¿Qué significa impartir una clase?
Continúo haciéndome esta pregunta... Ya hace más de una década que diseñé el showroom de mobiliario de oficina de Bernadí en el paseo de San Juan de Barcelona. En realidad, lo rediseñé tras varias ampliaciones anteriores del negocio, pues existe desde 1965.
¡Sí, sí, 1965! Y aún existe. ¡No ha desaparecido como muchos otros! Por algo será. Este debe ser el motivo principal por el cual los alumnos de Elisava acuden, año tras año, a una doble clase magistral impartida en este marco, el más apropiado, porque este showroom es un espacio dedicado al mundo del workplace, con una larga trayectoria en la distribución y proyecto de oficinas.
Este año, como el anterior -pues ya se está transformando en una tradición, he vuelto a “impartir una clase” para los alumnos del Postgrado en Diseño del Espacio de Trabajo de la Escuela Elisava de Barcelona. Y entrecomillo impartir porque cada vez que me invitan, me hago la misma reflexión: ¿qué significa ser docente?
La palabra deriva del término del latín docens, que a su vez procede de docēre (traducido al español como enseñar). Pero creo que no me dedico a “enseñar” sino más bien a “aprender”: poner al día tus conocimientos, exponerlos, compartirlos con los alumnos (y compañeros de trabajo, que en el fondo es lo mismo), recibir feedback de lo expuesto, reflexionar sobre un proyecto del pasado visto años más tarde, etc. Este ejercicio es algo muy enriquecedor para quien lo realiza. La realidad es que cada vez que lo hago, salgo agotado pero crezco como persona y como profesional. Siempre acabo sabiendo algo más de lo que sabía. Me cargo las pilas con un mayor know how, aplicable a los siguientes proyectos profesionales.
Por tanto, solo deseo que este acto sea bidireccional yque a los alumnos -los cuales me superan en número-, les pase como a mí y que, como mínimo, les haya seducido y conseguido hacerles reflexionar. Explicar el porqué de un proyecto, ahora nos referiríamos a definir el briefing recibido, mostrar el proceso creativo y, sobre todo, no solo a explicar el espacio enseñando fantásticas foto finish, sino mostrando la realidad, la cruda realidad, siempre es mucho más enriquecedor para el público asistente. Y lo es tanto para quien escucha, como para quien habla, un servidor.
Que el concepto de diseño, los acabados, las soluciones constructivas y que el espacio “aguante” después de tantos años, por muchos errores que ahora se puedan apreciar, en el fondo, es un éxito; un gran éxito del que solo puedo estar orgulloso, aunque el mérito sea principalmente del cliente, que tenía las ideas muy claras cuando hizo el encargo.
En su día no, pero Bernadí visto ahora, es un proyecto 100% retail. Y al respecto de los proyectos de retail, hemos de ser conscientes de que son proyectos que nacen con una fecha de caducidad. No podemos decir que sea una tienda, porque te vas con las manos aparentemente vacías. Es un showroom, y por tanto, ahora podríamos hablar de showrooming . Vas, ves, tocas, te sientas... y, sobre todo, recibes un trato diferencial, una experiencia muy distinta a la de la compra basada en catálogos y tarifas. Recibes servicio de un gran equipo de personas, y en especial, recibes aquel concepto anglosajón tan manido del 'expertise'.
Pero no nos engañemos, también es cierto que los responsables del máster no envían a sus alumnos a Bernadí porque sea un espacio WOW, sino porque es un espacio real; no es una infografía. Se trata de un espacio que puede ser analizado como quien disecciona un cadáver o el cuerpo de un animal para hacer un estudio anatómico. Puede analizarse su modelo de negocio original, el proyecto de diseño e incluso empezar a ponerlo en crisis, o ver cómo se ha ido transformando al transcurrir el tiempo. Hemos de pensar que en retail todas las marcas tienen un ciclo de vida predefinido, como el resto de seres vivos. Como las cucarachas, las marcas nacen, crecen, se reproducen y con Cucal Aerosol, mueren. Por tanto, el retailer, antes de que eso suceda, debe reinventarse y generar un nuevo modelo de negocio que le reposicione en el mercado. Reinventarse o morir. Y en muchas ocasiones, la visión más fresca de los alumnos es la que ayuda a abrir los ojos a más de uno. Porque es en las universidades donde reside el talento yes allí donde tenemos que ir a buscarlo. Los docentes podemos ayudar a formar a nuestro alumnado pero éste, a su vez, es el que indirectamente forma al docente.
Por otro lado, siempre me ha gustado decir que Bernadi es como un museo, pero un museo vivo, una especie de CosmoCaixa; es decir, un lugar donde poder mirar, tocar y también donde poderse sentar. Y el acto de sentarse es, en el fondo, el núcleo del workplace, su corazón. Workplace significa diseñar entornos de trabajo, desde aquello que abraza al trabajador, que podría ser la silla, a todo aquello que lo complementa y genera espacio, un entorno para que el humano sea humano, es decir, un espacio para que éste pueda trabajar, relacionarse con iguales -o diferentes)-. Porque el hecho de sentarnos y relacionarnos es, precisamente, lo que nos hace humanos. Y solo una pequeña puntualización: el “humano analógico”, especie del que me considero parte, está en peligro de extinción y está dejando paso a un “humano digital”. Una tendencia que no solo se manifiesta con fuerza en el sector del retail, sino que también está presente en los ámbitos del workplace, hospitlity, healthcare... La tecnología ha llegado para quedarse y para integrarse como una parte más de nuestro entorno.
Desde que nuestros antepasados pasaran a usar solo dos extremidades para caminar y liberaran las superiores para darles uso, no solo se transformaron en humanos sino que, como humanos, decidimos que tocaba sentarse.
Desde 2003, y de modo ininterrumpido, el Postgrado en Diseño del Espacio de Trabajo de la Escuela Elisava de Barcelona está dirigido por Ricardo Guasch y Pep Wennberg. Se imparte con la voluntad de divulgar conocimientos y experiencia profesional sobre el diseño de interior en el entorno laboral.
En esta visita, los estudiantes no solo pueden debatir sobre espacio interior y temas en torno a la ergonomía, sino que también pueden poner en práctica los conocimientos adquiridos y descubrir las últimas novedades del sector, con la visión histórica de la evolución del workplace como telón de fondo.
Este año, como siempre, fue un honor participar como docente -o aprendiz- en esta clase práctica sobre ergonomía y diseño interior en workplace con los arquitectos Antonio Bustamante, ergónomo, y María José Araya, arquitecta ergonomista becada en Elisava Resarch. Con Antonio se puede hablar y aprender sobre workplace; ergonomía; psicosociología; patología postural; y arquitectura, entre muchos otros temas.
Y lo dicho: espero seguir repitiendo, espero seguir aprendiendo.
Miquel Àngel Julià, arquitecto
Director de Estrategia y Diseño en Nuklee
Vicepresidente del Retail Design Institute , Spain