Estudian el impacto de la pesca de cerco sobre las sardinas y anchoas del Mediterráneo occidental
Un nuevo proyecto del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona, con el apoyo de organización internacional sin ánimo de lucro Marine Stewardship Council (MSC), evaluará el impacto de la pesca de cerco sobre las poblaciones de sardina (Sardina pilchardus) y anchoa (Engraulis encrasicolus) del Mediterráneo occidental, en concreto, de Castellón de la Plana (Comunidad Valenciana).
Ambas especies han experimentado un declive sustancial durante las últimas décadas, lo que se ha dejado notar en los desembarcos. Esto, junto a la bajada de precio tanto de la sardina como de la anchoa, está poniendo en jaque sus pesquerías, muy importantes cultural y económicamente para las comunidades locales.
Ante este escenario, nace el proyecto “SEINE-ETP”, que pondrá en contacto a los equipos ciencíficos con los pescadores con el objetivo de mejorar la situación actual:
“La colaboración entre científicos y pescadores nos permitirá comprender mejor las interacciones entre esta pesquería y las especies no objetivo, además de avanzar hacia los niveles de sostenibilidad establecidos por el Estándar MSC de Pesquerías”, expone Julio Agujetas, responsable de pesquerías Mediterráneas para MSC España.
Y es que, según las impulsoras e impulsores de la iniciativa, que cuenta con el apoyo financiero del Ocean Stewardship Fund (OSF) de MSC y de la Fundación MAVA, la sostenibilidad tanto de esta como de cualquier otra pesquería solo puede alcanzarse mediante el compromiso de todas las partes interesadas. Esta sostenibilidad certificada aporta valor a las pesquerías, aumentando su rentabilidad y manteniendo las capturas en niveles sostenibles.
Consecuencias de la captura accidental
A pesar de que las pesquerías de cerco de pequeños pelágicos –entre ellos las sardinas y las anchoas– se han descrito como altamente selectivas con una baja tasa de descarte e interacción con las especies no objetivo, faltan datos objetivos que lo avalen. Por ello, cabe conocer bien las interacciones entre las especies objetivo y las que no lo son, y las repercusiones que puede tener sobre la red alimentaria y el funcionamiento del ecosistema la captura accidental de ciertas especies.
“Los pequeños peces pelágicos desempeñan papeles socioeconómicos y ecológicos clave en los ecosistemas marinos, por lo que es necesario avanzar en la comprensión de sus dinámicas si queremos obtener una evaluación integrada del ecosistema”, apunta la investigadora del ICM-CSIC Marta Coll, que celebra que SEINE-ETP pueda contribuir a avanzar en esta dirección.
Por su parte, el también investigador del ICM-CSIC Valerio Sbragaglia subraya que “los pescadores poseen información clave relacionada con la ecología y el comportamiento de las especies que pescan, y gracias a ello podemos descifrar, por ejemplo, el rol que ejercen dentro del ecosistema, lo que pone sobre la mesa los beneficios de la investigación vinculada de forma estrecha con la sociedad”.
Al final del proyecto, los expertos presentarán un análisis integrador que debe ayudar a avanzar en la reducción de las lagunas de conocimiento puestas de manifiesto durante la preevaluación de la pesquería de cerco de anchoa y sardina de Castellón de la Plana en 2019. Dicha preevaluación, realizada basándose en el Estándar MSC de Pesquerías en el marco del Proyecto Medfish, identificó ciertas deficiencias en cuanto al estado, la información y la gestión de especies en peligro, amenazadas o protegidas.