Pintura ecológica y prácticas sostenibles
Uno de los mayores problemas que enfrentan actualmente los fabricantes de pinturas, barnices y tintas de imprimir es la enorme carga burocrática y excesiva reglamentación existente, con 30.000 normas europeas, a las que se suman las del país, las autonómicas y las locales. “Las empresas no dan abasto a asumirlas”, declaró José Luis Díez, secretario general de Asefapi (Asociación Española de Fabricantes de Pintura y Tintas de Imprimir) durante la ponencia que ofreció en la pasada edición del salón Paint & Coatings. A ello se añade la cuestión de los residuos de envases industriales (responsabilidad Ampliada del Productor para los envases industriales y comerciales), que las firmas ya deberían haber implementado en 2023.
Todo ello deriva del Pacto Verde Europeo, que busca la neutralidad climática para 2050. Y aquí la pintura ecológica tiene mucho que decir.
Nueva directiva
La pintura ecológica, también conocida como pintura eco friendly o pintura sostenible, es aquella que se produce utilizando ingredientes naturales y no tóxicos, minimizando así el impacto en el medio ambiente y en la salud humana. A diferencia de las pinturas convencionales, las pinturas ecológicas no contienen productos químicos nocivos (o los contienen en una mínima proporción), como por ejemplo los compuestos orgánicos volátiles (COVs).
“Como regla general, puede indicarse que una pintura es ecológica si tiene la Ecolabel u otra certificación equivalente (Blue Angel, etc.) que demuestre que es respetuosa con el medio ambiente”, apunta Manuel López, responsable de Sostenibilidad de Asefapi. Esta etiqueta también indica que la pintura ha sido fabricada mediante procesos respetuosos y protectores con el medio ambiente (disminución del consumo energético, etc.). Pero cabe señalar que la normativa evoluciona constantemente y, según explica López, “actualmente se encuentra pendiente una directiva europea que regule las características necesarias para establecer una pintura como ecológica: la Directiva sobre Alegaciones Medioambientales”.
Hoy por hoy, para que una pintura sea cada vez más respetuosa con el medio ambiente, además del uso de materias primas sostenibles para su fabricación (es decir, que provengan de fuentes renovables, sean abundantes y de cercanía, consuman poca energía en su fabricación y dispongan de un bajo índice contaminante durante su ciclo de vida) “también se valora si tiene algún porcentaje de material reciclado, tiene alta durabilidad y reciclabilidad, y bajo contenido en COVs y sustancias peligrosas”, añade responsable de Sostenibilidad de Asefapi.
Tanto la utilización de menos recursos energéticos como la gestión de residuos entran dentro de las buenas prácticas medioambientales en los procesos de producción. Mediante la evaluación de la huella de carbono de la empresa se puede definir su situación en cuanto a consumo de energía, lo que permite planificar las actuaciones a llevar a cabo para un descenso progresivo de dicho consumo. Respecto a los residuos, tanto para los clasificados como peligrosos como para los no peligrosos se deben realizar programaciones para reducir su producción (certificar y mantener un sistema ISO 14001) y realizar planes de reutilización o valorización de alguno de los residuos en planta. “Hay que plantearse objetivos ambiciosos en plazos de tiempo concretos de minimización de ambos factores”, afirma Manuel López.
Tampoco se puede obviar, dentro de los recursos utilizados en la producción de pintura, el agua, cuya preocupante escasez en muchas zonas del país la convierte en un tema candente. “Si esta faltase por supuesto que afectaría negativamente a la producción de pintura —afirma el responsable de Sostenibilidad de Asefapi—, pero de momento no es una medida que se contemple ya que el objetivo principal es ejercer un uso responsable, eficiente y lo más circular posible de este líquido tan preciado y necesario”.
