Talleres Filsa: 65 años controlando el nivel para sólidos y líquidos
No es frecuente que un fabricante de controladores de nivel para sólidos y líquidos cumpla 65 años. La empresa lleva desde 1957 distribuyendo sus productos en el mercado y hoy podemos encontrar millones de controladores instalados en el mercado: “por lo menos un producto de Talleres Filsa en casi todos los pueblos de España”, como señalan Wolfgang Hageleit, director general y propietario, y María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa.
La especialización es uno de los puntos fuertes de Talleres Filsa, que suministra sus productos a todas las industrias orientadas a los procesos. Las aplicaciones de los controladores de nivel van desde la industria química hasta la industria de los materiales de construcción, sector farmacéutico y la producción de alimentos.
Wolfgang Hageleit, director general y propietario de la compañía, y María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa.
En España, Talleres Filsa tiene el récord de aparatos instalados. “Los controladores rotativos y de membrana ya existían antes de la fundación de Filsa en 1957. No fueron un invento de la empresa”, apunta el director general repasando la evolución de la empresa y del sector. En todos estos años, la empresa barcelonesa ha tenido que plantar cara a varias crisis. “Hemos sobrevivido a tiempos difíciles”, afirma María Teresa Galobardas. Una de ellas ha sido la pandemia del Covid-19, pero no ha influido en la facturación ni en la actividad de la empresa. “No nos ha afectado demasiado. Cerramos quince días por no poner en riesgo a nuestro personal pero hemos mantenido el nivel de trabajo habitual”, manifiesta la responsable de administración.
En cuanto a la presión general por los precios de materia prima, “siempre hemos tenido stock. Gracias a eso, hemos trabajado de forma habitual, por lo que, de momento, no nos hemos visto afectados”.
Su mercado está muy diversificado y, debido a que las nuevas aéreas de aplicación de sus productos están definidas por las nuevas necesidades de medición de sus clientes, se puede decir que donde haya un producto a granel puede haber un controlador de nivel de Filsa. “Trabajar con tantas industrias diferentes nos permite estar presentes en sectores que funcionan mejor, o son más estables, como es el caso de la alimentación”, señala Wolfgang Hageleit.
La empresa está ubicada en la localidad barcelonesa de Mollet del Vallès.
Especialización y diversificación de mercados
Sus principales productos son los controladores de nivel para materiales a granel de toda índole, como harinas, cereales, tierra, arenas, etc. y también para productos médicos o de la industria farmacéutica. “Nuestros controladores de nivel tienen una calidad muy alta y específica para poder suministrarse a estos sectores que requieren de excelentes calidades”, afirma. Talleres Filsa es hoy un prestigioso proveedor de la tecnología de medición de nivel, sobre todo en España y Latinoamérica, pero también en países como Francia, Reino Unido o Canadá.
Los productos de Filsa indican el nivel de llenado de los productos.
El secreto de la sencillez
Talleres Filsa trabaja tecnologías que se conocen desde hace mucho tiempo y se nutren de las numerosas y "pequeñas" innovaciones que hacen que estos dispositivos sean cada vez más fiables, precisos y económicos.
“Filsa sigue produciendo y fabricando aparatos sencillos. Durante muchos años decían que los productos tan simples dejarían de adquirirse, necesitarían mucha más electrónica, pero no ha sido así. Los aparatos sencillos siguen teniendo mucha demanda precisamente por su sencillez y porque funcionan bien”, añade.” La demanda sigue siendo muy alta y seguimos haciendo los mismos productos que hace años. Los aparatos con electrónica hay que reajustarlos porque puede haber muchas influencias externas que afecten el funcionamiento del aparato, como puede ser la humedad o la temperatura. Sin embargo, los aparatos sencillos se instalan y te olvidas, porque pueden funcionar 50 años sin presentar problemas porque no hay que retocar nada”.
Los productos de Filsa indican el nivel de llenado de los productos. Entre sus ventajas destacan la alta calidad de los artículos y la garantía de calidad que ofrece la ISO 9001. “El nivel del control de calidad es muy elevado porque cada aparato se inspecciona antes de entregarse al cliente”, indica el director.
Josep Ponsa, responsable de taller, soldando una pieza.
Homologaciones únicas
Otra de las singularidades de Talleres Filsa es su certificación ATEX, lo que le permite suministrar sus productos a sectores donde existe un potencial riesgo de explosiones.
