Tendencias y oportunidades de la sostenibilidad en el sector juguetero
Tendencias
Se afianzan las tendencias que despuntaron hace un par años, sobre todo en el área de los materiales, con iniciativas en torno a la reducción y eliminación de plástico, tanto en el packaging como en el juguete. Aumenta el uso de materiales reciclados, bioplásticos y madera, papel y cartón procedentes de explotaciones sostenibles.
Otra línea que se consolida es la de los juguetes que informan y educan a los niños en temáticas medioambientales, como ‘Rubbish Race’ de Cayro, los puzles y juegos de mesa de Adventerra Games o, a un nivel más técnico y STEM, el ‘Outdoor Wind Turbine Experiment Kit’ de KOSMOS.
En el ámbito social, crece la atención que se presta a la diversidad y a la neutralidad de género. Las empresas jugueteras están haciendo un esfuerzo consciente para evitar estereotipos de género y aumentar la oferta de productos que reflejan la diversidad de la sociedad. Ejemplos destacados son ‘Creatable World’, de Mattel y las muñecas con síndrome de Down de Miniland.
Aunque lejos de ser la norma, materiales sostenibles, educación medioambiental, género y diversidad son tendencias sólidas y absolutamente relevantes a la hora de reducir la huella medioambiental de los juguetes y contribuir a una sociedad más justa. No obstante, existe un gran abanico de opciones con un gran potencial que no están siendo exploradas.
Oportunidades
Básicamente, la huella medioambiental de una organización o producto se reduce a través de cinco acciones: reducir, renovables, reutilizar, reciclar y restaurar.
Reducir
A nivel de reducción, son muchas las empresas haciendo un esfuerzo para optimizar el tamaño del packaging y reducir el contenido de plástico en el mismo. Es menos común la reducción de consumibles en la logística y en las oficinas; cartón, rellenos, plástico termoretráctil, botellas de agua, vasos desechables, cartuchos de tinta… Adoptar una política de residuo cero contribuiría a reducir la huella medioambiental de la misma, a la vez que, a la larga, supondría ahorro a nivel económico. Otras medidas que se encuadran dentro de este apartado serían la reducción del consumo energético, de agua y de los kilómetros que viajan los juguetes, computando estos desde que se extraen las materias primas hasta que el juguete llega a los niños.
Reutilizar
Un área muy poco explorada y con un enorme potencial es la de la reutilización. A día de hoy, se demoniza el uso de plástico. No obstante, el problema no es el material, sino el volumen consumido y la mala gestión de los desechos al final de la vida útil del juguete. ¿Cómo reducir el volumen de plástico consumido sin privar a los niños de juguetes que contribuyen positivamente a su desarrollo y sin privar a las empresas de su fuente de ingresos? Prologando la vida útil de esos juguetes y diseñando nuevos modelos de negocio en torno a la redistribución. Los juguetes han de ser diseñados para no romperse, para que se puedan reparar, para que no pasen de moda y para que puedan ser compartidos o vendidos una vez las niñas o niños que los recibieron en primer lugar dejan de jugar con ellos. Un modelo en auge en otros sectores y el que empiezan a despuntar iniciativas relevantes en el sector juguetero es el de la suscripción, con ejemplos como Whirli en el Reino Unido, descrito como el Netflix de los juguetes, o Kidalos en España. Otra opción, también en crecimiento en industrias como la textil, es el mercado de segunda mano. Las empresas pueden facilitar la venta C2C o recomprar productos a sus consumidores, actualizarlos y venderlos como de segunda mano o ‘pre-loved’, abriéndose así a una nueva línea de ingresos. A primera vista puede parecer complejo y costoso, no obstante, es un modelo que puede utilizarse para retener y fidelizar clientes, ya que la familia a la que se han recomprado los juguetes recibe crédito para consumir nuevos productos de nuestra marca. Dos buenos ejemplos de ello son el Worn Wear de Patagonia y Cos Resell.
Reciclar
Cuando la opción de reutilizar el juguete deja de ser posible, podemos pensar en reusar el material que contiene. Esto puede hacerse a través de los sistemas de reciclaje estándar, para lo cual el juguete ha de estar compuesto de un único material o ser fácilmente desmontable. Cuando los sistemas estándar no permiten reciclar el juguete, las marcas pueden habilitar sistemas de recogida alternativos. Ejemplos ya en funcionamiento son las colaboraciones de Hasbro, L.O.L Surprise y Mattel con Terracycle. La opción más ambiciosa sería la de los programas de recuperación cuya ambición es reincorporar el plástico recuperado a la cadena de producción de juguetes, modelo en el que Mattel trabaja en fase piloto a través del Toy Take-back Program.
Restaurar
Por último, la opción menos explorada hasta momento: la restauración o acción positiva. Existe un nivel de impacto que en la práctica es inevitable. Una vez alcanzado este punto, podemos compensar nuestro impacto con acciones como la reforestación, protección de la biodiversidad… A través de este tipo de acciones el balance de impacto medioambiental puede convertirse en positivo, y esta historia bien contada, encierra un gran potencial de atracción y fidelización de las familias.
Más y más empresas se sumarán al cambio, y la gran noticia es que el abanico de alternativas a su alcance es amplio y contiene un gran potencial para el desarrollo de ventajas competitivas.