Pescado saludable para el consumidor y el medio ambiente
España consume cada año 1.218 millones de kg de pescado y marisco y el gasto en pescado fresco envasado está aumentando en torno a un 13% anual. Si a esto se suma que la producción de plástico genera entre 1,7 y 2,3 veces su peso en CO2 y que 1/3 de los residuos urbanos en Europa son envases y apenas la mitad se recicla, surge la necesidad de hacer algunos cambios en el proceso de envasado del pescado, tanto en el material como en la maquinaria utilizada.
En esa tarea se han embarcado las empresas Dow Chemical y Ulma Packaging con el proyecto EcoFishPack, cofinanciado por los EEA Grants dentro del Programa de Investigación en Medio Ambiente y Cambio Climático gestionado por el CDTI. La idea es “desarrollar nuevas soluciones tecnológicas para disminuir la huella de carbono en los envases del pescado, así como mejorar las posibilidades de reciclaje”, afirman los promotores. La clave es la utilización de nuevos materiales y nueva maquinaria de envasado de manera que el resultado final mantenga las propiedades de siempre (hermeticidad, resistencia y facilidad de uso) pero reduciendo su impacto económico y medioambiental.
Para ellos, estas dos empresas españolas cuentan con la colaboración de dos centros tecnológicos: Nofima, en Tromso (Noruega) y Ainia, en Paterna (Valencia). De esta forma, Nofima ha trabajado en estudiar la problemática del salmón respecto al envasado y Ainia está evaluando los nuevos desarrollos del proyecto.
El reto para Dow Chemical es conseguir mejoras sustanciales en los materiales empleados para el envasado de pescado fresco o procesado, como por ejemplo reducir el espesor del film utilizado pero preservando las condiciones del producto. Por su parte, Ulma Packaging está trabajando en el desarrollo de una maquinaria de envasado que reduzca significativamente el consumo energético.
El resultado final esperado será un ahorro energético en tres años de hasta 100.000 GJ y de 15.000 toneladas de CO2. El Programa de Investigación en Cambio Climático financiado por el Mecanismo Financiero del Espacio Económico Europeo (EEA Grants), con 18 millones de euros, y gestionado por el CDTI, tiene como objetivo promover la investigación, desarrollo e innovación de las empresas españolas en el sector prioritario de la energía, y estrechar las relaciones con los países donantes.