En busca de la máxima eficiencia
Entre las principales ventajas que encontramos en una pintura ecológica es el hecho de que no contienen COVs (o tienen muy pocos), por lo que no emiten olores fuertes ni desagradables, proporcionando así un ambiente más limpio y agradable. Las hay para interiores y para exteriores y, aunque su precio es superior al de las pinturas convencionales, el consumidor final, cada vez más concienciado, opta por ellas cada vez con más asiduidad a la hora de decorar su hogar, lugares de trabajo, etc.
100% ecológicas
Pintura a la cal
Esta sustancia también suele usarse en la pintura convencional, pero en la orgánica se mezcla solo con agua y resinas naturales. Ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales para cubrir paredes y techos, tanto en interiores como en exteriores, ya que es resistente a las altas temperaturas y a los cambios de clima.
- Propiedades de la pintura a la cal:
- Absorbe el CO2 durante el endurecimiento.
- Es transpirable. Las paredes sobre las que se aplica pueden respirar, por lo que se evitan los problemas de humedades.
- Puede lavarse fácilmente.
- Es fungicida y antialérgica. Evita la proliferación de gérmenes y bacterias, además de impedir el crecimiento del moho y líquenes.
- Ofrece una blancura excepcional.
- Tiene propiedades aislantes que ayudan a regular la temperatura de los espacios (en verano actúa como una barrera reflectante contra los rayos solares, manteniendo los ambientes más frescos, mientras que en invierno retiene el calor, contribuyendo así al ahorro energético).
Pintura al silicato
La pintura al silicato data de hace más de cien años. Su durabilidad es tan alta como su coste, pero se debe a que con el paso del tiempo atraviesa la pared, impregnándose en ella en profundidad.
Esta pintura se adhiere fácilmente al soporte mediante una reacción química insoluble conocida con el nombre de petrificación o silicificación. No genera una película superficial, lo que resulta toda una ventaja ya que facilita la cubrición de cualquier imperfección (grietas, etc.). Además, ofrece una gran permeabilidad al vapor de agua y proporciona una protección natural que evita la propagación de microorganismos como líquenes, moho o algas.
Para que las pinturas al silicato puedan reaccionar químicamente, necesitan un soporte que tenga silicio, por lo que resultan perfectas para el hormigón y los revoques minerales. Sin embargo, no están indicadas para su aplicación sobre pinturas plásticas ni pinturas en aceites, ni para cubrir soportes de plástico o madera.
Arcilla
La pintura ecológica hecha con arcilla es un tanto menos resistente que la de cal. Por ese motivo suele utilizarse en reparaciones, ya que no modifica el color. No es ideal para darle color a espacios amplios, pues no es tan potente (visualmente) como se espera, y se disuelve con el agua, por lo que es poco apta para zonas de alto tránsito.
No obstante, para solucionar el problema anterior, algunos fabricantes ofrecen pintura de arcilla mixta, a la que se añade silicato potásico.
Grafeno, un paso más
El grafeno se obtiene a partir del grafito. Está compuesto por una capa de átomos de carbono distribuidos en enrejado hexagonal a modo de panal. Este material es muy ligero, extremadamente fino y resulta ser el compuesto más resistente jamás descubierto hasta la fecha. Es cien veces más sólido que el acero.
Considerado por esta y por otras propiedades como un supermaterial, cada vez resulta más imprescindible en diferentes sectores. Una pintura formulada con grafeno no requiere la adición de sustancias tóxicas o agentes nocivos, por lo que resulta completamente ecológica.
Entre las principales propiedades de la pintura al grafeno encontramos las siguientes:
- Previene la corrosión. Combinando el grafeno con oxígeno obtenemos una pintura extraordinariamente protectora contra la corrosión del aire, la intemperie y las agresiones químicas.
- Es flexible e increíblemente resistente. Reduce la aparición de grietas, resiste a los arañazos y al fuego.
- El grafeno es un excelente conductor térmico, por lo que la pintura que lo incorpora permite una distribución homogénea del calor dentro del edificio, contribuyendo así al ahorro energético.
- Es hidrofóbica y lavable.