Termoconformado de envases: una opción sostenible

Este proceso consiste en calentar una lámina de un termoplástico como el PET o PVC con un radiador, para que sea fácil de moldear y se vuelva más plástica.

A continuación, se coloca la lámina sobre un molde (de aluminio, madera u otros), impregnándola y creando una burbuja, es decir, una lámina termoconformada. Una vez moldeada, se troquela o corta la lámina termoconformada para separarla en envases individuales. Todo este proceso se realiza en una máquina termoconformadora.

Este proceso posibilita que el material con el que se está trabajando sea mucho más maleable.

Actualmente existen dos métodos de termoconformado principalmente, por vacío y por presión:

Termoconformado por vacío: Este método emplea calor y presión creada por vacío para moldear las láminas de plástico y darle la forma del producto final. Una vez que la lámina entra en la zona del molde, se usa una especie de aspiradora para crear vacío, generando una gran presión y permitiendo que su moldeado.

Termoconformado por presión: Esta técnica se asemeja a la anterior. La diferencia está en que un pistón ayuda a generar presión extra. Esto permite crear envases con características especiales, habitualmente, envases que requieren de mucha precisión a mayor velocidad.

Esto es lo que ocurre con los materiales creados a través del termoconformado. Ya que el plástico utilizado es mucho más sostenible y respetuoso con el planeta. Cuando se opta por un plástico termoconformado, el peso del envase es menor, por lo que no solo se beneficia al entorno, sino también a los bolsillos de los consumidores al reducirse los costes del proceso, incluyendo el transporte.

El termoconformado de envases supone un avance en sostenibilidad. Pero, además, esto se ve potenciado por la gran cantidad de ámbitos de aplicación del termoconformado y por el ahorro económico del proceso de fabricación de estos envases.