La programación nutricional mejora en un 23% la cría de doradas
Un estudiante de doctorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) e investigador del Instituto Universitario de Acuicultura y Ecosistemas Marinos Sostenibles (IU-ECOAQUA), Serhat Turkmen, ha demostrado por primera vez que las futuras generaciones de peces se verán afectadas en función de la alimentación que tengan sus progenitores, tal y como sucede con la especie humana.
Turkmen, que utilizó como modelo para sus estudios la dorada, observando y examinando su ciclo de vida, crecimiento, salud, capacidad reproductiva y cualidades alimenticias, asegura que mediante la programación nutricional (adecuación de nutrientes esenciales durante el desarrollo embrionario y larvario) se puede mejorar hasta un 23% la cría de estas especies, con efectos a largo plazo en su desarrollo.
Estos resultados forman parte de la tesis doctoral que presentó este investigador de origen turco para obtener su título de doctorado en la ULPGC el pasado mes de junio, obteniendo mención internacional y sobresaliente cum laude por parte de un tribunal internacional formado por Grethe Roselund de Skretting ARC (Noruega); Mónica Betancor de la Universidad de Stirling (UK); y Juan Manuel Afonso López de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (España).
“Enriquecer la alimentación durante la reproducción de la dorada, una especie que registra una alta producción en Canarias y es solo superada por la lubina, puede tener efectos positivos en las primeras etapas de las crías y también tras su maduración sexual. Incluso puede acelerar el crecimiento si se utilizan exclusivamente piensos con niveles muy bajos de harina y aceite de pescado”, asegura este investigador que se licenció en Ciencias del Mar en la Universidad de Çukurova, en la ciudad turca de Adana, y cuenta con dos masters, uno del Instituto de Ciencias Aplicadas de la propia Universidad de Çukurova, y otro de Cultivos Marinos de la ULPGC.
La dieta del pescado de acuicultura es a base de piensos compuestos que cumplen la exigente normativa oficial europea sanitaria y medioambiental. La principal materia prima de estos piensos es de origen marino, pero con vistas a la sostenibilidad de la actividad y a reducir la presión sobre los recursos pesqueros, se emplean cada vez más materias primas de la agricultura terrestre.
Los resultados de esta tesis, que ha sido dirigida por la catedrática de la ULPGC y directora del IU-ECOAQUA, Marisol Izquierdo, y la especialista en Producción Animal y profesora de la ULPGC, María Jesús Zamorano, ayudará a mejorar la sostenibilidad en la industria de la acuicultura y también servirá para estudios asociados a los humanos. Es de destacar que esta tesis consta de cinco artículos científicos, que han sido publicados en revistas de reconocido prestigio como la British Journal of Nutrition.
En últimos años diversas investigaciones relacionadas estrictamente con humanos han concluido también que la nutrición de las madres durante los 9 meses del embarazo -e incluso antes-, puede tener consecuencias sobre la salud y la longevidad de los futuros bebés. Los efectos de una mala alimentación pueden afectar los niños durante toda su vida, teniendo menos resistencia a ciertas enfermedades o incrementando la probabilidad de padecer alguna. En este sentido se puede hablar sobre distintos tipos de enfermedades metabólicas, cáncer, patologías cardiacas, alergias, asma, enfermedades autoinmunes, diabetes, obesidad, enfermedades mentales y degenerativas como artritis, osteoporosis, demencia o Alzheimer que podrían estar relacionadas con la programación nutricional.
En el caso de la dorada, este estudio demuestra que la modificación de los perfiles de ácidos grasos de las dietas parentales permite mejorar el rendimiento de crecimiento de los juveniles alimentados y su metabolismo. Además de la programación nutricional, la selección de reproductores seleccionados con alta expresión de un gen clave en la utilización de las grasas de la dieta permite mejorar aún más el rendimiento de desove, larvas y juveniles, así como la capacidad de las crías para utilizar dietas con bajo contenido de harina de pescado y bajo contenido de aceite de pescado.