Cincuenta columnas
Entiendo que si se está en el mundo de los negocios -no importa la actividad o cargo- siempre se puede tener una experiencia o pensamiento que escribir con la sincera intención de comunicar.
"La Columna" de Francisco Ponce de Horticultura - 183, marzo 2005.
En el presente mes de marzo hace cuatro años y dos meses que se viene publicando “La Columna”. Ésta es la que hace cincuenta.
Durante este tiempo he podido escribir sin ninguna servidumbre que me obligara a poner sordinas a mis ideas y sin temor alguno a expresar mis criterios (acertados o equivocados).
He pretendido, sin “pretensiones”, buscando amenidad y lectura fluida, entrar en las realidades más actuales del escenario mercantil en general, y agrícola en particular, opinando sobre temas diferentes o simplemente exponer actitudes y comportamientos de la propia vida, con un toque humano y lúdico a la vez, intentado la reflexión sobre el tema expuesto.
Entiendo que si se está en el mundo de los negocios -no importa actividad o cargo- siempre se puede tener una experiencia o pensamiento que escribir con la sincera intención de comunicar.
Queda pues al albedrío de quienes tengan la amabilidad de leer mi columna, alabar, comentar, disentir. O pasar la página.
Es el momento oportuno, por otra parte, justo y necesario para formular algunos agradecimientos: a Pere Papasseit, Miguel Merino-Pacheco, Alicia Namesny, Fernando Cuenca y todo un equipo de profesionales altamente cualificado que hacen posible, desde el día a día, la publicación mensual de Horticultura, revista considerada entre las mejores del sector; a todos gracias por su inestimable colaboración prestada a mi persona.
En este espacio de tiempo, he recibido diferentes e-mails, faxes o cartas de los lectores, comentando las columnas; otros me han dicho de viva voz que siguen mis opiniones y quiero suponer que existen también quienes las leen desde el anonimato. A todos y cada uno de ellos, mi más sincera gratitud.