La madera y el transporte de pescado 'sostenible'
12 de noviembre de 2009
La madera absorbe una emisión equivalente a 82.000 barriles de petróleo
En concreto, la madera de una caja para pescado tipo, absorbe a través de la respiración del árbol 1,4 kilogramos de CO2. Ello supone la captura de 20.000 toneladas de CO2 de la atmósfera, lo que equivaldría a la emisión generada por 82.000 barriles de petróleo. En consecuencia, una empresa que consume o usa envases de madera también puede mejorar su huella de carbono.
Pero esto tan solo es una parte de las múltiples prestaciones del envase de madera para transporte de pescado. Básicamente, las cajas se fabrican con una madera no tratada, de un solo uso. Un material que no consume agua ni productos químicos en su utilización porque es de un solo uso. Finalizada la vida útil del envase, este se tritura y recicla de forma fácil y económica: el CO2 continúa atrapado en la madera del producto reciclado.
Un 56% del territorio del país es superficie forestal
De acuerdo con estimaciones de Medio Ambiente, la superficie forestal española alcanzará 28 millones de hectáreas en 2010, un 56% del territorio nacional. En los últimos 15 años, la superficie arbolada habrá crecido más de un 6%. La plantación de especies vegetales españolas como el pino y el chopo contribuye a la reducción del cambio climático. En el año 2008, la tasa de reciclaje del envase, embalaje y palet de madera en España fue del 58%, tres puntos por encima de lo que Bruselas exige al conjunto de materiales de envase, según estudio Fedemco, Ecoleño y Ecoembes.
Desde 1984, España reconoce la idoneidad de la madera para envasar pescado
En 1984, España reconoció como idóneo el empleo de la madera para pescado en envases de un solo uso, a través del Real Decreto 1521/1984. Un ejemplo que siguió Francia en el año 1992 (Arrêté Ministériel du 28 déc. 1992).
Hace cinco años, el Reglamento (CE) nº 853/2004 estableció normas de higiene en productos de la pesca, lo que representó un punto de inflexión al limitar su conservación en hielo en envases impermeables y con drenajes para el agua. Esta exigencia de Bruselas, no se corresponde con lo que en el día a día las buenas prácticas del sector pesquero y las autoridades sanitarias en España confirman; que la utilización de todo tipo de envases y prácticas de conservación no plantea riesgo alimentario alguno si se realiza en condiciones higiénicas (envases de un solo uso no reutilizados, envases reutilizables higienizados tras cada uso, etc.). Ejemplo de ello son la norma UNE 195001:2008. ‘Guía de prácticas correctas de higiene para producción primaria de pesca’, o las guías de buenas prácticas higiénicas editadas por la Generalitat de Cataluña en 2008 para barcos y en 2007 para lonjas, que no descartan la utilización de envases de un solo uso si se garantizan sus condiciones higiénicas y de no reutilización.
Gran parte de la pesca diaria de cerco de pescado azul en España, sobre todo de sardina y boquerón, se envasa tradicionalmente en madera. Es el envase elegido en origen por cofradías y armadores por su resistencia, unificación de formatos, fácil manejo, posibilidad de impresión de marcas, y propiedades para la conservación natural del producto fresco. En el barco, la lonja y el mercado un envase de este material trasmite veracidad. Es el formato que ‘viene del mar’, sin más preparación del producto que su contacto con el hielo.
En resumen, el envase de madera, también para mariscos y moluscos, presenta oportunidades de desarrollo en la cadena de comercialización; estabilidad en el precio ya que proviene de una materia prima renovable nacional; diversificación de formatos que evitan el re-envasado; desarrollo de imagen distintiva de calidad y origen y ahorro en instalaciones de limpieza y desinfección de envases. En global, el sector de envase, embalaje y palet de madera en España está formado por más de 800 empresas, que dan empleo a 9.000 personas. Un segmento económico que factura más de 1.200 millones al año, como factor de desarrollo del ámbito rural. La madera utilizada absorbe más de 3 millones de toneladas de CO2.
De manera tradicional, la madera en contacto con alimentos se ha usado, sin riesgo, no sólo en envase y embalaje, sino también en tablas de cortar y encimeras, utensilios y menaje de cocina, paletas de helado, barricas de vino, curado del queso, etcétera. El envase de madera es higiénico y de un solo uso (R.D. 888/1988). Además, su porosidad le aporta propiedades antibacterianas.
Existen numerosos estudios sobre contaminación microbiana, que comparan las tablas de cortar de madera con las de plástico. En 1994, los doctores en microbiología Cliver, Ak y Kaspar, de la Universidad de Winsconsin-Madison (Estados Unidos) descubrieron que las tablas de plástico no se podían considerar más higiénicas que las de madera, destacando el efecto tampón que produce su porosidad.