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Aire para María

Paz García

Directora de Segmento de Mercado Alimentario ZIEHL-ABEGG S.E.

18/03/2022

¡Como no te duermas vendrá el coco y te llevará! Ahora sólo puedo sentir una profunda ternura cuando recuerdo a mi yaya repitiéndome esto cada noche, pero lo cierto es que con 5 años el sentimiento era muy distinto. El coco, esa presencia oscura y perturbadora, la fuerza mágica y desdibujada de Lorca que produce un miedo cósmico en el que los sentidos no pueden poner sus paredes objetivas[i].

[i] Federico García Lorca – Conferencia: “Las Nanas Infantiles”; Diciembre, 1928 – Residencia de Estudiantes de Madrid

Para los que crecimos en una ciudad de varios millones de personas a finales del siglo pasado, esa presencia oscura tomaba a menudo la forma de sustancias perseguidas por cada gobierno pero disponibles en cada barrio, llevándose a vecinos y amigos.

A lo largo de los últimos años, sin embargo, estamos siendo testigos de cierta tendencia progresiva hacia la descriminalización de una de aquellas substancias denostadas; la divulgación científica y cierta prensa especializada nos abruma diariamente con los múltiples beneficios de la supuesta panacea que constituye el Cannabis, mientras la mayoría del mundo occidental trabaja, en mayor o menor grado, hacia algún tipo de normalización de su producción y su uso.

Sin ánimo de entrar en polémicas, es un hecho que pocos cultivos ofrecen este nivel de rentabilidad y aún menos se justifica de forma tan clara el uso de la más avanzada tecnología, especialmente en cuanto a ventilación.

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¿Por qué Cannabis? Versatilidad y Sostenibilidad

La industria moderna contempla usos del Cannabis en los ámbitos de la medicina, el papel, la energía, la construcción, los sectores químico, textil y, por supuesto, el alimentario: medicamentos paliativos o anestésicos, cartón, papel, filtros, productos abrasivos, tejidos como el lino o el vaquero, lienzos, alfombras, geotextiles, zapatos, cuerdas, redes, biocombustibles, bioplásticos, barnices, semiconductores, disolventes, lubricantes, recubrimientos, aislantes, aglomerados, cemento, aceites, margarina, suplementos alimenticios, granolas, compuestos proteicos, piensos, jabones, champús, lociones y todo tipo de cosméticos.

En definitiva, hablamos de una de las plantas más versátiles que existen, pero también una de las más sostenibles: es un muy buen productor de oxígeno y su capacidad de captación y aprovechamiento de CO2 es extraordinario, situándose los rendimientos óptimos a niveles por encima de 700 ppm. Esto abre todo un abanico de posibilidades a la hora de compensar la huella de carbono de otras actividades a través de la fertilización carbónica en la producción de Cannabis.

Por otro lado, su consumo relativo de agua es muy reducido frente a otros cultivos, sobre todo en la producción de fibras textiles o papeleras; su capacidad de reciclado es muy superior, debido principalmente a su longitud, y no precisa de adicción de fibras vírgenes.

Producción Comercial

El cultivo intensivo del Cannabis se da típicamente en interior, para tener un control preciso de las condiciones ambientales que permita alcanzar el máximo potencial de los cultivares.

Hay buenas razones para ello: de una o dos cosechas en exteriores, ciclos de 6 a 10 meses, pasamos a hasta seis en interior (especialmente en las variedades más precoces donde conseguimos ciclos de 50 días). Esto implica una producción 10 veces mayor por hectárea.

Cultivo en interior significa en salas blancas, literalmente con paredes blancas o recubiertas de papel de aluminio, para aprovechar al máximo la reflexión de la iluminación artificial, o en invernaderos.

La gran diferencia entre ambos sistemas es la aportación de luz artificial, que puede implicar un salto significativo en cuanto a consumo energético y la consecuente penalización en términos de sostenibilidad.

Los invernaderos son, por lo tanto, económicamente más rentables y definitivamente más sostenibles, sobre todo en zonas ecuatoriales donde alcanzamos más de 10 horas de luz solar al día.

Aunque el Cannabis es una planta C3[i], presenta ciertas peculiaridades en el rendimiento de su función fotosintética que la hacen especialmente interesante para la intensificación: Cannabis sativa alcanza su máxima tasa fotosintética a 30ºC con irradiancias por encima de los 1500 mmol/s·m2. En ambientes enriquecidos con CO2 (los 700 ppm mencionados antes) la fotosíntesis neta de esta especie aumenta en torno a un 33%. Esto, siendo una gran ventaja potencial para la intensificación, hace que cuidar el equilibrio entre iluminación, temperatura y humedad se haga aún más crucial, ya que el riesgo de cierre de estomas y la consecuente fotorrespiración se incrementan sustancialmente.

Por otra parte, es muy importante observar las más altas condiciones de higiene en dicho aire; de hecho, las instalaciones de cultivo intensivo de Cannabis se denominan a veces salas limpias, como los quirófanos. Esto no sólo minimiza los riesgos de episodios sanitarios; la ausencia de polvo y suciedad en suspensión evita problemas de bloqueo de estomas o la adhesión de estas partículas a las pegajosas flores, lo que interfiere con el desarrollo del cultivo. Tantos por razones de higiene como de bioseguridad y en algunos países también para el control de olores, el filtrado del aire incluso con carbón activado es algo a tener muy en cuenta en instalaciones profesionales.

