El valor de lo físico en un mundo cada vez más digital
El marketing digital es una estrategia muy útil, ya que permite ofrecer contenidos y llegar a nuestros clientes de forma fácil y con un coste comparativamente menor (aunque desde luego no gratis). El problema es que resulta tan fácil que todo el mundo lo hace y en consecuencia cuesta mucho destacar. Tanto que incluso se han realizado estudios para comprobar qué palabras llevan a que una persona lea un mail de este tipo.
Creemos que además hay una necesidad de desconectar, aunque sólo sea de vez en cuando. Internet y la dependencia constante del móvil y sus alertas nos saturan, y agradecemos cualquier oportunidad que podamos aprovechar para olvidarnos de la tecnología de vez en cuando.
Y por eso cobra sentido la posibilidad de ofrecer valor con propuestas que se alejen de esta clase de mensajes y que aporten otros contenidos y experiencias:
1. Eventos en tiendas: charlas, talleres, fiestas... Cualquier excusa es buena para atraer al cliente a la tienda física y recordarle su valor diferencial frente a una tienda online: es un espacio que puede servir como fuente de conocimiento y punto de ocio y de encuentro.
2. Eventos en empresas: no sólo los detallistas, sino también fabricantes y distribuidores pueden organizar jornadas para visitar sus instalaciones y dar a conocer sus propuestas y novedades. Lo que en gran medida no es más que una excusa para darle más importancia a las relaciones personales y que cuando el cliente reciba un mail, pueda ponerle cara y voz al remitente.
3. Otra clase de eventos: foros, seminarios, sesiones de networking organizados por asociaciones, centros de formación y medios de comunicación pueden servir como fuente de conocimiento más allá de la lectura en diagonal del resumen de un informe que nos han enviado por mail. Nos permiten aprender más, nos estimulan y dan ideas y, también, nos permiten conocer a más gente.
4. El papel. Cuando parece que todo va camino de las redes sociales y de enviar mensajes a través de todos los dispositivos posibles, el papel recupera protagonismo. El papel nos evoca un mundo físico y más cercano, además de traernos (posiblemente) un paréntesis de introspección que es necesario para ser más creativos (no lo decimos nosotros, hay estudios). Eso sí, sea una carta, un catálogo o una de nuestras revistas, el diseño y los contenidos tienen que ser interesantes y llamativos. El papel ha de ser el verdadero contenido premium.
Tal y como ya hemos comentado en alguna ocasión, cada vez valoraremos más el slow marketing, fundado en las relaciones a largo plazo y en la confianza. La comunicación digital es imprescindible, como demuestra este mismo mensaje, pero no puede sustituir a otro tipo de comunicación que además de una mayor profundidad puede ofrecer el valor añadido de la desconexión.