Educación, innovación y eficiencia para alcanzar el 80% de la tasa de reciclado de envases domésticos
El reto para un futuro mejor: 80% de envases reciclados
Siendo cierto que el envase es necesario en la sociedad actual, también lo es que la generación de residuos en general, y de envases en particular, ha crecido significativamente en las últimas décadas. Por este motivo, los organismos competentes a nivel comunitario, nacional y regional, ya desde principios de los años 90, han estado trabajando activamente en el desarrollo de normativa para gestionar adecuadamente estos residuos y minimizar su impacto sobre nuestro entorno.
Desde la entrada en vigor de la Ley de envases y residuos de envases en 1997, que transponía la Directiva europea 94/62/CE, todas las empresas que ponen productos envasados en el mercado están obligadas a hacerse cargo de su recuperación, y pueden hacerlo a través de dos opciones: implantando cada una su propio sistema de depósito, devolución y retorno del envase, o lo que simplifica considerablemente el proceso, participando en un Sistema Integrado de Gestión (SIG) que aplique principios de responsabilidad ampliada del productor y que se encargue de la recogida periódica de los residuos de envases en el domicilio del consumidor o en sus proximidades mediante convenios con los municipios. Todo ello con el fin último de conseguir que España alcance los objetivos de valorización y reciclado marcados a nivel europeo para estos residuos.
Para hacer frente a este cometido, hace 18 años la industria envasadora decidió constituirse como SIG, por ser la opción más viable tanto económica como ambientalmente para el reciclado de estos residuos. De este modo, las distintas partes integrantes de la cadena de valor del envase se agruparon creando Ecoembes, una organización sin ánimo de lucro destinada a colaborar con administración y ciudadanos con el objetivo de conseguir un bien común: el reciclaje de los envases domésticos. Se trata, por tanto, de un modelo de colaboración público-privada que implica a los tres principales agentes de la sociedad civil: empresas, administración y ciudadanos.
En Europa, el modelo de Ecoembes, adaptado a las realidades específicas de cada país, es el más ampliamente implantado. De hecho, en la Unión Europea el 95% de los residuos de envases son gestionados a través de sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor similares al de Ecoembes
El símbolo del Punto Verde, visible en los envases ligeros, acredita la pertenencia de la empresa que los pone en el mercado al Sistema Integrado de Gestión (SIG) de envases de Ecoembes, garantizando que está cumpliendo con su responsabilidad.
El Punto Verde garantiza que las empresas cuyo envase lo lleva impreso, están contribuyendo económicamente a un sistema de recogida selectiva que permite dar una correcta gestión a los envases que ponen en el mercado una vez se convierten en residuos. En resumen, que están cumpliendo con la Ley de Envases 11/1997 y contribuyendo a alcanzar determinados objetivos de reciclado establecidos a nivel nacional y europeo.
Dieciocho años después de que Ecoembes iniciara su actividad, los resultados son muy positivos. Gracias a su actividad, nuestro país ha evolucionado de un 4,8% de reciclado de envases domésticos en 1998 a un 74,8% en 2015, superando los objetivos mínimos de reciclado establecidos por la Unión Europea para estos residuos en más de veinte puntos.
Los datos reportados por España a Europa, en cuanto a reciclaje de envases incluyen no sólo los envases domésticos que gestiona Ecoembes, sino también los comerciales e industriales, es decir, aquellos que son de uso y consumo exclusivo en las industrias, comercios, servicios o explotaciones agrícolas y ganaderas que no son susceptibles de uso y consumo ordinario en los domicilios particulares.
Atendiendo a este criterio, en el último informe realizado por la oficina de estadística de la Unión Europea (Eurostat 2013) la tasa de reciclado total de envases en España era del 66,6%, lo que implicaba el puesto 9 en el ránking europeo, superando en más de 11 puntos la tasa mínima establecida por la Directiva 94/62/CE, (55%) que la Unión Europea fijaba para todos los Estados miembros y situándonos por encima de países como Francia o Reino Unido.
Desde su creación el modelo de Ecoembes ha sido un ejemplo de colaboración público-privada cuya función no es otra que la de garantizar una gestión eficaz y eficiente de los residuos de envases domésticos en España, con la colaboración de todos los agentes implicados en el proceso: Empresas, Ciudadanos y Administraciones.
Nos encontramos ante una sociedad cada vez más concienciada que trabaja en equipo para conseguir un objetivo común: el cuidado del medio ambiente. A través de un modelo basado en la colaboración público-privada que engloba a 46 millones de ciudadanos, 8.000 ayuntamientos y más de 12.000 empresas, se han conseguido unos resultados en línea con los objetivos marcados por Europa para 2020.
¿Pero cómo se sostiene este modelo? El Sistema Integrado de Gestión de Ecoembes se financia por dos vías. Por un lado, a través de las aportaciones de las empresas envasadoras que pagan una cuota en función de la cantidad y el material de los envases que ponen en el mercado (Punto Verde). Por otro, a través de la venta de materiales a los recicladores.