[i] Plantas C3: transpiran hasta el 97% del agua que absorben por las raíces y tienen dificultades para regular su temperatura óptima. La eficiencia de la fotosíntesis se reduce por encima de los 30ºC. A altas temperaturas y alta iluminación (punto de saturación de luz = 1.000-1500 mmol/s·m2) estas plantas emiten isopreno (como refrigerante, a base de carbono); también se da la fotorrespiración (respiración de O2 y pérdida de CO2 - saturación de la fotosíntesis). Cannabis sativa tiene su máxima tasa fotosintética a 30ºC con irradiancias > 1500 mmol/s·m2 El exceso de iluminación tiene un efecto adverso superior al de temperatura. En ambientes enriquecidos de CO2 (doble de la concentración atmosférica media) la fotosíntesis neta aumenta del orden de un 33%

Plantas C4.- El óptimo fisiológico se encuentra a valores de temperatura más altos y no se observa el aspecto negativo de la oxigenación.

El papel de la ventilación

Estas plantas son extremadamente sensibles a la renovación del aire en las instalaciones de cultivo y a su distribución; además, es importante equilibrar la velocidad de dicho aire para conseguir la homogeneidad ambiental en el entorno de la planta sin llegar a fenómenos de deshidratación.

Más allá de la renovación y la distribución homogénea del aire en el área de cultivo, a través de unidades de tratamiento de aire y recirculadores, las instalaciones de cultivo intensivo de Cannabis implican a menudo sistemas de sombreado refrigerados, equipos de aire acondicionado, filtros de carbono, generadores de CO2 y ozono, nebulizadores o sistemas de deshumidificación, todos ellos con sus correspondientes ventiladores. Si también incorporamos conceptos como la regulación precisa, la monitorización y la automatización inteligente, el potencial valor añadido que trae asociada una atención adecuada a estos equipos se incrementa sustancialmente.

Sólo un manejo profesional e integrado de esta ingeniería de ventilación puede garantizar el éxito de estas instalaciones, en términos no sólo cuantitativos sino también cualitativos.

¿Qué ventiladores elegir para crear el entorno ideal para el Cannabis?

- Renovación de aire: Para esta función fundamental se pueden contemplar instalaciones a presión negativa (ventilación de extracción) o positiva (ventilación de admisión que fuerza la entrada del aire limpio en la sala de cultivo); ésta última evita de forma sencilla que accedan partículas o insectos no deseados y es, desde mi punto de vista, la más interesante para este cultivo. En ambos casos la tasa de renovación de aire, es decir, el flujo de intercambio por hora, debe considerarse al menos un 50% por encima de los típicos valores habituales en invernaderos hortícolas, especialmente si no se implementan sistemas de fertilización carbónica. Deben ser ventiladores altamente eficientes, dado el alto número de horas de trabajo en estos cultivos intensivos, con las prestaciones adecuadas, un buen equilibrado y cierto margen de flexibilidad para incrementar la durabilidad y la resiliencia del sistema; los materiales deben ser resistentes a la corrosión y no implicar mantenimiento. Por último, un reducido impacto sonoro es imprescindible para generar un entorno de trabajo amable.

En ZIEHL-ABEGG recomendamos nuestros equipos ZAplus ECblue, con tecnología de conmutación electrónica, que han demostrado ofrecer las prestaciones adecuadas a cada fase del ciclo de cultivo, especialmente en grandes salas con mangas de ventilación. Además de las características básicas anteriores, estos ventiladores cuentan con la capacidad de autorregular el caudal de aire de admisión en función de la temperatura, la humedad relativa y la concentración de CO2, o de integración en un sistema central de control. Su carcasa de material compuesto de alto rendimiento, incorpora unos álabes directores que permiten incrementar aún más la eficiencia del sistema e incrementar el alcance.

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- Recirculación del aire: Aquí se pueden utilizar sistemas de destratificación horizontales o verticales, y en ambos casos, más allá de las características ya contempladas en el punto anterior, es crucial el alcance del caudal de aire a una velocidad mínima de 1 m/s; de otra manera el ventilador no conseguirá el efecto buscado de eliminación de capas o bolsas de aire. También se debe poner a disposición de toda la planta el CO2 necesario para su óptimo desarrollo, para lo que es importante que el movimiento del aire también ocurra entre hojas pero en este caso a una velocidad de entre 0,25 y 0,5 m/s, o la consecuencia será la deshidratación del material vegetal. Recordemos que los principales objetivos son la distribución uniforme del aire en busca de unas condiciones homogéneas y adecuadas de temperatura, humedad y concentración de CO2, incrementar la resistencia ante enfermedades fúngicas e infestaciones y soportar la fertilización carbónica.

En este caso la solución desarrollada por ZIEHL-ABEGG también pasa por el sistema ZAplus, pero en este caso adaptado para maximizar el alcance de los equipos horizontales y facilitar la instalación de los verticales, de cara a conseguir una ventilación eficaz de la masa foliar de las plantas.

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En resumen, la ventilación, en el caso de esta especie, trasciende su esencial relevancia en el cultivo de interior como factor integrador y multiplicador de todos los demás condicionantes y se convierte en el elemento disruptivo a la hora de desarrollar el potencial productivo de esta extraordinaria especie.
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Todo apunta a que el Cannabis ya no será ningún coco. Estamos siendo testigos de la aparición de un auténtico cultivo-boom, probablemente uno de los más significativos en el sector agrícola en décadas. Identificar un nuevo modelo de negocio de tan alto potencial en un punto tan temprano de su desarrollo (debido a la lenta evolución de las normativas regulatorias), no es frecuente; visualizar la oportunidad, identificar las herramientas adecuadas y hacerlo posible no está a la altura de todos.

¿Es el Cannabis el nuevo oro verde? Las expectativas desde luego son enormes.

Empresas o entidades relacionadas

Ziehl-Abegg Ibérica, S.L.U.

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