El consumidor español demanda más comida casera y menús adaptados en los locales de restauración
El consumidor español lo tiene claro: comería más fuera de casa pero sus limitaciones para hacerlo son fundamentalmente su necesidad de controlar el gasto y su deseo de seguir una dieta saludable y equilibrada. Por ello, exige a las empresas de restauración menús a precios cerrados y ajustados –especialmente en días laborables-, más comida casera y tradicional en su oferta y respuesta a las necesidades de colectivos como los alérgicos al gluten, etc… Además, cuando los españoles se deciden a salir de casa para comer, cenar o tomar una copa esperan vivir una experiencia diferente a la que podrían tener en su hogar. En caso contrario, no ven compensada la inversión económica.
Estas son las principales conclusiones del estudio “Cómo recuperar al consumidor del fuera del hogar” centrado en el sector de restauración y realizado por Aecoc mediante su plataforma de estudios del comprador Aecoc Shopperview. Para el trabajado se ha entrevistado a más de 3.000 consumidores de Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia, Coruña, Vigo, Bilbao y Baleares. En las tres primeras ciudades se ha realizado además un ‘diario del consumidor’, analizando todas sus comidas durante una jornada completa y, adicionalmente, en Madrid un ‘focus group’.
De este exhaustivo trabajo se desprende que el consumidor español quiere que las empresas de restauración trabajen fundamentalmente en tres áreas: cuidar la imagen (limpieza, mobiliario, decoración…), potenciar la comunicación con el consumidor (destacar las ventajas del consumo fuera del hogar, conectar con el consumidor por distintos canales…) y mejorar la calidad (en servicio y atención, y en productos –saludables, ecológicos, de proximidad…).
El estudio de Aecoc analiza, asimismo, las preferencias de cinco colectivos distintos: jóvenes universitarios, personas con hijos de hasta 14 años, trabajadores con jornada partida, trabajadores senior y jubilados. En ese sentido, el informe confirma que para los consumidores jóvenes y de mediana edad – personas con hijos menores de 14 años, trabajadores con jornada partida y universitarios- el principal aspecto a mejorar en la restauración es adecuar el precio a la calidad (20,8%, 19,5% y 14,2% del total respectivamente). Por el contrario, para los trabajadores de mayor edad y los jubilados el aspecto que ofrece mayores oportunidades de mejora es la atención del personal (17,3% y 17,4% respectivamente).
Por su parte, los jóvenes universitarios muestran su especial sensibilidad al precio pidiendo más promociones y descuentos (14,3%) y también es el colectivo que en mayor grado reclama más información sobre los productos (4,7%). De igual modo, destaca el elevado uso que hacen de internet, tanto para consultar precios y promociones como para la localización/ubicación del establecimiento.
En términos generales, los consumidores destacan como fortalezas del sector la variedad tanto de establecimientos como de tipos de comidas, la accesibilidad, las opciones de consumo –terraza, servicio en mesa, para llevar…- y la adaptación del precio a los diferentes momentos de consumo -día laborable, fin de semana…-.
En cuanto a las debilidades u oportunidades de mejora del sector todos apuntan a que el precio es elevado en relación a la oferta, la baja profesionalización y motivación del personal y un cierto estancamiento a la hora de adaptarse a las nuevas necesidades en la coyuntura actual.
Según revela el trabajo de Aecoc los segmentos de población que más consumen fuera del hogar de lunes a viernes son los de mediana edad y los trabajadores de más de 55 años, estos últimos especialmente en el desayuno a media mañana. Por el contrario, los fines de semana los segmentos más intensivos en consumo son los menores de 45 años, especialmente en comidas, cañas, meriendas y cenas.
Además, el estudio elaborado mediante la plataforma Aecoc Shopperview confirma que las expectativas del consumidor varían claramente dependiendo de si el consumo se realiza entre semana o en fin de semana. Concretamente, todos los colectivos están dispuestos a pagar más en fin de semana que en día laborable en todos y cada uno de los momentos de consumo (desayuno, comida, cañas, cena…).
Así, los que habitualmente no desayunan fuera de casa indican que el precio medio que estarían dispuestos a pagar para un desayuno es de 2,16€ de lunes a viernes y de 2,54€ en fin de semana. En el caso de la comida principal el precio medio considerado razonable es de 8,26€ y de 11,63 respectivamente y, en el caso de las cenas, de 11,50€ -en días laborables- y de 13,36€ -en fin de semana-.
En cuanto a las razones para no hacer fuera de casa la comida principal del mediodía la mayoría de los encuestados apunta que echan en falta más recetas caseras, más productos ecológicos o más oferta para intolerantes al gluten.