Lo siento, cené pollo al curry
1 de enero de 2010
Cuando las cosas van mal, ¿de quién es la culpa? De nadie, de quién si no. Hoy ya nadie ejerce de culpable porque todo está motivado por algo que escapa de nuestro control. Si pego, es porque a mí me pegaron, si sale mal algo bajo mi responsabilidad será por cualquier cosa menos por mi culpa. Si cuando ocurre algo en nuestra empresa, el despeje de puños y el a mí que me registren es la norma, no digamos cuando las cosas ya son en dimensión macro, como una crisis de un país inmerso en un sistema que le influye de los pies a la cabeza, para bien y para mal. Entonces, ¿este Gobierno que tenemos, es tonto perdido y se ha metido en este lío él solito o la situación es un poco más compleja? La cosa es compleja, porque la culpa y especialmente el sentimiento de culpabilidad son muy complejos.
Un árbitro británico se ha propuesto acabar con esta fiesta de la ausencia de culpables y ha decidido dar un golpe sobre la mesa para frenar esta cuesta abajo hacia un fin de la autoridad que ni el ‘Mayo del 68’ logró. No hay más que salir a la calle para ver el debilitamiento generalizado en todos los órdenes de esa autoridad. Quedan héroes, no obstante, que luchan contra esta degradación y este es el caso del severo árbitro británico. Muy resumido, el caso es que un jugador fue amonestado con tarjeta amarilla por tirarse un pedo en la cara del árbitro durante el partido entre el AFC GOP y el Apsley House, de la Portsmouth Sunday League. El jugador se agachó para colocar el balón antes de lanzar una falta y, aprovechando lo ergonómico de la postura, soltó el cuesco a escasa distancia de la cara del árbitro, que se encontraba semiagachado, no me pregunten por qué. El colegiado consideró este aire a destiempo como un desaire e incluso tuvo “la tentación de mostrarle la roja directa”. Sin embargo, se le ablandó el corazón con la disculpa del futbolista: "Lo siento; cené pollo al curry la noche anterior”.
Y volvemos al principio. ¿Hay culpa cuando el cuerpo manda sobre uno mismo? Y extrapolando esto a todos los ámbitos de la vida, ¿alguien tiene la culpa de algo o todo es cosa del destino, de una mano oscura que todo lo dirige o del pollo al curry?
