Hempel realiza un estudio en el laboratorio marino de CTC
CTC y Hempel estudian fórmulas para colaborar de forma más activa en próximos proyectos vinculados al ámbito marino.
Hempel ha escogido Cantabria para complementar sus estudios en el desarrollo de nuevos productos. La multinacional, de origen danés, ha instalado una serie de probetas en el Marine Corrosion Test Site (MCTS) El Bocal. Una instalación de ensayo, situada en una zona de acantilados al norte de Santander, cuyas condiciones de estudio resultan únicas en toda Europa para proporcionar datos de exposición real a ambientes de alta corrosividad.
El Centro Tecnológico CTC, en colaboración con el Instituto Español de Oceanografía (IEO), es el responsable de gestionar este laboratorio en mar abierto que, en 2024, celebra su décimo aniversario. La posibilidad de realizar investigaciones en un ambiente marino real, idéntico al que se verán sometidos los materiales durante su vida útil, constituye la principal virtud de una infraestructura especialmente indicada para analizar fenómenos como la corrosión o el biofouling. No en vano, el MCTS El Bocal fue la instalación más demandada de Europa en la segunda convocatoria de la red europea Marinet 2, que aglutinó 57 instalaciones de ensayo repartidas por todo el continente.
El laboratorio cántabro ofrece cuatro condiciones de estudio en función del grado de exposición de las muestras al mar. Las opciones van desde la zona atmosférica hasta la sumergida, pasando por la de salpicadura y la mareal. En este caso, Hempel analizará el comportamiento de sus recubrimientos en dos emplazamientos distintos. Por un lado, utiliza la zona atmosférica, que es la más cercana a la superficie y no tiene contacto directo con el agua. Sin embargo, se ve influida por el propio spray del mar. También emplea la zona de salpicadura, en donde no llega el nivel de marea, pero sí que lo hace el agua de las olas y de los golpes del mar.
Inicialmente, el ensayo tendrá una duración de doce meses. Un tiempo en el que las muestras demostrarán su comportamiento en condiciones marinas reales. De este modo, los datos obtenidos en Cantabria serán mucho más robustos que los obtenidos en otros laboratorios con ensayos acelerados o simulaciones.
Este estudio supone la segunda investigación en la que Hempel utiliza el MCTS El Bocal. Su primer contacto con la instalación tuvo lugar en el marco del proyecto INNOPAINT. Una iniciativa vinculada al programa Retos Colaboración 2016 del Ministerio de Economía y Competitividad a través de los fondos FEDER. En aquella ocasión, Hempel lideró un consorcio internacional, en el que también estaba CTC, para desarrollar recubrimiento anticorrosivos, inteligentes y multifuncionales basados en pintura.
Los prometedores resultados conseguidos en aquella investigación, unidos a la singularidad y la reputación internacional de la instalación, han motivado el regreso de Hempel a la región. No en vano, tanto la compañía como CTC están estudiando la posibilidad de colaborar de forma más activa en próximos estudios y proyectos vinculados al ámbito marítimo. En ese sentido, con el propósito de ofrecer unas condiciones aún mejores, el Centro Tecnológico cántabro ha tiene previsto instalar una red de sensores en el laboratorio. Esta iniciativa, vinculada al proyecto SEACOREL, permitirá analizar el estado de los materiales expuestos sin tener que retirarlos y también relacionar el estado del mar con los efectos de la corrosión.
En concreto, CTC está desarrollando un sensor que permitirá recoger datos de los materiales expuestos en las instalaciones para la detección temprana de la corrosión. A esto se suma un sistema de monitorización que analiza y comunica las condiciones ambientales del laboratorio marino. De ese modo, al combinar la información sobre el avance de la corrosión en las muestras con los cambios que se producen en parámetros como el pH o la temperatura, es posible prever cómo van a reaccionar los materiales con el paso del tiempo.