La calidad del aire, esencial para evitar la transmisión de la COVID-19
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La comunidad científica internacional ha realizado diversos estudios que afirman que el 90% de los contagios se producen por vía aérea. Empresas como Anticimex, compañía especialista en sanidad ambiental, han puesto todos sus esfuerzos en proporcionar servicios para garantizar una buena calidad del aire y evitar la propagación del virus.
Diversos estudios como Nature Computacional Science indican que la COVID-19 se trata de un virus estacional “las mayores tasas de transmisión se asociaron a temperaturas y a humedades absolutas más bajas”, afirma Jordi Tapias, director técnico de Anticimex.
El estudio analiza también la evolución de esta asociación a lo largo del tiempo, identificando patrones de variación parecidos en distintas ventanas de tiempo, y de nuevo aparece una fuerte asociación negativa entre casos y clima -temperatura y humedad absoluta-.
Ante este marco, Anticimex dispone de un sistema para controlar la calidad del aire del interior. En primer lugar, la compañía permite conocer cómo respiran los edificios a través del Air Quality Test y tomar las medidas correctoras más oportunas en cada situación. Una vez se ha realizado el diagnóstico, los Sensores Smart de Calidad del Aire Interior monitorizan en tiempo real el caudal de renovación del aire por ocupante, los niveles de CO2, la temperatura y humedad, garantizando unas condiciones óptimas de control del aire interior. Y, finalmente, el Air-Purifier, como su nombre indica, purifica el aire interior y elimina rápidamente virus, bacterias, alérgenos y contenientes químicos en los espacios cerrados.
Dispositivos de alta tecnología para mejorar la calidad del aire
Para la instalación de dispositivos de depuración, se realiza un estudio de calidad del aire interior del edificio para determinar las medidas necesarias. Anticimex se encarga de instalar unos dispositivos innovadores equipados con filtros HEPA, un sistema de retención de partículas volátiles presentes en el aire, fabricados generalmente en fibra de vidrio. Estas fibras dispuestas al azar son extremadamente finas y crean un entramado en forma de malla que retiene los compuestos contaminantes. Además, también se hace uso de otros sistemas homologados, radiación ultravioleta, ionización negativa y filtros de carbón activado.
Gracias a esta tecnología, los equipos de Anticimex tienen una eficacia del 99,9% frente a virus, gérmenes, alérgenos y otros contaminantes y son capaces de garantizar una óptima calidad del aire interior en espacios de hasta 500m3/h.
“Deberemos seguir primando el caudal de renovación del aire adecuado al número de ocupantes, o en su defecto la filtración adecuada mediante purificadores con filtros HEPA, y ahora, además, una adecuada humedad del ambiente que nos rodea. Los datos de una auditoria previa ambiental nos permitirán determinar la ocupación óptima de cada espacio. Hay que tener en cuenta, que la aportación de aire nuevo diluye los contaminantes del ambiente interior y con ello el riesgo de propagación de virus”, remarca Tapias.
Tapias insiste que los espacios que hayan tomado medidas para la mejora del aire interior verán disminuir drásticamente el riesgo de transmisión de enfermedades de transmisión aérea como la gripe estacional o la COVID-19.
Conocer cómo respira el edificio, fundamental para prevenir la propagación
Ante esta advertencia, la prevención pasa no solo por la higiene, la protección interpersonal y la limpieza y desinfección de superficies; ya que, en espacios cerrados, es también fundamental asegurar una correcta calidad del aire interior para evitar la propagación del virus.
Según Tapias, “debemos conocer cómo respira el edificio, es decir, la renovación de aire de cada una de las zonas, flujos y direcciones, calidad microbiológica del ambiente, y todo ello para tomar las medidas correctoras adecuadas para la mejora de su calidad. Además, estos datos nos permitirán determinar la ocupación óptima de cada espacio. Hay que tener en cuenta, que la aportación de aire nuevo diluye los contaminantes del ambiente interior y con ello el riesgo de contraer la COVID-19”. En este sentido, el director técnico de Anticimex recomienda “realizar una auditoría ambiental, que aportará la información necesaria para minimizar el riesgo de contagio, acciones de mejora de la calidad del aire interior, ocupación máxima y recomendada de las diferentes zonas, etc.”.