Las certificaciones demuestran que Filsa cumple con las más altas exigencias de calidad y seguridad de la producción.
La certificación demuestra que Filsa cumple con las más altas exigencias de calidad y seguridad de la producción. "Por otra parte, tenemos también la posibilidad de crecer en un mercado cada vez mayor de dispositivos con homologaciones para uso en atmósferas potencialmente explosivas. Aquí hay que destacar nuestras certificaciones para mezclas híbridas en productos únicos en el mercado", señalan. Ofrecen asimismo productos específicos para la industria farmacéutica y aparatos fabricados en acero inoxidable, que los diferencia de sus competidores.
Otra de las singularidades de Talleres Filsa es su certificación ATEX, lo que les permite suministrar sus productos a sectores donde existe un potencial riesgo de explosiones.
Por otro lado, fabrican controladores para líquidos, un sector en el que Filsa está muy bien posicionado. También cuentan con certificaciones para gas y productos muy especiales que pueden emplearse en sectores con potencial no solo de gas sino también de polvo y mezclas híbridas donde hay unas certificaciones únicas. “Hay polvos orgánicos con un tamaño inferior a 0,5 mm que tienen el peligro de causar una explosión igual que los gases, que además pueden se inflamables. En la industria química como en la farmacéutica hay muchos gases y polvo y, muchas veces están muy próximos, con el riesgo que esto conlleva. Hay homologaciones específicas para estos entornos”, señalan.
Oficinas de Talleres Filsa.
Pensar en las personas
De la misma forma que los recursos humanos, que han sido siempre de suma importancia para Talleres Filsa y Mollet Füllstandtechnik GmbH, el contacto con el cliente también lo es. “Ofrecemos a nuestros clientes soluciones individualizadas. Si tienen un problema específico que un aparato estándar no va a solucionar, le ofrecemos una solución personalizada. Esto no sólo ocurre en Talleres Filsa, también en la matriz alemana donde además tenemos productos fabricados de titanio. Somos la única empresa que ofrece unos aparatos capaces de trabajar en este entorno. También suministramos controladores que soportan temperaturas hasta 1.200 °C, algo que se hace con aceros especiales, porque los estándar no admiten estas temperaturas”.
María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa, ha cumplido 30 años en la empresa, y la dirección le ha rendido un homenaje y ha organizado una fiesta en su honor.
Novedades para 2022
Los productos más demandados de Talleres Filsa son los controladores rotativos y, después, los controladores a membranas. En cuanto a los últimos desarrollos de productos, “nos hemos centrado en muchas pequeñas innovaciones para hacer nuestros controladores de nivel aún mejores y a la vez nos beneficiamos de las novedades de nuestra casa madre Mollet Füllstandstechnik. Allí tenemos, por ejemplo, un interruptor para el llenado cuando hay una presión concreta y un medidor de la presión que sí incorpora alguna parte electrónica. Se introducirá ahora en España”, afirma el director general.
La firma alemana participará en 2022 en las ferias Powtech, Achema y Solids. “A pesar de la pandemia, en Alemania hemos tenido un fuerte aumento de pedidos. Obviamente, todo lo destinado a Ucrania viene devuelto, pero en general hemos recibido muchos pedidos en marzo. Ha sido un mes espectacular en Alemania”, señala Wolfgang Hageleit. Por su parte, María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa, afirma: “Las previsiones para 2022 eran muy buenas, pero por cautela aquí se han paralizado los pedidos”.
Pedidos preparados antes de ser enviados.
Talleres Filsa está ubicada en Mollet del Vallès, localidad barcelonesa que dio nombre a la empresa alemana Mollet Füllstandtechnik GmbH, en la que trabajan 15 personas. Se trata de una historia curiosa. Tal y como explicaron el director general y la administradora, la empresa se creó en 1957 por Joaquín Guasch y Baudilio Ribas. Después, cuando su fundador se jubiló, fue adquirida por su distribuidor en Alemania, quien regentaba una empresa en su país a la que denominó Mollet Füllstandtechnik GmbH, en honor a la localidad barcelonesa donde se ubica Filsa.
Hoy Talleres Filsa se ubica en el centro de la ciudad, cuenta con 17 trabajadores aproximadamente y exporta sus productos a todo el mundo. Trabajan tanto con tecnología española como alemana. María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa, ha cumplido 30 años en la empresa, y desde la dirección le han querido rendir un homenaje y organizar una fiesta en su honor.