La luz y la materia
En el último post que escribí antes de vacaciones se daba la definición de la luz, en la que se definía como una radiación electromagnética. Pero es una radiación electromagnética particular, de tal forma que es capaz de sensibilizar al ojo. Radiaciones electromagnéticas hay de muchos tipos, los rayos X, los rayos ultravioleta, los infrarrojos, las ondas de radio, televisión, telefonía móvil, etc, todo ello son ondas electromagnéticas. De todo el espectro electromagnético existente, un intervalo muy pequeño es el que es capaz de activar nuestros fotorreceptores, concretamente, se define como radiación visible (o luz) toda radiación electromagnética cuyas longitudes de onda están comprendidas entre los 380 nm y los 780 nm.
Pero una de las particularidades que tiene la luz, es la de que no la vemos… ¿Qué quiero decir con esto?, pues sencillamente, la luz, como radiación, no la percibimos, lo que realmente percibimos es la interacción de la luz con los objetos. Vamos a tratar de explicarlo: Existen tres maneras en las que la luz puede interaccionar con la materia: La absorción, la reflexión y la transmisión.
La absorción de la luz es el fenómeno mediante el cual un cuerpo absorbe radiaciones determinadas longitudes de onda. Por ejemplo, si con una luz blanca iluminamos una superficie y la vemos roja, quiere decir que esa superficie absorbe todas las longitudes de onda excepto la roja, que es la que refleja.
La reflexión de la luz es el fenómeno mediante el cual las superficies de los objetos hacen que la luz “rebote”.
La transmisión de la luz es el fenómeno mediante el cual la luz atraviesa los cuerpos.
La luz, como forma de energía cumple con el primer principio de la termodinámica, el principio de conservación de la energía: “La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”.
Todo, absolutamente todo lo que entra a través de los ojos, se explica a través de estos tres fenómenos, así pues, a la hora de trabajar con la luz, de generar escenas o transmitir sensaciones a través de la luz, se conseguirá mediante estos tres fenómenos.
Así pues, a la hora de diseñar con luz, debemos prestar importancia a estos aspectos. La percepción que tengamos de una escena dependerá de:
Por un lado, de cómo será la emisión espectral de la fuente de luz seleccionada.
Por otro, de las características en cuanto a absorción, reflexión y transmisión de las superficies iluminadas.
Combinando estos dos elementos, conseguiremos transmitir la escena iluminada de una forma determinada… Una cosa es la realidad y otra lo que percibimos…
Carlos Sierra