El consumo de pescado y marisco congelado crece un 24% en los últimos 5 años
En los últimos cinco años, el consumo de pescado y marisco congelado creció un 24,6%, alcanzando las 19.600 toneladas, según la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (Asefapre). La calidad de los productos y su facilidad de almacenamiento que permiten ser cocinados durante todo el año, han propiciado este incremento de forma especial en la época navideña.
“Su sistema de procesado, que garantiza las propiedades nutricionales y la frescura del producto, y su menor sensibilidad a los precios de temporada son clave para que estos productos ocupen un lugar destacado en las comidas y cenas navideñas”, señala Álvaro Aguilar, secretario general de Asefapre.
El pescado y marisco congelado son también una opción sostenible, al reducirse el desperdicio alimentario –el proceso de congelación tiene lugar poco después de la captura, alargando su vida útil– y la huella de carbono puesto que, al estar congelados, pueden transportarse en lotes mayores y a largas distancias sin que el producto se deteriore.
Junto a los tradicionales langostinos y gambas, tenemos al alcance otros mariscos que triunfan en el menú navideño como los calamares o los mejillones listos para ser preparados al vapor o con diversas salsas. En lo que a pescado se refiere, existen algunos típicos de la Navidad como el bacalao, que puede encontrarse en lomos, migas o desmigado; la merluza, en formato de lomos, ventresca; el rodaballo o el salmón.
Además, para quienes no desean pasarse horas en la cocina, existen numerosas opciones ya preparadas que puede prepararse en apenas unos minutos y sin esfuerzo. La tradicional sopa de marisco, la merluza en salsa verde, el salmón en salsa de eneldo o el bacalao con tomate son algunas de las múltiples opciones que el sector de platos preparados ofrece a los consumidores, siempre respetando el mar.
“Las compañías asociadas a Asefapre están comprometidas con prácticas pesqueras responsables y sostenibles, obteniendo reconocidos certificados que avalan la procedencia responsable de sus productos, como el Marine Stewardship Council (MSC)”, concluye Alvaro Aguilar.