Confianza en el Plan Multianual de Gestión del Mediterráneo
El Plan Multianual de Gestión del Mediterráneo persigue lograr los objetivos de la Política Pesquera Común relativos a alcanzar el Rendimiento Máximo Sostenible en 2020, así como garantizar la eliminación de los descartes. Además, el Plan busca reemplazar los programas nacionales de España, Francia e Italia que, según la UE, han demostrado no ser "suficientemente restrictivos".
Este Plan afecta a los peces demersales, aquellos que habitan en el fondo del lecho marino como pueden ser merluzas, salmonetes, cigalas, gambas rosada o langostinos, entre otros. Aunque el Mediterráneo occidental representa solamente el 31% de las capturas totales del Mediterráneo, éstas tienen un valor comercial importante, motivo por el que más del 80% de las poblaciones evaluadas están actualmente sobreexplotadas.
Una vez que se dispone del texto finalmente acordado, la secretaria general ya ha podido analizar los cambios en relación con la propuesta inicial de la Comisión, que considera positivos para los intereses del sector pesquero español. Por ello, se reunió con representantes del sector para aclarar algunas informaciones que habían generado cierta inquietud, así como para informar sobre el programa de trabajo que tiene previsto llevar a cabo a través de reuniones técnicas con todos los interesados, sector, CC AA, sindicatos y ONGs.
A instancias de la solicitud de España, se ha conseguido que no figuren los TACs en la propuesta, debido a que las características multiespecíficas de la pesquería mediterránea no son compatibles con este tipo de gestión, así como la flexibilización de la consecución del objetivo de RMS a 2020 hasta 5 años después de la aprobación del Plan, dado que la Comisión Europea no ha presentado su propuesta hasta el pasado mes de marzo de 2018.
La secretaria general transmitió al sector un mensaje de confianza sobre la futura aplicación del Plan, resaltando que la reducción de esfuerzo acordada para el primer año será de un 10%, frente al 30% inicialmente propuesto por la Comisión. Subrayó igualmente que, en los siguientes cuatro años, la reducción máxima de dicho esfuerzo no podrá superar un 30% adicional, si bien existen otras medidas de gestión sustitutivas que podrían permitir minimizar esta reducción, en función de la evolución de la situación de las pesquerías. Este régimen de gestión del esfuerzo pesquero se basa en días de pesca asignados para cada segmento de flota. La base de este régimen de esfuerzo se calcula a partir de la actividad realizada por los buques durante los años 2015 a 2017.
Por otro lado, la veda de 3 meses inicialmente propuesta para los buques arrastreros hasta la isóbata de 100 m se ha flexibilizado a la prohibición de faenar a menos de 6 millas náuticas desde la costa, excepto en zonas con más de 100 m de profundidad, medidas que podrán sustituirse por la delimitación de otras zonas alternativas de veda, con la adecuada justificación científica.
Sobre estas medidas alternativas, así como sobre la determinación del nivel de partida sobre el que se aplicarán las reducciones del esfuerzo, es sobre lo que se va a trabajar intensamente y en dialogo permanente con todos los implicados en las próximas reuniones.
La secretaria general ha destacado la importancia de tener en cuenta el impacto socioeconómico de las medidas propuestas para garantizar la viabilidad del sector pesquero español en el Mediterráneo, así como el compromiso de España hacia la consecución de unas pesquerías sostenibles.