Fallece Sir David McMurtry, cofundador y director no ejecutivo de Renishaw
Renishaw ha anunciado el fallecimiento de Sir David McMurtry que, en 1973 junto con John Deer, un compañero ingeniero de Rolls-Royce, fundó Renishaw con el objetivo de comercializar la sonda de disparo por contacto para máquinas de medición por coordenadas. Había inventado la sonda el año anterior para resolver los problemas de medición en la fabricación de los motores Olympus que impulsaban el avión supersónico Concorde.
Desde Renishaw definen a McMurtry como un ingeniero brillante que trabajó en Rolls-Royce plc, Bristol (Gran Bretaña), durante 17 años, y donde llegó a ser el subjefe de Diseño y el asistente jefe de Diseño de Motores más joven de la empresa. Allí fue responsable de 47 patentes en Rolls-Royce y llegó a estar nombrado en más de 200 patentes para innovaciones de Renishaw.
Con Sir David McMurtry al mando, Renishaw revolucionó el desarrollo de máquinas de medición por coordenadas, la metrología en el taller y el control de procesos. “Hoy en día, es difícil imaginar un taller de máquinas de cualquier tamaño sin sondas de inspección que automaticen tareas de mediciones laboriosas y complejas, pero en la década de 1970, las ideas para tales aplicaciones eran verdaderamente visionarias”, explican con orgullo desde Renishaw.
McMurtry también lideró la diversificación de la empresa en otras áreas de metrología, fabricación y automatización, desde encóderes, sistemas de calibración hasta la neurocirugía y fabricación aditiva. Su pensamiento y capacidad para manejar conceptos científicos de múltiples disciplinas eran verdaderamente legendarios.
Hoy en día, la empresa que cofundó hace más de 50 años es respetada a nivel mundial, que emplea a más de 5,000 personas en 36 países. Sir David dijo que desde el principio él y John se propusieron crear una empresa diferente a la mayoría: diferente en cómo aplicaba la tecnología a problemas del mundo real, en cómo invertía a largo plazo, en cómo fabricaba en lugar de subcontratar, y en cómo trataba a los clientes y las comunidades locales como socios. La cultura que él y John crearon sigue presente hoy en día y está muy presente en los valores de Renishaw, especialmente en el de la integridad, donde la empresa toma decisiones por las razones correctas y no solo porque eso es lo que se espera.
Por sus logros, en Japón y Estados Unidos recibió premios que históricamente solo se habían otorgado a ciudadanos de esos países. Su título de caballero fue otorgado “por servicios al Diseño y la Innovación” y fue nombrado Diseñador Real para la Industria (RDI) en 1989. También fue Miembro del Instituto de Ingenieros Mecánicos, Miembro de la Sociedad Americana de Ingenieros de Manufactura, Miembro de la Real Academia de Ingeniería y Miembro de la Real Sociedad. Fuera del Reino Unido, obtuvo el 7º Premio ND de Marketing en 1990, primer ganador no japonés de este prestigioso premio otorgado a ejecutivos destacados en la industria de la conformación de metales. En 2008, la revista oficial de la Sociedad de Ingenieros de Manufactura de EE. UU. también lo honró como un ‘Maestro de la Manufactura’, la primera vez que este reconocimiento se otorgó a un ciudadano no estadounidense.
Asimismo, en 2013, recibió un Premio a la Trayectoria por su contribución a la economía de la región de la ciudad de Bristol y en los Premios Nacionales de Negocios fue honrado con el premio de The Telegraph por una Década de Logros Empresariales, siendo el primer jefe de una empresa de ingeniería en recibir este premio. El Instituto de Física otorgó conjuntamente su Medalla Swan 2012 a Sir David McMurtry y John Deer por su papel en la fundación de Renishaw y su liderazgo para convertirla en uno de los principales fabricantes mundiales de equipos de metrología. En abril de 2014, durante la exposición MACH, también recibió el premio inaugural MWP a la Trayectoria, que honra a una persona que ha hecho una contribución significativa a la industria de la fabricación del Reino Unido. En 2019, la Institución de Ingenieros Mecánicos (IMechE) otorgó a Sir David la Medalla de Oro Internacional James Watt por su destacada contribución a la ingeniería mecánica, el premio más alto que la industria puede otorgar y que un ingeniero mecánico puede recibir.
“La industria de la fabricación ha perdido a un gran innovador y muchos en Renishaw han perdido a una figura paterna y a un amigo”, concluyen desde la empresa en su comunicado.