Lo que nos motiva a jugar
Según un estudio de los expertos Richard M. Ryan y Edward L. Deci, una de las razones por las que nos gusta jugar es que el juego satisface algunas de nuestras necesidades básicas.
Varios estudios científicos han intentado analizar las razones por las que el juego nos resulta tan atractivo y las motivaciones que nos empujan a jugar. En este sentido, un estudio de Richard M. Ryan y Edward L. Deci intenta analizar los factores intrínsecos y extrínsecos que nos motivan a jugar, y acaban concluyendo que las motivaciones intrínsecas tienen más peso que las extrínsecas. Otro de los aspectos que destacan los dos expertos en su artículo ‘Self-Determination Theory and the Facilitation of Intrinsic Motivation’ es que esta motivación intrínseca por el juego se consigue gracias a la satisfacción de tres necesidades básicas:
Autonomía. Jugar nos da un sentimiento de independencia y control ya desde el inicio, porque somos nosotros los que decidimos si jugamos, con qué jugamos y cómo jugamos. Este sentimiento de independencia se incrementa todavía más con juegos que ofrecen múltiples opciones y te dan a elegir.
Competencia. También hay juegos que son lineales y en los que las decisiones que tomas no tienen influencia directa, sino que tu avance depende de tu habilidad. Esto alimenta la necesidad de alcanzar un nivel de competencia y unas habilidades que son necesarias para progresar en el juego.
Relaciones. Compartir el espacio con los demás es lo que nos convierte en seres sociales, y este sentimiento se ve reforzado, sobre todo, en juegos que demandan la cooperación y colaboración de los participantes para solucionar problemas. Los juegos individuales también pueden satisfacer esta necesidad a través de compartir resultados y habilidades a través de los foros en plataformas digitales.
¿Cómo lo puede aprovechar el retail?
Para poder generar un retorno con los consumidores que visitan una tienda, es importante también descubrir qué es lo que motiva al consumidor potencial. En este sentido, es necesario plantearse unos aspectos concretos: observar el comportamiento del consumidor, descubrir qué es lo que busca el consumidor, evaluar la experiencia de juego, y descubrir qué motiva al consumidor a jugar. Resolviendo estas preguntas, el retail puede mejorar su oferta y hacer recomendaciones personalizadas a sus clientes, y ante buenos consejos por parte del detallista, más probable es que el consumidor vuelva a la tienda física.