La tecnología ha cambiado la forma de ir a clase
David Gómez, Sales Director de Hikvision Iberia.
16/10/2023Es necesario, por tanto, que nos adaptemos a esta nueva forma de enseñar y aprender, y también que contemos con las herramientas necesarias para hacerlo de una manera ágil, eficiente y sencilla de utilizar.
Las clases en remoto nos han introducido en un mundo nuevo, hemos pasado de las aulas reales a las aulas virtuales. De esta forma, la educación se convierte en un bien mucho más asequible, se eliminan brechas y barreras, especialmente geográficas. Gracias a la tecnología, los estudiantes aprenden de manera más fácil, efectiva y cómoda, tanto en clase como de forma remota, y ayuda a los profesores a enseñar con mayor flexibilidad y eficacia.
Ya existen soluciones basadas en la interconexión en tiempo real entre pizarras de los profesores y las tablets de los estudiantes, que permiten la plena interactividad en tiempo real. Las pantallas planas interactivas, por ejemplo, constituyen un elemento cada vez más versátil, que integran las últimas tecnologías en controles táctiles, pantallas de alta definición, procesamiento de video, comunicaciones en red, funciones de audio o acceso a abundantes recursos didácticos de terceros disponibles. Eso permite a los profesores crear intuitivamente sus exposiciones, mejorar la experiencia de aprendizaje y mantener un contacto constante con los estudiantes.
Efectivamente, se trata de dispositivos que dan la posibilidad de escribir, introducir gráficos e imágenes, dibujar… Y por supuesto, permiten compartir todo tipo de documentos: PowerPoint, Word, Excel, imágenes, archivos de audio, vídeos…
Los estudiantes, desde sus tablets, pueden intervenir y participar, visualizan los elementos que expone el profesor, reciben los archivos, preguntan a través de chats o directamente por voz y también pueden acceder a recursos de terceros, siempre según la dirección y las indicaciones del docente.
En definitiva, la tecnología nos está llevando a entornos educativos novedosos, que ofrece a los estudiantes una experiencia inmersiva, aunque no se encuentren físicamente en la misma sala que el profesor.
De hecho, hay un elemento más que resulta fundamental a la hora de generar una sesión escolar con la máxima naturalidad: las cámaras. Estos dispositivos proporcionan un contacto visual entre profesores y alumnos, y contribuyen a generar un ambiente adecuado para que se imparta la clase.
En definitiva, la digitalización del aula ha alcanzado un nivel de sofisticación tan elevado, que en muchos casos mejora la experiencia de aprendizaje presencial. La calidad de imagen, la versatilidad de las pantallas táctiles, la cantidad de recursos disponibles, la conectividad, el contacto directo y en tiempo real entre los participantes en la sesión y la utilización de la nube como repositorio de material —propio y de terceros— han dado como resultado un entorno educativo ágil, flexible y eficaz, que ha multiplicado las posibilidades de impartir formación en cualquier lugar del mundo.