Entrevista a Juan Manuel Vieites, secretario general de Anfaco
20 de noviembre de 2009
Recientemente tuvo lugar en Marruecos la 30ª Reunión del Comité del Codex de Pescado y Productos Pesqueros. ¿Se ha podido obtener algún tipo de conclusión relevante tras la reunión en Agadir?
En esta reunión se analizó el proyecto de Código de Prácticas para el Pescado y los Productos Pesqueros (moluscos bivalvos vivos y crudos, langostas y definiciones relevantes), el anteproyecto de revisión del procedimiento de inclusión de nuevas especies de pescado en normas para el pescado y los productos pesqueros, y el anteproyecto de norma para el pescado ahumado, cuestiones ligadas todas ellas a la situación del abastecimiento de pelágicos para la industria transformadora de productos del mar, su comercialización y la posible inclusión de nuevas especies en las normas Codex.
Por otro lado, se han conseguido significativos avances en el estado de tramitación de numerosas normas en revisión, de gran importancia, que necesitaban un impulso para pasar a un estado de tramitación más cercano a su conclusión. Por ejemplo, en relación a los métodos para la determinación de las biotoxinas, hemos defendido en el Codex la idoneidad del bioensayo en ratón, desde la experiencia de Anfaco-Cecopesca en investigación y control de las Biotoxinas marinas, de las Rías Gallegas y de procedencia europea y de terceros países Por nuestra experiencia, podemos afirmar que en Galicia, la mayor región productora de moluscos bivalvos de Europa, el sistema de control oficial y los métodos de referencia utilizados han funcionado y funcionan de forma totalmente satisfactoria.
No obstante apoyamos el desarrollo de métodos alternativos, pero una vez que se hayan probado y validados internacionalmente según un protocolo fiable que garantice que son capaces de ofrecer el mismo nivel de protección de la salud del consumidor, que el bioensayo en ratón. Para proseguir en esa línea seguimos trabajando en aspectos como la disponibilidad de patrones o derivados de la biotoxinas para los análogos de las biotoxinas y en los criterios de eficacia del método.
¿En qué se basa la nueva norma que se quiere aplicar respecto al pescado ahumado? ¿Se ha hablado también de la inclusión de nuevas especies en normas para el pescado?
Respecto al primer tema hablamos de una norma que afecta a una gama de productos muy diversa que existe bajo la dominación pescado ahumado, y que comprende el pescado ahumado ‘en frío’ y ‘en caliente’ el pescado con aroma a humo y el secado con humo. En general podemos decir que el desarrollo se conforma con la reglamentación comunitaria desarrollada para la gestión de riesgos específicos de esta gama de productos, hidrocarburos, listeria y parásitos.
Respecto a la inclusión de nuevas especies, deberá ceñirse al anteproyecto de revisión del procedimiento de inclusión de nuevas especies de pescado en normas para el pescado, norma Codex en preparación. Nuestra asociación ha participado activamente en el desarrollo de esa norma, al ser importante, dado que establece principios para que la inclusión de nuevas especies se adapten a criterios justificables desde el punto de vista de la sostenibilidad y, al mismo tiempo, de rigor científico-técnico para que no devenga en perjuicios de la competencia entre operadores, bajo los principios de una información completa y veraz al consumidor. El anteproyecto en su estado actual de redaccion ha alcanzado un amplio consenso entre muy distintos países de dentro y fuera de la UE.
Ese tema ha sido trabajado aprovechando la reunión ‘ad-hoc’ mantenida por el Comité Internacional de la Sardina Pilchardus (Cisap), en el que participa Anfaco. El principal objetivo del Cisap es velar por la protección, identificación y diferenciación de las conservas de sardinas elaboradas a partir de la especie ‘Sardina Pilchardus Walbaum’, en los mercados donde se comercializan, especialmente en la Unión Europea, que ya dispone de normas comunes de comercialización para las conservas de sardinas.
Hablando de números, ¿cómo está sobrellevando la crisis el sector pesquero español?
Teniendo en cuenta la crisis económico-financiera actual, el futuro para el sector, al igual que para muchos otros será difícil en los próximos años, pero aún así el sector conservero español de pescados y mariscos continuará apostando por su competitividad y buscando las ventanas de oportunidad que se le ofrezcan para seguir siendo un sector moderno, innovador e internacionalizado, para enfrentarse así a la nueva situación de la economía mundial e intentar ganar en este siglo XXI el reto del futuro.
Sin ninguna duda, la industria pesquera afronta múltiples frentes. Otro muy cuestionado, por su funcionamiento, es el de los puertos. ¿Los puertos pesqueros españoles funcionan bien?
La valoración del funcionamiento de los puertos pesqueros españoles debe hacerse tomando en consideración las infraestructuras dispuestas en los mismos para atender correctamente el volumen de descargas y cargas, además de los recursos humanos dispuestos por cada una de las administraciones públicas con competencias en dichos espacios, especialmente en materia de control sanitario de productos alimenticios procedentes de terceros países. En función de dichas variables, un puerto registrará un mayor o menor volumen de actividad, al ser factores determinantes para su competitividad, sin perjuicio de que atendiendo a la actual situación de crisis económica deban considerarse igualmente otros factores que también inciden en la menor actividad de nuestros puertos.
