La industria de conservas de pescado y marisco hace balance de 2022
En un entorno inestable y complejo, marcado por la inflación y una bajada del consumo, que avecina un futuro incierto, Roberto Alonso, secretario general de Anfaco-Cecopesca, afirma que la industria volvió a mostrar su capacidad de adaptación en 2022 y un enorme trabajo para mantenerse en un ejercicio complicado. Gracias a la exportación, junto con el trabajo realizado en innovación en proceso y en producto, y a través de la tecnificación y desarrollo tecnológico, el sector ha perseguido el objetivo de optimizar costes y poder ganar en eficiencia, productividad y, en definitiva, en competitividad.
Roberto Alonso matizó que el apoyo de las distintas administraciones mediante la puesta en marcha de medidas que favorezcan el consumo y la actividad industrial es vital: “Es necesario certidumbre y la colaboración público-privada para lograr nuestros objetivos, tanto como sector, como país”.
La producción de la industria de conservas de pescado y marisco presentó una tendencia decreciente en volumen en el 2022
En 2022, a causa principalmente de la reducción de la demanda, la producción española de conservas y semiconservas de pescado y marisco disminuyó un 7,6% en volumen y aumentó un 5,7% en valor, con respecto a 2021, alcanzando las 305.403 toneladas, valoradas en 1.745 millones €.
Todos los productos presentan un descenso en volumen, a excepción de las conservas de caballa y de almeja. Pese a descender en volumen un 7%, la conserva de atún sigue siendo el principal producto producido, representando, en volumen, alrededor del 70% del total de la producción española de conservas y semiconservas de pescado y marisco. En valor, aumentó un 9%, con respecto a 2021.
Reactivar la demanda, acometer la transformación sectorial verde y digital, o la estabilidad fiscal y legislativa, prioridades para la industria.
Bajada del consumo interno en los hogares españoles
Derivado también del impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los consumidores, en el año 2022 se produjo una bajada del consumo interno en los hogares españoles.
Según los últimos datos facilitados por el MAPA relativos al año móvil diciembre 2021 hasta noviembre de 2022, se reduce la compra de productos del mar un 15,2% en volumen y un 9,5% en valor.
El análisis por tipo de producto muestra un comportamiento similar, los hogares españoles reducen la compra de pescados un 15,7%, como consecuencia de una menor compra de pescados especialmente frescos (16,4%). No obstante, la compra de pescados congelados también acumula una variación negativa del 12,4% de sus kilos.
Los mariscos/moluscos/crustáceos tampoco ganan presencia en los hogares españoles a cierre de año móvil noviembre de 2022 con un descenso del 18,2%.
Se produjo también un descenso de la presencia en la cesta de la compra de conservas de pescado y marisco, con una variación negativa en volumen de 8,5%. En valor aumentó ligeramente un 1%.
El descenso es generalizado en casi todas las categorías, a excepción de conservas de almejas y de pulpo. Los menores descensos se producen en chicharro/caballa (-4,53% en volumen), en sardinas (-5,99%), mientras que los berberechos (-24,96%), los mejillones (-14,63% en volumen), la anchoa (-9,63% en volumen), los calamares (-9,29%) experimentan los mayores descensos.
Disminuye, asimismo, el consumo de conservas de atún (-7,55% en volumen), pero sigue siendo el principal producto en conserva consumido por los hogares españoles (54,65% del volumen total consumido de conservas).
En relación con el pescado salado, en el periodo analizado se reduce su compra un 27% en volumen y un 21,6% en valor. Por su parte, el descenso del consumo de pescado ahumado disminuyó un 12,8% en volumen y un 1% en valor.
La exportación, una oportunidad de crecimiento
En 2022, las exportaciones de preparaciones y conservas de pescado y marisco disminuyeron un -1,67% en volumen y aumentaron un 10,73% en valor con respecto a 2021. Con respecto a 2019, aumentaron un 8,24% en volumen y un 26,82% en valor.
Entre los motivos que determinan esta caída del volumen de ventas exteriores se destaca la inflación, la caída de consumo y la existencia de stock por parte de los importadores procedente del año 2021.
En 2022, alrededor del 60% de la producción de preparaciones y conservas se destinó a la exportación, estando presentes en más de 130 países de los 5 continentes. Este hecho muestra un liderazgo y competitividad todavía presente en todo el mundo.
Los 5 principales destinos de las exportaciones españolas de estos productos fueron en 2022, por volumen de exportación Italia, Francia, Portugal, Países Bajos y Alemania, que representan el 77% del volumen total exportado.
Pese a este descenso en volumen, la exportación, que gana protagonismo, presenta una oportunidad para el crecimiento del sector, frente al mercado interno y muestra oportunidades.
Reactivar la demanda interna, la estabilidad y fondos europeo para garantizar la recuperación
En 2022, en pleno proceso de recuperación económica tras el parón que supuso la pandemia y frente a la espiral inflacionista que dificulta la planificación operativa de las empresas y afecta al poder adquisitivo de la población, la guerra en Ucrania tensionó la economía, impactando en la energía y en el acceso a ciertas materias primas, como el caso del aceite de girasol.
En este contexto, el sector transformador y conservero de productos del mar, sector estratégico y esencial como proveedor de productos de primera necesidad y recomendados en la dieta de los ciudadanos, demanda una estabilidad tanto a nivel político como económico, que garantice un marco menos cambiante en el ejercicio de su actividad. La certidumbre es alidada de la inversión y progreso socieconómico.
A este respecto, frente los retos presentes en esta industria, como la garantía de un acceso estable a las materias primas o el level playing field en el mercado frente a la competencia de terceros países, este sector afronta otros retos que impactan en su competitividad.
La necesaria reactivación del consumo debe venir acompañada por la bajada del IVA a los productos del mar en su conjunto, independientemente de su presentación.
Otro de los retos a los que se enfrenta esta industria es la entrada en vigor del impuesto especial a los envases de plástico no reutilizables, que impacta en la competitividad de las empresas, generando costes adicionales.
Por otro lado, la para adaptarse a los retos de transición verde y digital, es necesario activar un PERTE MAR-INDUSTRIA o la puesta en marcha de fondos FEMP/FEMPA por el impacto en los costes de la guerra de Ucrania.
El secretario general de Anfaco-Cecopesca concluyó afirmando que este año 2023 se presenta todavía con incertidumbres, pero que “seguiremos trabajando y apoyando a nuestro tejido industrial como sector estratégico para el desarrollo económico y social de España, en base a nuestro compromiso con la calidad, la seguridad alimentaria y con la sostenibilidad económica, social y medioambiental. Debemos dotar de certidumbre y seguridad en base a una colaboración público-privada”.