Talento, por favor
España es uno de los países mejor situados en cuanto a recursos potenciales para llevar a cabo un desarrollo excelente de la energía obtenida a partir de la biomasa. El gobierno, las instituciones públicas y todos los agentes implicados deben mostrar su talento y ser capaces de establecer una gestión coordinada de todas las disposiciones y actuaciones.
Impulsado el cambio de talante, lo que necesitamos ahora es la aplicación del máximo talento. Este conlleva cualidades como la disposición inmediata para enfrentarse a retos, disposición acompañada por energía, constancia y brillantez en los diagnósticos, la estrategia, las tácticas, las soluciones y los logros. Para quien pone en marcha su talento, participar sin alcanzar la meta es, sencilla y claramente, un fracaso.
España es uno de los países mejor situados en cuanto a recursos potenciales para llevar a cabo un desarrollo excelente de la energía obtenida a partir de la biomasa. Pero sin que el gobierno, las instituciones públicas y todos los agentes implicados demuestren su talento y sean capaces de establecer una gestión coordinada -¿tan complicado es?- de todas las disposiciones y actuaciones, difícil será que podamos disfrutar de nuestra ventaja potencial.
Los cultivos energéticos se han incorporado a la Política Agraria Común. La hectárea cultivada tiene asignada, tras la PAC, una ayuda de 45 euros por hectárea sembrada con este tipo de cultivo, en tierras no de retirada; los sembrados en tierras de retirada percibirán la ayuda PAC establecida para tal caso y no la adicional ahora aprobada. Esta nueva ayuda se aplicará a una superficie máxima garantizada de 1,5 millones de hectáreas para toda la Unión Europea. Hay que recordar que, actualmente, cerca de 1.000.000 se encuentran ya sembradas en tierras de la Unión, con cultivos energéticos cuyo destino es la producción de biodiesel, siendo la colza la especie reina. La energía obtenida a partir de cultivos energéticos es una de las denominadas "Biomasas difíciles". Tal denominación no ha de asustarnos ni retraernos: debe explicarse suficientemente, de forma que se entienda su problemática específica, desde su generación en la explotación agraria hasta el punto de consumo.
Necesitamos una nueva y más ambiciosa política tecnológica, extendida a nuevas áreas, para aumentar la inversión en tal sentido y que pueda incrementarse así la difusión de las nuevas ideas y la aplicación de las innovaciones. No menos necesaria es la articulación de un plan amplio, profundo, útil, que dé a conocer los medios y las metas hacia las que hay que dirigirse, no sólo para participar, sino para lograr con claridad los objetivos propuestos. Hay que informar y hacer ver definitivamente a empresas y particulares los beneficios que la biomasa puede conllevar, tanto para productores como para consumidores; hay que programar con sentido, en mucha mayor medida de lo que actualmente viene haciéndose, jornadas y seminarios específicos; aumentar las referencias profesionales en los medios de comunicación; difundir publicaciones; hacerse eco de las oportunidades nacionales e internacionales; publicitar los encuentros y los eventos dedicados a la obtención, el transporte, la transformación y la comercialización, las realidades y los proyectos de este tipo de actividad energética.
La mayor parte de los comentarios que hemos recibido a propósito de los boletines I y II dedicados a la Agroenergética ponen de manifiesto un claro interés y un notable desconcierto: ¿dónde y a quiénes dirigirse para conocer a fondo los pormenores científicos, tecnológicos, económicos y legales, tanto en lo relativo a España como a la Comunidad Europea? Falla la política de impulso, de divulgación, de difusión, de información y de asistencia, aplicada de forma coordinada.
Ha de hacerse, tal política coordinada ha de ponerse en marcha, es un asunto que no admite demoras, solapamientos ni errores, y en tal política han de cumplir su papel las Organizaciones Agrarias y la Confederación de Cooperativas Agrarias de España, poniendo al servicio de la agroenergética capacidad técnica y los recursos materiales. Nuestro gobierno tiene que pegarse al terreno, a nuestro terreno, y nunca mejor dicho tratándose de nuestro sector. Tiene que hacerlo poniendo en marcha talento, seleccionando a profesionales que demuestren su excelencia y su honestidad, capaces de asesorar a las autoridades políticas con el máximo de solvencia. El impulso a las energías no convencionales ya no es un asunto relajadamente opcional. Así va a ser resaltado por la Conferencia Internacional sobre Energías Renovables que abre sus puertas en Bonn.