Fluidos Especiales 3M Novec: una solución segura, eficaz y ecológica en limpieza industrial
Coincidiendo con la celebración de la Feria Sicur 2018, 3M presenta las soluciones más vanguardistas para la limpieza industrial de la mano de los Fluidos Especiales 3M Novec, un producto adecuado por su sostenibilidad, el respeto a las legislaciones sobre toxicología y por su seguridad certificada para los trabajadores que los utilizan en diferentes procesos industriales.

En los últimos años, se han producido innumerables cambios legislativos en cuanto al impacto medioambiental de los disolventes y agentes de limpieza industrial, tanto para proteger el medio ambiente como para certificar la seguridad de los trabajadores. En ese sentido, en un contexto altamente competitivo y de rápido crecimiento, los fabricantes se han tenido que adaptar a los nuevos panoramas regulatorios para ofrecer, además de eficacia en cuanto al rendimiento de la limpieza, productos de bajo impacto medioambiental y con unelevado margen de seguridad.
Son muchos los productos que han sido prohibidos bajo la implantación de diversas y exigentes normativas, pero los exclusivos disolventes 3M Novec han demostrado contar con unas propiedades sobresalientes en cuanto a rendimiento, protección medioambiental y seguridad para los trabajadores, sin comprometer otros aspectos. Además, los fluidos 3M Novec resultan competitivos a nivel económico para los retos de limpieza más difíciles, ya que se utilizan preferentemente en sistemas de desengrasado con vapor, que ofrecen ciclos de tiempo más rápidos y un continuo reciclaje del fluido. También resultan eficaces en sistemas de inmersión y aplicaciones de limpieza a mano, ya que no producen daños a componentes sensibles y no dejan residuos, independientemente de la aplicación.
Los fluidos 3M Novec tienen un excelente comportamiento medioambiental con un valor 0 de potencial de destrucción de la capa de ozono y un bajo potencial de calentamiento global, por lo que se posicionan como una opción segura y sostenible tanto para los equipos como para los trabajadores y la protección del planeta.
Regulación de disolventes
Durante los últimos 20 años, varios tipos de disolventes de limpieza se han dejado de utilizar gradualmente debido a su toxicidad o incluso han sido prohibidos totalmente. Entre ellos se encuentran: Cloruro de Metileno, Percloroetileno (Perc), Triclororetileno (Trike), disolventes basados en Hidrofluorocarbono (HFC), bromuro de n-propilo (nPB) y disolventes inflamables como las Isoparafinas.
En 2015, la European Chemicals Agency (ECHA), agencia europea encargada de gestión Reach, recomendó la inclusión de varias sustancias (entre ellas el nPB), en el Anexo XIV. En septiembre de 2016, el nPB se incluyó en el proyecto de lista de autorizaciones Reach, formalizando esta inclusión en junio de 2017, lo que podría implicar una reducción gradual similar a la de Trike. Anteriormente a Reach, el nPB ya había sido considerado como Sustancia Altamente Preocupante (SVHC).
El nPB ha atraído también la atención de la Conferencia Americana de Higienistas Industriales (ACGIH). Esta organización cuenta con influencia mundial y está considerada la punta de lanza de la salud ocupacional y ambiental. Como resultado, el nPB puede no ser viable para algunas aplicaciones industriales, incluyendo el desengrasado con vapor. La ACGIH también ha reclasificado el nPB como “Cancerígeno confirmado en animales con relevancia desconocida para los humanos”.
Alternativas y consideraciones
Parece que tiene sentido escoger una solución que previsiblemente no se vaya a ver afectada por futuras regulaciones y que ofrezca propiedades seguras y sostenibles, como los productos HFE o en base agua. Pero el cambio implica tomar en cuenta nuevos factores como el coste de la propiedad, el mantenimiento continuo, la eliminación de agua contaminada (para sistemas de base agua), el consumo de energía, la huella de la máquina o el mantenimiento y consumo de fluidos.
Para los sistemas basados en disolventes, los usuarios también deben comprobar qué equipo es necesario y si el disolvente sólo es adecuado para sistemas cerrados, o si pueden seguir utilizando sistemas abiertos. Y por último, otras preguntas pertinentes son: ¿El líquido proporciona una limpieza efectiva y penetra en los espacios de difícil acceso?, ¿las superficies se secan rápidamente y sin dejar manchas?
Resulta evidente que, a la hora de elegir una alternativa, se deben tener en consideración diferentes aspectos entre los que destacan la eficacia limpiadora, la protección del medio ambiente y la seguridad de los trabajadores, sin olvidar las implicaciones regulatorias que pueden llevar a tener un largo alcance en estos procesos.