En este sentido, y por razones de proximidad geográfica, puedo decirle que respecto al Puerto de Vigo, el volumen de descargas de pesca congelada y conservas de productos del mar a lo largo del año 2009 presenta, por el momento, una evolución favorable si tomamos en consideración los años 2008 y 2007, lo cual puede interpretarse como un síntoma de recuperación económica, pero al mismo tiempo como un síntoma de recuperación de la confianza respecto a nuestro puerto, especialmente si tomamos en consideración épocas pasadas, caracterizadas por importantes demoras en la inspección sanitaria de los productos alimenticios procedentes de terceros países.
En cualquier caso, esta organización empresarial siempre ha mostrado su disposición al diálogo y a la colaboración con las administraciones competentes en la articulación de medidas que contribuyan a la mejora de la competitividad de las infraestructuras portuarias, y bajo dicha premisa seguimos orientando nuestra actuación.
A pesar de los momentos complicados que ha vivido la industria pesquera de nuestro país, siempre ha sabido reponerse. ¿Qué puntos fuertes destacaría a día de hoy de nuestra flota y empresas?
¿Las empresas españolas que se dedican al procesado del pescado han invertido de forma suficiente en los últimos años en I+D para poder competir con nuestros más inmediatos competidores?
Evidentemente nuestra sociedad evoluciona con el tiempo y ello afecta a la industria alimentaria e igualmente a la industria conservera. Me refiero a aspectos como el aumento de hogares unipersonales, el incremento de la edad media de la población o la creciente sensibilización social acerca de la importancia de llevar una dieta sana, entre otros. Somos de la opinión de que estos aspectos hay que verlos como una oportunidad para sacar al mercado nuevos productos de calidad que satisfagan las necesidades de estos colectivos, abriendo nuevos segmentos de mercado mediante la apuesta por el I+D+i.
El sector conservero ha dado buena muestra de su capacidad de adaptación a estos cambios sociales, elaborando novedosos productos que incorporan un valor añadido a unas materias primas que ya de por sí son excelentes.
No hay que olvidarse que España es el país productor más importante del mundo en variedad de productos y preparaciones en conserva, todo ello apoyado en el I+D+i, fomentado desde Anfaco y su Centro Tecnológico, Cecopesca.
¿Cuáles son los retos más inmediatos que debe afrontar la pesca española?
El sector español de productos del mar y de la acuicultura y sus transformados, se encuentra en el momento actual, inmerso en una serie de cambios y negociaciones que sin lugar a duda serán los principales retos de su futuro a los cuales debe enfrentarse, como es la entrada el 1 de enero del 2010 del ‘Reglamento contra la Pesca Ilegal, No Reglamentada y No Declarada’, así como la reforma de la política pesquera común y de la organización común, las negociaciones de los acuerdos con terceros países, la conferencia ministerial de la OMC, etc.
Aparte de asegurar con medidas eficaces la seguridad de nuestra flota, ¿qué medidas le pediría a la administración central para reflotar una industria, como es la del pescado, que como hemos dicho antes siempre se encuentra en el filo de la navaja?
En este sentido he de decir que la industria española y comunitaria transformadora y conservera de productos de la pesca cumple los parámetros de control más exigentes, desde el origen de la materia prima hasta la elaboración del producto final. No puede decirse lo mismo en el caso de los productos procedentes de terceros países, que paradójicamente cada vez cuentan con unas mejores condiciones de acceso al mercado comunitario, propiciadas por la propia UE, como ha demostrado con la concesión de preferencias arancelarias y de derogación de normas de origen para Papua Nueva Guinea mediante el Acuerdo de Partenariado del Pacífico.
Este tipo de decisiones ponen a la industria comunitaria, como usted dice, en el filo de la navaja, amenazando su competitividad y por tanto su viabilidad futura. Es inadmisible que a la industria comunitaria se le exijan unos niveles altísimos en aspectos higiénico-sanitarios, medioambientales y sociales, mientras que a las importaciones de terceros países se les abren las puertas de par en par.
El mercado de gran volumen se rige hoy por el factor precio, mientras que el mercado de gran calidad es un segmento pequeño. Nuestras empresas, con su dimensión actual, deben dirigirse necesariamente al mercado del gran volumen, donde manda el precio y ahí es donde la falta de exigencias a productos de terceros países en los aspectos reseñados anteriormente les posibilitan ofrecer un producto de calidad estándar a un precio inferior. Esto hace que competir bajo estas condiciones sea francamente difícil.
Por ello, consideramos imprescindible suprimir esas condiciones preferenciales y por otro lado desarrollar un riguroso control de la calidad de los productos que se comercializan en la UE a fin de garantizar la seguridad del consumidor y de velar por una competencia leal en los mercados.