Sacarina
Con la Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Roscón de Reyes, etc. nos olvidamos un poco de la tiranía impuesta por las actuales modas en relación a la conservación de la “línea”.
"La Columna" de Francisco Ponce de Horticultura - 181, diciembre 2004.
Con la Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Roscón de Reyes, etc. nos olvidamos un poco de la tiranía impuesta por las actuales modas en relación a la conservación de la “línea”.
Algunas personas, por estas fechas, (reconozcamos que todos un poco) cometemos el placentero pecado de la gula. El pavo, el besugo, el solomillo, frutos secos, pasteles y turrones, entre otros, son, en estas fiestas, engullidos, con avidez, en los restaurantes, en nuestras casas y en las de los amigos que tiernamente te invitan a esas exquisiteces a las que uno no puede renunciar.
Tampoco es fácil negarse a esas copas que nos impone nuestra vida social y mucho menos a las cenas de empresa; que para una vez al año que el “patrón” te invita, tienes que aprovechar.
Entonces es cuando el pérfido “michelín” se resiente, aguanta, pero en general aumenta.
Hete aquí que mi asombro es grande, cuando, tras una pantagruélica comida o cena, escucho que alguien pide el café con sacarina. ¿Quizá piensa que la composición de esa blanquecina y diminuta píldora, encierra una poción mágica capaz de destruir las proteínas, grasas, hidratos de carbono, etc. de la “zampada” con la que se ha homenajeado?
Con el tiempo una mañana cualquiera de un día cualquiera, en la ducha, uno descubre al que será su compañero inseparable y que no es otro que el temido “michelin”; en ese instante comienza lo que es para casi todos una guerra perdida de antemano, ya que por mucho que nos esforcemos en desterrarlo de nuestro cuerpo, él nos ama, se encariña y permanece con nosotros.
Como quiera que ni los hombres estamos obligados a parecernos todos a Brad Pitt ni las mujeres a Claudia Schiffer, lo mejor será asumir la barriga con mimo, incluso con cierto orgullo. Así pues, ¡arriba los turrones!, disfruten la vida y las fiestas en dulce, y el café con azúcar que es lo suyo.
¡Ah! Felices navidades a todos.
