Entrevista a Meritxell Juvé, CEO de Juvé & Camps
Meritxell Juvé representa la cuarta generación de Juvé & Camps, bodega fundada por sus bisabuelos hace más de un siglo, en 1921. Una historia centenaria, fuertemente arraigada a su tierra: el Penedès. Cuatro generaciones de una familia dedicada, en cuerpo y alma, a la viticultura, consagrada a la elaboración de cavas Gran Reserva ecológico y del estilo brut nature. De ello y mucho más hablamos con Mertitxell Juvé, la mujer que rompió el techo de cristal del sector del vino.
Aunque actualmente trabaja en Juvé & Camps, inició su trayectoria fuera de la empresa familiar. ¿Cómo fue su evolución profesional antes de llegar a la compañía?
Tomar el testigo de un legado familiar y tras tantas generaciones, es un reto para el que me preparé a consciencia. Soy licenciada en Administración y Dirección de Empresas con máster en Business Administration por ESADE. También tengo un máster en Enología, Viticultura y Marketing del Vino, estudios de Publicidad y Relaciones Públicas y realicé un programa de intercambio en Singapur, donde me especialicé en políticas de negocio y estrategia en el mercado asiático. Aunque nunca me presionaron para formar parte del negocio familiar, tras trabajar en otros sectores me di cuenta de que no podía mantenerme alejada de la bodega y de todo lo que me aporta este sector.
Y desde que se incorporó a Juvé & Camps, ¿cuál ha sido su recorrido?
Con todo lo anterior, me incorporé a la empresa como adjunta a dirección pasando por todos los departamentos: marketing, comercial, departamento técnico, financiero... Hasta asumir la dirección en el 2016.
Así, desde 2016, es la primera mujer en dirigir la empresa y también la CEO más joven del sector de los espumosos en nuestro país. ¿Cómo se ha preparado para afrontar estos retos?
Siempre digo que soy la primera mujer al frente de la bodega, pero no he sido la primera mujer en sí; empezando por mi bisabuela, cuyo apellido es parte de lo que hoy es nuestra marca, Teresa Camps, hasta mi madre, quienes han estado implicadas en el negocio familiar. Soy la cara visible de una casa con siglos de historia, y eso siempre es un honor y una gran responsabilidad.
En este sentido, formar parte de la cuarta generación de una de las familias más influyentes del sector del cava debe aportar muchas ventajas, pero, ¿pesa su apellido?
Dos siglos dan para mucho, y tengo la suerte de formar parte de una familia muy trabajadora que ha sentado muy bien las bases de la casa. Reconozco que es un reto grande y apasionante al mismo tiempo, pero lo asumí con mucha ilusión y preparación y, además, tengo la suerte de contar con un equipo de confianza maravilloso en quien apoyarme que, para mí, es algo fundamental.
Las 271 hectáreas de cuidados viñedos, propiedad de Juvé & Camps y ubicadas en el Penedés para cada variedad de uva, garantizan la máxima calidad de sus cavas y vinos.
J&C Prime Brands incluye cuatro marcas: Juvé & Camps, la bodega de vinos tranquilos del Penedés, Propietat d’Espiells; la distribuidora Primeras Marcas; y la bodega Pagos de Anguix, en Ribera del Duero. ¿Cuáles son sus mayores objetivos como CEO de todas ellas?
Desde nuestros orígenes, nuestro objetivo siempre ha sido buscar la excelencia en todo lo que hacemos, ya sea trabajando en la viña, en bodega o bien distribuyendo vinos de primer nivel. El reto está, por supuesto, en seguir reforzando la garantía que nuestras marcas suponen para el consumidor tanto nacional como internacional, con elaborados que transmitan los valores y la filosofía de cada una de las casas, nuestras elaboradoras o las que representamos, con sus particularidades y singularidades.
Si nos centramos en sus cavas, ¿qué cree que los hace tan especiales?
Hay una parte importante de historia que no podemos negar y del cual estamos muy orgullosos; un gran trabajo realizado por mis antepasados y, sin duda, mi padre, durante muchísimos años. Fueron pioneros en nuestro país en su apuesta por las largas crianzas, la elaboración de espumosos Gran Reserva, así como por el estilo Brut Nature (sin azúcares añadidos), algo que hace tantísimos años implicaba contar con una visión diferente.
Hoy seguimos ese trabajo, al que sumamos la innovación, trabajando 100% en ecológico, estudiando más a fondo cada parcela contando con uno de los mayores estudios parcelarios realizados en nuestro país a la fecha y manteniendo un exhaustivo control de trazabilidad desde la viña hasta el punto de venta. En un mundo cada vez más globalizado y automatizado, el verdadero lujo reside en la artesanía y en el tiempo que le dedicamos a nuestros elaborados.
