Entrevista a Laura Rodríguez, directora de MSC en España y Portugal
El problema de la sobrepesca no ha dejado de crecer desde la década de 1970 y, de acuerdo con el informe Sofía de la FAO publicado en 2020, el 34% de las poblaciones de peces se encuentra en un estado biológicamente insostenible. Además, el consumo de pescado por persona ha pasado de 9 kg en 1960 a 20 kg en 2017, siendo una proteína esencial para 3.000 millones de personas, cuya demanda no ha parado de crecer en el mundo, lo que sumado a las grandes transformaciones provocadas por el cambio climático, genera una enorme presión sobre los recursos. Conversamos sobre esto y mucho más con la directora de la ONG Marine Stewardship Council (MSC), Laura Rodríguez.
Para empezar, ¿qué es Marine Stewardship Council?
MSC somos una ONG internacional y llevamos 20 años trabajando por la pesca sostenible. El objetivo con el que nacimos en la década de los ’90 es poner fin a la sobrepesca, algo que trabajamos a través de nuestra certificación y el eco-etiquetado.
¿Qué es exactamente la sobrepesca?
Se trata de extraer especies del mar en exceso de forma que no se pueden reproducir al ritmo que necesitan y, en consecuencia, pueden acabar extinguiéndose. Un claro ejemplo de ello es la anchoa del Cantábrico, que fue una especie sometida a una presión pesquera tan fuerte que se tuvo que cerrar el caladero ya que la información científica indicaba que esa especie podía agotarse y colapsar. Afortunadamente se reaccionó, se cerró el caladero 5 años y la especie se ha recuperado, incluso está en máximos. Esto muestra que cuando se mejora la gestión y se toman medida, las especies sobreviven y se recuperan.
Entonces, ¿existe la pesca sostenible?
Por supuesto, así lo hemos demostrado en la campaña ‘Mares Para Siempre’ a la que se han unido más de 50 entidades para promover la práctica de la pesca sostenible certificada y el consumo de productos obtenidos mediante técnicas respetuosas con la preservación de los ecosistemas marítimos.
¿Qué tipo de certificaciones otorgan desde la organización?
Tenemos dos certificaciones. Por un lado, un Estándar de Pesca Sostenible que se aplica a cualquier tipo de barco de pesca extractiva, por lo que no trabajamos en el ámbito de la acuicultura, toda nuestra actividad está centrada en la pesca. Por otro lado, tenemos un Estándar de Cadena de Custodia, un estándar de trazabilidad que se aplica a toda la cadena de valor una vez el pescado ha sido desembarcado, es decir, desde la lonja, pasando por el fabricante y hasta llegar al restaurante.
¿Qué significa para un producto contar con el Sello Auzl MSC?
Es una herramienta para el consumidor que le garantiza que el pescado que está adquiriendo viene de una pesquería certificada y que los intermediarios que han intervenido cuentan también con una cadena de custodia certificada. Así, el Sello Azul en los productos del mar asegura el respeto al estado de las poblaciones, la gestión pesquera eficaz, la reducción del impacto sobre los ecosistemas marítimos y la trazabilidad hasta un origen sostenible.
¿Qué diferencia este sello de otros que existen?
Lo que caracteriza a MSC es el rigor de su Estándar, que tiene el máximo reconocimiento a nivel internacional. MSC es el único programa de certificación de pesca extractiva que forma parte de ISEAL Alliance, la asociación internacional de estándares de sostenibilidad. Además, también es miembro de GSSI (Global Sustainable Seafood Initiative), una iniciativa que se creó hace unos años para evaluar los sellos y determinar su credibilidad. MSC fue uno de los primeros en lograr este reconocimiento.
Entre los elementos diferenciales de nuestro programa destaca su carácter global: el Estándar MSC se aplica en todo el mundo, para todo tipo de pesquerías. Asimismo, es un proceso muy participativo en el que todos los grupos de interés pueden aportar información de una forma muy transparente.
Comenta que MSC es global, ¿en qué países está presente?
