Cómo mejorar el aprendizaje de los niños a través de la neuroeducación
El humor, el juego, la relajación y el contacto con espacios naturales facilitan la predisposición del cerebro de niños y adolescentes a aprender.
La neuroeducación es una disciplina que parte de la idea de que la práctica pedagógica y las experiencias de aprendizaje pueden mejorar si se conoce cómo aprende y cómo funciona el cerebro. En este sentido, los neurocientíficos consideran que la emoción es una pieza clave en este engranaje. Expertos de la UOC apuntan que son esenciales dosis de humor, el trabajo en equipo, el juego, la relajación, la música y el contacto de los escolares con espacios naturales. Las profesoras del seminario Neurociencia y educación, de UOC X - Xtended Studies, Anna Carballo y Marta Portero, amplían cada uno de los elementos que facilitan el aprendizaje en el aula proporcionando estímulos y emociones al cerebro de pequeños y jóvenes.
- El humor: el uso de técnicas para fomentar el buen humor entre estudiantes y maestros mejora el clima del aula, favorece oportunidades de aprendizaje y disminuye la respuesta de estrés.
- El trabajo en grupo: la sociabilidad está directamente relacionada con la felicidad y su ausencia se asocia con problemas de salud mental y física, y también con discapacidades graves como el autismo. Cuando se trabaja en grupo aumenta la liberación de moléculas como la oxitocina o las endorfinas, que se relacionan con los mecanismos de aprendizaje.
- El juego: poder diseñar metodologías de aprendizaje mediante el juego tiene efectos muy positivos, ya que el juego está considerado un mecanismo neural natural que despierta la curiosidad, es placentero y permite descubrir nuevas habilidades útiles. Las situaciones de juego aumentan el bienestar, la autoestima, la curiosidad y la motivación para aprender.
- La relajación: poder enseñar y practicar algunas técnicas de relajación puede ser de utilidad teniendo en cuenta los efectos beneficiosos para el organismo. En general aumenta la liberación de neurotransmisores como la serotonina y las endorfinas, que fomentan el bienestar emocional y un estado de atención relajada.
- La música: la música cambia las vías neurales del cerebro e influye en cómo se procesa la información cuando se presenta simultáneamente. Además, se observa que provoca una mejora en el estado de ánimo y promueve la relajación y la autorregulación de las reacciones emocionales.
- El contacto con espacios naturales: cuando los niños se conectan con la naturaleza aumentan los niveles de creatividad y la capacidad de resolución de problemas, mejoran las habilidades cognitivas y el rendimiento académico, disminuyen los síntomas del trastorno por déficit de atención, aumenta la actividad física, mejoran la vista, las relaciones sociales y la autodisciplina, y se reducen los niveles de estrés.