Siempre han sobresalido en el segmento medio alto, siendo líderes tanto en retail como en restauración. ¿Sigue siendo ese su camino de futuro?
Más que sobresalir o no, es cierto que por el estilo de espumosos que elaboramos, con crianzas que superan los 36 meses hasta más de incluso 120 meses antes de ver la luz, son vinos mucho más gastronómicos. Creemos que es el camino, ampliando cada vez más nuestra presencia internacional. Tenemos una clientela tremendamente fiel que siempre ha apostado y confiado en nuestra casa, algo francamente impagable y como dice mi padre: En la vida es más difícil conservar que enamorar.
Hay algo que siempre destaca y es su icónica botella. ¿Por qué es tan importante para la marca el tipo de botella y su etiquetaje?
Si hablamos de nuestra icónica botella, hablamos sin duda de nuestro Reserva de la Familia Gran Reserva Brut Nature, que no fue el primer elaborado de la casa, pero sí el pionero en todo lo que hemos comentado anteriormente. Es y ha sido un referente para generaciones, algo que no puede llenarnos más de orgullo a todos los que formamos parte de Juvé & Camps, y cambiarlo o modificarlo, sería hacerle perder parte de su esencia, por mucho que su verdadera esencia se encuentre dentro de la botella. Sería hacerle perder su identidad.
Hablemos de la producción. El cambio climático está afectando al cultivo del viñedo, especialmente en zonas como la suya, el Penedès. ¿Están tomando medidas al respecto?
Sin duda alguna está afectando, sí. Llevamos ya tiempo estudiando la situación para tomar las medidas necesarias posibles que beneficien a nuestro viñedo y consigan mantener siempre la calidad de la uva. Es importante no centrarnos en la cantidad sino en la calidad y en estos momentos, gracias al trabajo de nuestro equipo de viticultura –que se incrementa año tras año y más con una producción 100% ecológica–, conservaremos esa calidad pese a la situación que vivimos hoy.
¿Cree que el futuro pasa por reducir la cantidad de producción y aumentar su calidad?
Para nosotros no es solo una cuestión de futuro, ha sido una cuestión de pasado que también hoy en día seguimos manteniendo, primando la calidad por encima de rendimientos y de la cantidad. No hay que olvidar que un buen vino se hace en la viña y para nosotros es un pilar fundamental.
Como nos decía, el cultivo ecológico forma parte de su identidad. ¿Cómo trabajan sus viñas?
Nuestro viñedo es nuestro bien más preciado, por ello nuestros viticultores trabajan con el máximo respeto por el entorno, manteniendo un ecosistema equilibrado y apostando y cuidando su biodiversidad. Seguimos los tempos marcados por la naturaleza, siempre atentos al cielo y al suelo, aplicando prácticas de la viticultura regenerativa, realizando una poda muy respetuosa para no herir a la vid y vendimiando manualmente las uvas de nuestros viñedos para preservar los racimos hasta su llegada a la bodega.
¿Cree que el consumidor entiende lo que verdaderamente significa ecológico o el mal uso de la palabra lo ha confundido?
La gente hoy en día está muy concienciada e informada sobre lo que significa ecológico, aunque desconozco si se conoce todo el trabajo adicional que implica el trabajar en estos términos.
Como sociedad, estamos muy concienciados con lo que representa: el cuidado y respeto de la naturaleza, así como la mínima intervención en el medio. En la elaboración de un vino, el sello ecológico que nos avala desde 2015 implica cuidar de nuestro entorno, respetar los periodos de hasta siete años de barbecho para que la tierra descanse y se recupere, eliminar todo uso de insecticidas y herbicidas químicos, sustituyéndolos por productos orgánicos, y utilizar técnicas que no impliquen un impacto en el ecosistema.
Para nosotros va mucho más allá de una palabra o una forma de trabajar, es un valor intrínseco.
Para cerrar, ¿cómo conseguimos que el cava deje de ser una bebida utilizada solo en ocasiones concretas para brindar para convertirse en lo que realmente es, una bebida para múltiples ocasiones?
En nuestro caso, dadas sus largas crianzas y brut natures (sin dosaje) en su gran mayoría, son fundamentalmente gastronómicos.
Durante muchos años ha existido un concepto de que el espumoso es brindis o postres y una gran estacionalización en Navidad, aunque poco a poco se han ido abriendo otros abanicos como la época estival... Destacamos el mensaje, pero también contamos con profesionales en la hostelería que colaboran mucho en este cambio de percepción y a mostrar la versatilidad de estos espumosos en Navidad.
“En un mundo cada vez más globalizado y automatizado, el verdadero lujo reside en la artesanía y en el tiempo que le dedicamos a nuestros elaborados”