MSC trabaja en alrededor de 90 países. A nivel de consolidación, nuestro programa tiene una gran presencia en Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Australia. Es importante destacar que cada vez crecemos más en el sur de Europa donde están los grandes países consumidores de pescado como España, Portugal o Italia. Nuestro dinamismo en esta zona es muy importante.
¿Qué nivel de implantación tiene el programa MSC en España?
En España estamos presentes desde hace 10 años y nuestro programa está creciendo rápidamente. En total, el volumen de pescado ya certificado por MSC asciende a 72.222 toneladas, contando así con 394 barcos pertenecientes a la flota española o vinculados a empresas españolas que operan bajo el estándar de sostenibilidad de MSC. Un total de 380 productos se comercializaron con el Sello Azul de MSC en el ejercicio 2019-2020 en nuestro país, lo que supone un aumento del 22% respecto al año anterior. Así, el volumen consumido con el sello MSC en España se cifra en torno a las 16.000 toneladas, con un 50% de incremento respecto al año anterior. Además, 273 empresas cuentan con el Estándar de Cadena de Custodia, lo que supone un incremento del 30% y 63 empresas nuevas en el último año.
Según los últimos datos del estudio de GlobeScan para MSC publicado en mayo de 2020, el 54% de los españoles afirma haber cambiado sus hábitos de consumo de pescado. ¿El consumidor realmente compra productos con certificación o simplemente ‘dice que compra’?
Los países mediterráneos tendemos a ser muy positivos en las entrevistas y tenemos mucho deseo de contribuir, motivo por el cual siempre damos índices muy altos en lo que a sostenibilidad se refiere. Sin embargo, esto no se traduce en la práctica y en el día a día. De todos modos, sí vemos una tendencia creciente en la consciencia del consumidor que ya se intuía antes del estallido de la pandemia de la COVID-19.
Si bien es cierto que en el sur de Europa vamos un poco por detrás en materia de sostenibilidad si nos comparamos con el norte, vemos que la COVID-19 ha contribuido a acelerar el proceso de mejora. El consumidor ha visto que un deterioro medioambiental puede afectar a nuestra vida de una forma drástica, por lo que se ha vuelto mucho más reflexivo en su consumo. Así nos lo indican todos los estudios que se están elaborando sobre este tema.
Un ejemplo de ello es el estudio de GlobeScan para MSC publicado en mayo de 2020, que muestra unos datos muy positivos en cuanto a sensibilización a las cuestiones relativas a los océanos. El estudio indica que el cambio climático es la principal preocupación medioambiental de los españoles, pero la salud de los océanos y la sobreexplotación de la pesca se sitúan en la segunda posición, hasta tal punto que el 54% de los españoles afirma haber cambiado sus hábitos de consumo de pescado en los océanos –incluso un 3% afirma haber dejado de consumir pescado–. Asimismo, el 79% de los encuestados respondieron que es necesario que las marcas y supermercados verifiquen de manera independiente sus reclamos de sostenibilidad, y el 83% estaba dispuesto a realizar acciones en el futuro para proteger el pescado en los océanos: aunque hay un 8% que indica que quiere dejar de consumir pescado, la mayoría opta por una actitud positiva de premiar a aquellas marcas y establecimientos que den opciones que garanticen la sostenibilidad. Además, hay un interés enorme por parte del consumidor de contar con herramientas que le ayuden a tomar las mejores decisiones (apps, guías…).
En este sentido, el estudio señala que las cuestiones que más preocupan a los españoles en relación a los océanos son la contaminación marina, especialmente en cuanto al problema de los plásticos, la sobreexplotación pesquera y su efecto sobre las especies y los aspectos relacionados con el cambio climático (subida de temperatura del agua, acidificación, etc.).
El sello azul de MSC se concede a los productos del mar provenientes de una pesca certificada.
El consumo de pescado por persona ha pasado de 9 kg en 1960 a 20 kg en 2017… ¿Cómo podemos seguir consumiendo esta proteína de una forma que respete el bienestar animal y su sostenibilidad?