Dada la condición de organización sin ánimo de lucro, la totalidad de los fondos económicos (deducido el coste de estructuras: oficinas, personal, viajes, alquileres…) se reinvierte en dotar a los ayuntamientos de recursos para que éstos se hagan cargo del coste extra que supone la recogida selectiva de envases respecto la recogida tradicional de residuos. Para ello, Ecoembes establece acuerdos y convenios de colaboración con más de 8.000 Ayuntamientos. Además, con el objetivo de promover la participación del ciudadano y consolidar el modelo en la sociedad, Ecoembes dirige parte de sus ingresos a campañas de comunicación y sensibilización. El resto de gastos se derivan del control y seguimiento de las distintas actividades y de I+D+i, que permite mejorar la eficiencia de los procesos y el ecodiseño.
En el conjunto de España había instalados en 2015 un total de 566.957 contenedores amarillos y azules, una cifra que hace posible que el 99% de los españoles tenga acceso a la recogida selectiva de estos residuos.
¿Y cómo se garantiza la eficiencia de este modelo? Ecoembes gestiona y coordina que todo el sistema funcione basándose en criterios de eficiencia y sostenibilidad, a la vez que fomenta que la innovación esté presente en todo el proceso: desde que un envase se diseña hasta que se convierte en nueva materia prima, pasando por la tecnología que se emplea en su recogida y en su reciclado.
Para ello, controla de manera férrea todos los flujos económicos gestionados. Por una parte, se controlan los gastos, asegurando que el dinero transmitido a las Entidades locales sea el necesario para proveer a sus ciudadanos del servicio público de recogida selectiva de residuos de envases domésticos de papel y cartón, envases plásticos, envases metálicos y envases tipo brik.
Y por otra parte se controlan los ingresos, tanto de las empresas envasadoras y distribuidoras controlando el fraude, como de las empresas recicladoras, con quienes Ecoembes desarrolla una intensa labor de control y homologación para garantizar la trazabilidad de los materiales recuperados.
Y como sin innovación no hay evolución, la organización apuesta por el I+D+i y por eso ha participado en más de 200 líneas de investigación hasta 2015, colaborando estrechamente con una amplia red de empresas, universidades, centros tecnológicos y administraciones públicas. Fruto de ello se han puesto en marcha diferentes proyectos para optimizar la recogida, la selección y el reciclado de los residuos de envases.
Gracias a todas estas actuaciones ha sido posible que las tarifas en concepto de Punto verde se hayan mantenido constantes desde 2009.
Destino del importe de la declaración de las empresas.
Pero Ecoembes no solo trabaja el reciclaje de los envases, sino también para prevenir la generación de los mismos y reducir su impacto ambiental, y lo hace mediante la promoción del ecodiseño en las empresas que fabrican o comercializan productos envasados. Desde 1999 las empresas que participan en los Planes de Prevención de Ecoembes han puesto en marcha más de 40.000 medidas de ecodiseño, que han permitido una reducción del peso de sus envases en un 17,7%, ahorrando así 469.000 toneladas de materias primas.
Pero aún queda camino por recorrer, el 74,8% de tasa de reciclado registrada en 2015 se refiere a los envases domésticos gestionados por Ecoembes, que suponen únicamente el 8% del total de los residuos urbanos que se generan en España. Un 7% corresponden a residuos de envases de vidrio gestionados por otro SIG (Ecovidrio) y el resto corresponden a otros flujos de residuos, como por ejemplo materia orgánica (que supone el 37% del total), envases comerciales o residuos plásticos, metales, o papel-cartón distintos a envases.
Porcentaje en peso que supone cada flujo de residuos urbanos.
En este sentido, está demostrado que la Responsabilidad Ampliada del Productor es un instrumento muy efectivo como palanca para incrementar las tasas de reciclado. Por ello, y ante el ambicioso objetivo de reciclado del Paquete de Economía Circular para los residuos municipales (65% para 2030) parece lógico pensar que este modelo pueda extenderse a nuevos flujos de residuos.
Sin embargo, el hecho de que vayamos por delante de las obligaciones comunitarias en materia de reciclaje de envases domésticos, no quiere decir que ya tengamos el trabajo hecho. Ecoembes ha presentado en febrero de 2016 una hoja de ruta, alineada con los objetivos establecidos por Europa: alcanzar una tasa de reciclaje del 80% de los envases domésticos en el año 2020. Esta cifra supera en 5 puntos porcentuales el objetivo marcado en el borrador de Paquete de Economía Circular recientemente propuesto por la Comisión Europea.
Para conseguirlo Ecoembes trabajará con todos los implicados en el proceso de reciclado sobre tres pilares fundamentales: impulsar la educación ambiental y la formación, apostar por la innovación en todo el ciclo de vida del envase, y buscar la eficiencia operativa, ambiental y económica, todo ello promoviendo la generación de empleo y de tejido industrial. Dieciocho años después el sistema sigue tan vivo como en sus inicios y con energías renovadas para alcanzar nuevos desafíos que nos permitan estar preparados para aún futuro aún sin definir pero cada vez más exigente con el cuidado de nuestro entorno.