Cleanity y CTC elevan la importancia de la seguridad alimentaria
El sector de la alimentación ha ido demandando de forma progresiva mayores niveles de excelencia en el ámbito de la seguridad alimentaria y todos los que forman parte de él han ido adquiriendo una mayor conciencia por todas aquellas medidas dirigidas a asegurar un mayor control sobre la cadena alimentaria. Así, en el contexto del Día Mundial de la Seguridad Alimentaria, Cleanity, como empresa a la vanguardia de la higiene industrial, y el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación (CTC) han organizado una jornada en conjunto con el objetivo de poner en valor la seguridad alimentaria en términos de limpieza y desinfección.
En la jornada se ha contado con la presencia y participación de Mariam Burdeos, directora de Cleanity, Pablo Flores Ruiz, director del CTC, Víctor Judici, Key Project Manager de ACO Sumideros Higiénicos, José Fernández Calatayud, responsable de Microbiología en CTC, Blas Marsilla de Pascual, representante de la Academia de Ciencias Veterinarias de la Región de Murcia, Antonio Alberola, director de Producto en Cleanity y Florenci Cutrina, fundador y CEO de Gram Positivo.
La jornada daba comienzo con la intervención de los organizadores, que hacían hincapié en la importancia de la seguridad alimentaria y de la búsqueda, como comentaba Mariam Burdeos, “de oportunidades para mejorar la calidad de vida de las personas, garantizando la máxima seguridad y salud.” De igual modo, destacaba la “magnífica oportunidad para aunar conocimientos entre todos los que estamos hoy aquí, y abordar las mejores Prácticas en limpieza y desinfección de Industrias de Alimentación y Bebidas”.
Por su parte, Pablo Flores Ruiz, afirmaba que “la seguridad alimentaria es un aspecto fundamental hoy para la industria y que toca todos los aspectos y procesos del sector. El estar informados y formados es necesario, por lo que este tipo de jornadas son una buena herramienta para compartir conocimientos y mejorar en nuestros procesos”.
Víctor Judici, comenzaba corroborando que “cada vez hay mayores exigencias en lo que a Seguridad Alimentaria respecta y un análisis de riesgos es necesario para su consecución”. Afirmaba que “es vital asegurar unos estándares de calidad, medio ambiente y seguridad laboral que puedan garantizar la satisfacción de nuestros clientes y la salud de nuestros trabajadores, y a la vez, generar el mínimo impacto ambiental”.
José Fernández Calatayud ponía en valor la importancia de evaluar verdaderamente cuál es el riesgo. “Hay veces que no es importante destacar los patógenos porque no es un peligro, pero en otras ocasiones sí. Hay que puntualizar. Para unas empresas algo que puede suponer un riesgo para otras no lo es, y no es necesario aplicar las mismas medidas en todos los casos. Hay que saber dónde está el riesgo y dónde no y, para ello, la evaluación de estos riesgos es imprescindible”.
Por su parte, Blas Marsilla de Pascual, destacaba que hay que “ampliar el horizonte del conocimiento teniendo en cuenta la seguridad alimentaria, que no podemos llevar a nuestra empresa a pérdidas y, cada vez más importante, el medio ambiente.” De igual modo, coincidía con los demás ponentes al señalar el análisis de riesgos como el pilar fundamental de la Seguridad Alimentaria al decir que “el que no cree en el análisis de riesgos no sirve para estar en la industria alimentaria pues es lo que va a asegurar la supervivencia de nuestro sector. Es un proceso secuencial basado en tres elementos: La evaluación del riesgo, la gestión de los mismos y la comunicación”.
Por último, hacía hincapié en la importancia del factor humano destacando dos claves: “La aptitud y la actitud. El personal ha de estar formado y su actitud es importantísima.”
Antonio Alberola hablaba sobre los biofilms y cómo su presencia en la industria alimentaria ha supuesto históricamente un reto para el sector por el riesgo para la salud que representan y la pérdida económica que supone para las empresas. “Eliminar biofilms es relativamente sencillo, lo importante es ver de qué manera podemos prevenir su formación. Trabajando junto a diferentes universidades e institutos tecnológicos hemos conseguido aprovechar las ventajas de la tecnología enzimática como base de la innovación creando soluciones que cuentan, además, con una selección de extractos naturales que permite no solo eliminar, sino inhibir el crecimiento de biofilms bacterianos. Además, estas soluciones son más respetuosas con el medio ambiente y permiten operar a menores temperaturas, reduciendo por tanto el consumo energético”.
De igual modo, remarcaba la importancia de “un método 360º en el que se impliquen a todas las partes del equipo, desde el análisis del espacio hasta la implementación de un plan de limpieza adaptado a las características de cada cliente. Nosotros lo llamamos 'Cleanprocess', una solución en que se detectan las diferentes necesidades de la empresa, se asigna al equipo técnico, se definen soluciones adaptadas a las particularidades de la industria y se elabora un plan de limpieza personalizado”.
Florenci Cutrina finalizaba la jornada afirmando que “la gestión de riesgos es crítica y tiene que ser dinámica. Tiene que ser cambiante. Hay que aprovechar mejor toda la información que el mismo sistema nos genera. Es importante buscar el origen de los problemas para evitar actuar sólo a corto plazo y prevenir que estos problemas surjan en el futuro.” Insistía también en lo relevante que es formar a los empleados comentando que “impartir una formación no implica capacitar a alguien. Si no está adaptada a lo que necesitamos en cada caso, no vamos a conseguir el objetivo que queremos. Se necesitan formaciones reales y prácticas”.