No se trata de consumir más pescado, sino de hacerlo de forma sostenible y diversificar. Desde MSC estamos convencidos de que consumir pescado es positivo, pero debemos hacerlo de forma consciente. La población humana mundial no va a dejar de crecer y cada vez va a haber una presión más fuerte en el sector alimentario, así que debemos asegurarnos de que el consumo vaya en línea con las poblaciones que están en mejor situación en los océanos. Por eso es importante destacar que cuando una población está bien gestionada es más productiva, tal y como indican los informes de la Unión Europea y la FAO. De este modo, si gestionamos bien la pesca, podemos lograr 16 millones de toneladas adicionales al año.
La sobrepesca y la pesca ilegal y destructiva son un problema para mantener una población saludable en el mar. ¿Qué especies se ven más afectadas?
Todas las especies se pueden ver afectadas por la sobrepesca y la pesca ilegal. La sobrepesca no solo afecta a una especie específica sino a toda la cadena trófica que depende de esa especie y por tanto al ecosistema y a la biodiversidad.
La pesca ilegal no declarada y no reglamentada (IUU), además, afecta a la gestión porque son datos que no se reportan y los científicos no los pueden tener en cuenta para calcular cuánto se puede pescar y esto genera incertidumbres y perjudica la gestión.
De acuerdo a los datos de FAO (Informe Sofia 2020) la sobrepesca afecta a un tercio de las poblaciones en el mundo. Las regiones donde se concentra el mayor número de poblaciones sobreexplotadas son en el Mediterráneo y Mar Negro, Pacífico Sur-Oriental y Atlántico Sud-occidental.
¿Y cómo ayuda a erradicar este problema MSC?
Ayudamos desde varios frentes. Por un lado, con la promoción de la pesca sostenible y el refuerzo a las mejores prácticas. Nuestra intención es resaltar aquellas pesquerías que están apostando por una pesca responsable con el medio ambiente y generar incentivos positivos.
Para que una pesquería se certifique con nuestro Estándar tiene que demostrar que cumple con unos requisitos científicos y técnicos muy exigentes y cada año tiene que pasar su pertinente auditoría. Así, se fortalecen y aseguran año a año estas buenas prácticas.
En el caso de España, ¿qué situación –a nivel de sostenibilidad– atraviesa nuestra pesca?
Europa tiene un marco regulatorio (Política Pesquera Común) que busca que las poblaciones se gestionen en el rendimiento máximo sostenible en 2020. Con este objetivo se han hecho importantes progresos en los últimos años, especialmente en el Atlántico, aunque no se ha llegado a lograr el objetivo. En el Mediterráneo todavía el 75% de las poblaciones están sobreexplotadas.
Por eso me gustaría destacar el importante papel de la gestión. El cambio climático está dejando grandes retos en los océanos, lo que obliga a gestionar los recursos de una forma distinta, adaptada a las poblaciones que se están desplazando, tomando acuerdos, siendo precavidos y teniendo un enfoque ecosistémico de la pesca, siendo conscientes no solamente de la especie con la que trabajamos sino a qué otras afectamos.
En este sentido, ¿cómo está afectando exactamente el cambio climático en la pesca?
Está afectando de una forma general, generando el aumento de la temperatura del agua y una pérdida de oxígeno, su acidificación y desplazando a las poblaciones. Este desplazamiento, en algunos casos pueden ser positivo –como en el caso de los Polos que cada vez serán más productivos–, pero en otros pueden ser muy negativos, como en el caso de los Trópicos, donde el movimiento de algunas poblaciones puede bajar la productividad más de un 40%... Esto tiene unas consecuencias alimentarias, económicas y sociales inmensas.
Si tuviera que enviar un mensaje a aquellas empresas que se plantean unirse al programa MSC, ¿qué les diría?
En estos momentos ya estamos trabajando con 273 empresas en España y podemos asegurar que la sostenibilidad es un viaje e implica un análisis profundo de la propia empresa. No se trata de algo que se lleve desde un departamento, sino que debe involucrar a todas las áreas: desde la dirección hasta la producción. Pero lo mejor es que vale la pena y se logra asegurar la viabilidad de la empresa a largo plazo, retener el talento y generar confianza en el consumidor.