Factores locales y globales explican décadas de declive del salmón en España
Factores locales fluviales, como la temperatura y el caudal del río, y globales como el calentamiento oceánico, han contribuido a la disminución del número de salmones durante más de seis décadas en el norte de la península ibérica, según una investigación coordinada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El trabajo, publicado en Fisheries Research, aborda los efectos del cambio climático en la reducción del salmón atlántico en el sur de Europa, en concreto en el Sella (Asturias), uno de los ríos salmoneros más importantes de España.
“Las poblaciones meridionales europeas, las del norte de España, experimentan el mayor declive y se enfrentan al mayor riesgo de extinción a medida que el calentamiento global desplaza su nicho térmico hacia el norte”, explica Ana Almodóvar, investigadora del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM y autora del estudio.
Esta “evidencia empírica” de la acción del cambio climático, añade la bióloga, implicaría una “considerable” disminución de la diversidad genética global de la especie, “crucial” para su conservación.
El trabajo, en el que también participan la Universidad de Castilla-La Mancha y el Instituto Noruego para la Investigación de la Naturaleza, se realizó a partir de las capturas de reproductores de salmón en el río Sella, analizándose un período de 65 años, entre 1949 y 2013.
La novedad de este estudio radica en que analiza factores locales y globales a partir de indicadores habitualmente empleados para evaluar cambio climático en diferentes escalas espaciales.
La sobrepesca, el calentamiento global y los cambios de hábitat en el agua dulce son las principales razones del declive. “Comprender estos factores es crucial para adoptar estrategias de adaptación al cambio climático, que podrían revertir la situación actual de grave deterioro para las poblaciones supervivientes”, indica la profesora Almodóvar.
En el eje cronológico del estudio, se puede observar cómo en la década de 1970, un brote repentino de enfermedad y la sobrepesca provocó un grave declive. A pesar de reducirse la actividad pesquera a partir de entonces, no se recuperaron los niveles de abundancia previos.
“Esto indica que tanto los factores locales fluviales de temperatura y caudal del río como globales de temperatura oceánica han contribuido a la disminución del número de salmones. Han operado factores adicionales como el calentamiento climático y los cambios en las redes alimentarias del Atlántico Norte”, revela Benigno Elvira, también investigador del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM y otro de los autores del estudio.
Para preservar la diversidad genética global de la especie, “es importante proteger el patrimonio genético que albergan las pequeñas poblaciones que como la del Sella sobreviven en condiciones cálidas inusuales en el extremo sur de Europa”, conciencia el profesor Elvira.