una megaplataforma a muchos más kilómetros de distancia y que tarifica sus descuentos en función de tamaño del cliente.
La logística es un sector muy influenciado por la globalización de servicios y de compañías.
Esas reflexiones son el origen de compañías como One2One Logistics, en las cuales trabajos profesionales que tenemos muy claro que la competencia no son otros operadores o las grandes multinacionales son el enemigo imposible de batir. En absoluto, la competencia son nuestros mismos clientes, son ellos lo que con sus necesidades nos encienden la mecha de la innovación, del valor añadido capaz de permitirles mejorar sus procesos en la cadena de suministro, hacerlo eficiente, con calidad y, encima, conseguir reducir sus costes.
La logística debe huir del tradicional menú cerrado.
La integración de servicios también juega su papel. Hay que huir del tradicional menú cerrado, del portfolio inamovible que lo único que hace es encorsetar y limitar lo que podemos o no podemos hacer por un cliente. Como ejemplo, en One2One Logistics trabajamos con productos de consumo, integrando la logística inversa con ciertas tareas de reparación para clientes muy especializados. ¿Qué conseguimos con ello? Pues reducir los costes y disminuir los tiempos de respuesta. Es decir, seguimos dando valor añadido real al cliente.
Similar caso es el de la logística para el comercio electrónico (e-commerce), tan de moda y que algunos gurús, con más o menos fortuna, señalan como tabla de futuro para el sector de los operadores. En ese ámbito tan concreto las operaciones que se pueden realizar desde la logística son ilimitadas y muy diferentes dependiendo del tipo de producto a manejar. A ello se suma que Internet no tiene fronteras y el consumidor puede comprar en una web cuyos productos pueden encontrarse en la otra punta del planeta. En esa situación la colaboración, el partenariado con clientes y empresas son vitales. De nuevo tenemos el valor añadido.
One2One Logistics trabaja con productos de consumo con el objetivo de reducir los costes y disminuir los tiempos de respuesta.