Aromas y Sabores
En agosto y en plena canícula estival, por todo el Mediterráneo español, alcanzan peculiar protagonismo la canela y el limón.
"La Columna" de Francisco Ponce Carrasco de Horticultura Internacional - 49, agosto 2005.
En agosto y en plena canícula estival, por todo el Mediterráneo español, alcanzan peculiar protagonismo la canela y el limón. Son aromas y sabores nuestros, que perfuman tanto la leche merengada, el café granizado como la sangría, que fresquita y ligera se cuela atrevida por nuestra garganta aliviando las altas temperaturas y luego nos invita a buscar un acomodo, una sombra, una hamaca, donde descansar.
Somos pueblo dado a las especias que nos llegaban desde oriente a través de la ruta que pasa por Venecia, Génova y Nápoles; y de todas ellas fue la canela de Ceilán a la que se le atribuye un efecto excitante, la preferida.
Con las especias, tomó máxima importancia la utilización de las hierbas en nuestra cocina desde épocas inmemoriales, cuando se descubrió la raíz de la galanga procedente de Sumatra; la malvasía y el picante jengibre, que gozó de las más encendidas alabanzas del valenciano Joanot Martorell en su “Tirant lo Blanc”.
El secreto de numerosos guisos que hoy son típicos de las regiones que forman nuestra piel de toro, y que ya tientan desde la cocina antes de ser servidos por su penetrante aroma capaz de despertar los apetitos más dormidos, sigue consistiendo en el “toquecito” de hierbas provenzales, estragón, tomillo o romero para carnes; el hinojo, el laurel y el eneldo para el pescado; hierbabuena seca en las sopas, y así un largo etcétera, hasta llegar al cardamono que se recomienda para los dulces, legado por los árabes y que en “Las Mil y Una Noches”, se engrandecen las propiedades afrodisíacas y su aroma evoca los placeres de oriente.
Para luego de tan exquisitos manjares y siempre en busca del placer gustativo, las bebidas refrescantes como el “blanco y negro” (helado de vainilla y café), la horchata, el limón granizado con su ramita de menta fresca se colarán, con sus aromas, por la persianas echadas y pondrán su preludio a la siesta o a ese duermevela en la mecedora de rejilla color miel, que permite soñar siempre con cosas placenteras.
¡Buen apetito y felices vacaciones a todos!